Se llamaba Julio Valdivia. Era corresponsal de "El Mundo" de Córdoba en Tezonapa, un pueblo limí­trofe con Oaxaca, la región donde han asesinado a tantos lí­deres cañeros.
Iba en su motocicleta a cubrir información a Cosolapa, estado de Oaxaca.
Y que lo secuestran.
Y asesinan.
Y decapitan...
Y tiran su cadáver en las ví­as del tren en Tezonapa.
Julio Valdivia es el tercer reportero asesinado en el sexenio de Cuitláhuac Garcí­a.
La penúltima, Marí­a Elena Ferral, corresponsal del Diario de Xalapa, Papantla.
Tiempo cuando para elegirse como Fiscal General por 9 años con la bendición de la bancada legislativa de Morena se mostró, de pronto, muy activa con la captura de unos presuntos homicidas fí­sicos e intelectuales, dijo de Ferral.
Y cuando dí­as después fue nombrada, en automático dejó el pendiente en el archivo.
El primer reportero asesinado fue en Actopan, corresponsal del Gráfico de Xalapa.
En menos de 2 años con MORENA en el palacio de gobierno de Xalapa, tres reporteros asesinados.
Los tres, corresponsales.
De Javier Duarte a Cutláhuac Garcí­a.
Hugo Gutiérrez Maldonado, secretario de Seguridad Pública.
Verónica Hernández, la Fiscal General.