Crímenes pendientes
•El diputado asesinado
•Homicidas prófugos
UNO. El crimen de un diputado
El 9 de noviembre del año 2019, el diputado local y presidente de la Liga de Comunidades Agrarias, Juan Carlos Molina Palacios, fue emboscado y asesinado en su rancho en Medellín.
Luis Velázquez
Y casi diez meses después, 3 de septiembre 2020, la Fiscalía General, auxiliada por la Policía Ministerial de Guanajuato, detuvo a un presunto homicida, y quien se ha declarado inocente con número impresionante de abogados.
Se trata, dijo la Fiscalía, del líder de un grupo criminal que operaba en los estados de Veracruz, Oaxaca y Guerrero.
DOS. Homicidas prófugos
La fiscalía tardó diez meses para su captura.
Era, claro, el asesinato de una persona importante de Veracruz. Con peso político. Y doble. Diputado y líder cenecista. Triple, incluso, pues también Molina Palacios era empresario. Incluso, hijo predilecto de Miami, declarado por su liderazgo ganadero en el continente.
Tal cual, se cruzan los dedos para que otros asesinatos sean esclarecidos, tarde o temprano.
Por ejemplo, el treinta de marzo del año anterior, el crimen del activista de los derechos humanos y de los desaparecidos en Xalapa, el abogado Abiram Hernández Fernández.
Y el asesinato del activista ambiental, Adán Vez Lira, el 8 de abril de este año, en Actopan.
TRES. Más asesinatos pendientes
Más, mucho más crímenes están pendientes. Todos, importantes, pues toda vida humana cegada es.
Entre otros, y por ejemplo, la migrante originaria de Guatemala emboscada en los límites de Isla y Rodríguez Clara, en el sur de Veracruz.
La niña de doce años asesinada con su familia en Santa Ana Atzacan, en la montaña negra de Zongolica.
Las dos mujeres y los dos niños, niña y niño, asesinados en una colonia popular de Papantla.
La profesora asesinada la semana anterior en Amatlán de los Reyes y la chica de 18 años asesinada en Zozocolco, porque la familia resultó incapaz de reunir los 5 millones de pesos de rescate solicitado por los malandros.
CUATRO. Feminicidios en Veracruz
El asesinato todavía pendiente de la reportera de Papantla, María Elena Ferral, corresponsal del Diario de Xalapa, y que aparatoso reality-show armó la Fiscalía General para lograr el visto bueno en la LXV Legislatura y prolongar su periodo durante nueve años.
Los cientos de feminicidios que han ubicado a Veracruz en el primero y el segundo lugar nacional.
CINCO. La gloria y el infierno
¡Vaya paradoja de la vida!
El mismo día cuando el presunto homicida intelectual de Molina Palacios fuera detenido en Guanajuato, en Veracruz fueron asesinadas la maestra en Amatlán y la chica de Zozocolco.
Por un lado, la gloria de una captura. Y por el otro, la realidad avasallante nulificando la aprehensión del asesino intelectual del diputado priista.
Es Veracruz hoy. Un mundo sórdido, siniestro y sombrío. “La muerte tiene permiso”.
La vida prendida con alfileres. Nadie está seguro. Nadie la ha librado. Nadie puede cantar victoria. Y si constituye un peligro el coronavirus para terminar en el panteón, mucho peor el oleaje, mejor dicho, tsunami, de violencia, incertidumbre y zozobra.
SEIS. Tiradero de cadáveres
Con todo, la captura del presunto asesino del ex diputado local del partido tricolor fue un manotazo de la Fiscalía General.
Y si el operativo se efectuó diez meses después, ojalá el mismo empeño pudiera concitarse en tantos pendientes, pues abruma y consterna el tiradero de cadáveres, por un lado, y el tiradero de impunidad.
Sobre todo, el asesinato de niños y mujeres, ancianos, incluso.
El viernes 4 de septiembre, un empresario, Gilberto Solís Villa, secuestrado y desaparecido, apareció muerto.