El tendajón
•Pelea de gladiadores
•AMLO y antecesores
•Tribus en el ring
Jorge Arias
Es el presidente contra el ex presidente. El ex presidente contra el presidente. Son López Obrador y Felipe Calderón. López Obrador y Enrique Peña Nieto. Es la guerra. Ernesto Zedillo contra Carlos Salinas. Miguel de la Madrid contra José López Portillo.
José López Portillo contra Luis Echeverría ílvarez.
Lázaro Cárdenas contra Plutarco Elías Calles.
Soy un perseguido político de López Obrador clama y proclama en el tendedero público Felipe Calderón.
Con Felipe Calderón hubo un narcoEstado cacarea López Obrador en la conferencia mañanera.
Todos los días me calumnia insiste Calderón.
La ley se aplicará, dice López Obrador, contra Felipe Calderón, si la encuesta popular así lo determina, igual, igualito, advierte, que sería el caso de Enrique Peña Nieto.
Antes, López Obrador odiaba a muerte a Carlos Salinas. Lo llamó miembro y jefe máximo de "la mafia en el poder".
También a Vicente Fox Quesada.
Ahora, sin embargo, hay dos villanos en su película.
Uno, Felipe Calderón, por ahora, la guerra abierta.
El otro, Peña Nieto, sujeto, dice, a lo que decida la población en una consulta popular.
Algunos presidentes de la república en funciones (Calderón, Vicente Fox, Carlos Salinas, Luis Echeverría, Gustavo Díaz Ordaz, Adolfo Ruiz Cortines, Miguel Alemán Valdés, etcétera), nunca, jamás, "barrieron para atrás".
Hoy, López Obrador sigue barriendo para atrás, porque por delante hay elecciones de quince gobernadores y de los 500 diputados federales para el Congreso de la Unión, más elecciones locales, como en el caso Veracruz, con 212 presidentes municipales y cincuenta diputados locales.
Calderón, declarándose perseguido político.
Es una versión más de todos los tiempos.
Bastaría referir que Javier Duarte siempre se declaró un perseguido político de Miguel íngel Yunes Linares, cuando, caray, de todos era conocido su estilo personal de ejercer el poder y que, insólito, sirviera para que Enrique Peña Nieto, su protector, lo soltara y expusiera hasta terminar preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México.
De igual manera, digamos, como el caso de la profe Elba Esther Gordillo, encarcelada por Peña Nieto cuando se soñó más influyente y poderosa que el mismito presidente de la república.
Ahora, la gran lucha y pasiones revolcadas en el tobogán político se está dando entre Andrés Manuel López Obrador y Felipe Calderón.
El presidente que todo lo fue. Jefe máximo. Tlatoani. Gurú. Chamán. El país de un solo hombre.
López Obrador, quien ahora encarna el poder total y absoluto.
Casi casi como en Chihuahua con Javier Corral ante César Duarte, su antecesor en el gobierno del estado.
Casi como Miguel íngel Yunes Linares contra el otro Duarte, Javier.
Casi Patricio Chirinos Calero contra Dante Delgado Rannauro y Fernando Gutiérrez Barrios.
Agustín Acosta Lagunes contra Rafael Hernández Ochoa.
La vida política, como un ring entre las tribus.