Robot U.V.
La Universidad Veracruzana, UV, y su equipo científico entró a las grandes ligas. Igual que otras casas de estudio del mundo están en el handicap luchando contra el COVID. De entrada, experimentando vacunas con calidad de urgente. Pero también, inventando, como en el caso, robots, para detectar posibles contagios.
Optimistas, claro, cuando el subsecretario de Salud federal dice que el coronavirus va para largo. Y cuando la Organización Mundial de la Salud de plano asegura que la pandemia llegó, como aquella música, para quedarse.
El robot, al que bautizaron con el nombre de Patrolbot, detecta temperatura corporal, ritmo cardiaco y frecuencia respiratoria anormales en las personas.
Por eso, quizá, cuando legitimado y aprobado por la máxima autoridad científica, incluso, adoptado en algunas entidades federativas para, digamos, establecer un antecedente, el Patrolbot relevará a esos aparatitos que se antojan de juguete utilizados en montón de restaurantes y casas particulares para medir la temperatura del dedo y por añadidura, del corazón.
Además, y en el caso, porque el maravilloso y mágico robot también "realiza tareas de desinfección y sirve para comunicar a pacientes y familiares o médicos" de acuerdo con el Laboratorio de Robótica del Centro de Investigaciones en Inteligencia Artificial CIIA (con doble i pues con una sola i sería CIA, el aparato de inteligencia y espionaje de Estados Unidos).
El encargado del proyecto y coordinador, quizá, del equipo de científicos de la UV es el profesor Antonio Marín Hernández, quien asegura que el robot "evitaría poner en riesgo de contagio a personal de seguridad y enfermería" de los hospitales públicos y privados, tan expuestos.
Es decir, y de entrada, que es, será más efectivo que la estampita de López Obrador de "Detente enemigo", el mole de guajolote del góber precioso Miguel Barbosa y que la Santísima Muerte, Niña Bonita, a quien suelen dar las gracias en el aviso económico.
Tal cual, igual cuando alguna vez soñaron los médicos cubanos con descubrir un antídoto contra el Sida y que significaría el ingreso de millones de dólares y euros a La Habana, si el Petrolbot es tan eficiente, la UV se volverá cien por ciento autosuficiente, prestigiada en el mundo, y tendría garantizadas ventas millonarias en el país y el extranjero.
EL ROBOT, UNA MARAVILLA
Dice una parte estelar del boletín de la UV: "Al entrar en una habitación, el Patrolbot, a través de un sistema laser mapea todo el espacio para posteriormente usar un algoritmo que le permite decidir cómo recorrerá el lugar mientras busca dónde están las personas.
Una vez que encuentra a alguien, mide su temperatura y otros parámetros.
Si la temperatura es normal, ya no hace ninguna otra medición.
Pero si es anormal puede pedirle a la persona que se acerque un poco y hace otro control de la temperatura, su ritmo cardiaco y su frecuencia respiratoria, cuyas cuantificaciones pueden indicar la necesidad de asistir con personal médico especializado".
Toda una maravilla.
Ojalá, entonces, que el góber bendecido de López Obrador, con las puertas abiertas en Palacio Nacional, cabildeara con el obradorismo para dar el siguiente paso y en todo caso, valorar el Patrolbot.
El cabildeo fino y diplomático de la rectora de la UV sería efectivo y eficiente, pues en todo caso se trata de la peor pandemia en los cien años en el mundo y la proyección de la UV sería en los cinco continentes.
El coordinador del proyecto, el maestro Antonio Marín (homónimo del reportero Antonio Marín, de Notiver) exalta que en el país hay muy buenos investigadores en el área de robótica con premios en concursos internacionales.
Y si es así, entonces, momento estelar para el empujón y el despegue pues, como él mismo dice, solo falta "que la masa crítica de investigadores y centros de investigación crezca" con alumnos de posgrados en maestría y doctorados en el país y el extranjero.
Además, de la gran oportunidad para la asistencia social.
SIGUE LUCHA CIENTíFICA
En el Laboratorio de Robótica del Centro de Investigaciones en Inteligencia Artificial estudian robots de servicio.
Los robots de búsqueda y rescate para aplicarse en desastres naturales y tecnológicos.
Desde el mes de enero, cuando ya en China el coronavirus alertaba a la población (a México llegó hacia el mes de marzo), en la UV decidieron utilizar el robot para detectar a personas con algunas sintomatologías.
Y desde entonces, se aplicaron.
Es decir, van siete meses y cacho de estudio e investigación.
El robot fue dotado de equipo complementario, entre otras cositas, sonares, sensores de contacto, odometría para calibrar la distancia recorrida, telémetro láser y una unidad de movimiento inercial.
Además de equipo de cómputo para procesar la información.
Incluso, hasta una platina móvil con una cámara para proveerse de imágenes del entorno.
Por ahora, están en la fase de reducción de costos y que incluye tocar puertas en las instancias de gobierno.
La lucha científica sigue.
Y más porque los robots son una realidad en el mundo.
En China, los utilizan para despachar en restaurantes como meseros y en Veracruz, en la empresa Kimberly Clark, de Orizaba, desde hace varios años sustituyeron a los trabajadores.
En Japón venden mujeres robots para el placer sexual.