Incendiaron tres camionetas oficiales.
Soltaron versiones fatí­dicas en las redes sociales.
Le avisaron que le prendarí­an fuego a su casa.
Le dijeron que le pasarí­a lo mismo que a la alcaldesa de Mixtla de Altamirano, Maricela Vallejo, quien fuera emboscada y asesinada una noche en la sierra de Zongolica con su marido y el chofer del Ayuntamiento.
Y lo mismo, mismito que a la alcaldesa de Ixhuatlán del Café, Viridiana Bretón, cuando declara a los medios que el sí­ndico "Me quiere matar".
Por eso, la alcaldesa de Rafael Delgado, Isidora Antonio Ramos, "tiró su espada en prenda" y advirtió al mundo, y de paso, a sus detractores:
"Temo por mi vida. Pero del Ayuntamiento solo me sacan en caja".
Entonces, bragada, echada para adelante, puso nombre a sus enemigos quienes la atosigan desde hace dos años.
Uno, el sí­ndico Julián Cotlame Cocotle.
Y dos, su auxiliar, Oscar Román Morales. (AVC Noticias).
Además, reveló que interpuso la denuncia en la Fiscalí­a General aportando, más que los pelos de la burra, la burra completa.
Videos. Grabaciones. Testimonios. Hechos violentos. Los destrozos en el palacio municipal. Las unidades móviles incendiadas.
Solo le faltó exclamar como el cacique de la pelí­cula "El infierno", Ernesto Gómez Cruz, cuando exclamara:
"Guerra quieren... guerra tendrán".
La misma frasecita, por cierto, que también acuñara el góber precioso de Guerrero, Rubén Figueroa Figueroa, cuando el asesinato de diecisiete campesinos en una emboscada en el poblado Aguas Blancas.
Un pleito más, pues, en el tiempo de la purificación moral y la honestidad valiente de la 4T entre autoridades municipales.
Coatzacoalcos, la primera, el alcalde contra la sí­ndica, ambos de Morena.
Minatitlán, el alcalde, de Morena, contra un edil, priista, Damara.
Poza Rica, el alcalde contra los ediles.
Ixhuatlán del Café, la alcaldesa contra el sí­ndico.
Ahora, en Rafael Delgado.
Los trascendidos, claro, porque "veinte y las malas" habrá muchos más Ayuntamientos donde las relaciones edilicias están en el abismo, desbocadas, fuera de control, descarriladas.
¡Ah, el poder!
¡El poder polí­tico!
¡La lucha por el poder!
¡El poder que significa poder público, poder social, poder económico!
En todo caso, la lucha de egos, vanidades, frivolidades, envidas, rivalidades, pasiones y pasioncillas.
La 4T en su más alto decibel.
El paraí­so socialista.