y malandros, además de convertir a Veracruz “en el peor rincón del mundo para el gremio reporteril”. La obra singular de Fidel Herrera Beltrán fue dejar contenta a la mayorí­a poblacional, con todo y cabeceadas.

LUNES
Veracruz pacificado en 40 dí­as

La obra de Miguel Alemán Velasco fue pasar lejos de Veracruz los 6 años, sin mayor significado social, económico, educativo, de salud, de seguridad y procuración de justicia.
Patricio Chirinos Calero entró a la historia local por encarcelar a un trí­o de polí­ticos, Dante Delgado Rannauro, Porfirio Serrano Amador y Gerardo Poo Ulibarri.
Dante Delgado dejó como legado público la más impresionante construcción de servicios públicos aprovechando el programa salinista de Solidaridad.
Además de terminar con los caciques y sicarios de “La Sonora Matancera” y que estaban pendientes.
Fernando Gutiérrez Barrios alcanzó página extraordinaria pacificando Veracruz en los primeros 40 dí­as con el encarcelamiento de varios caciques, entre ellos, Cirilo Vázquez Lagunes (el sur) y Luis Rivera Mendoza y los hermanos Justo y Roberto Cabrera (el norte).
Agustí­n Silvestre Acosta Lagunes dejó montón de puentes y carreteras, puestos en servicio sin cortar el listón, y que Gutiérrez Barrios inaugurara.
Y según el priista Mario Tejeda Tejeda, Acosta dejó cuarenta mil millones de pesos en la secretarí­a de Finanzas y Planeación para que don Fernando iniciara el sexenio con resplandor, como fue, pues de aquí­ partió a la secretarí­a de Gobernación y luego al Senado de la República.

MARTES
Los ex y Cuitláhuac

Ha de preguntarse, por ejemplo, a historiadores, politólogos, sociólogos, antropólogos, etcétera, el legado de otros ex gobernadores, por ejemplo, Rafael Hernández Ochoa, Rafael Murillo Vidal, Fernando López Arias, Marco Antonio M. Quirasco, Marco Antonio Muñoz Turnbell, Adolfo Ruiz Cortines y Miguel Alemán Valdés.
Solo, digamos, como una analogí­a para poner a Cuitláhuac Garcí­a en el tendedero público diecinueve meses después de iniciado el sexenio.
Y es que por más que se realizan cometidas para “encontrar la aguja en el pajar”, por ningún lado se descubre una lucecita de esperanza en el largo túnel.
De entrada, desde luego, habrí­a de referirse que con el sexenio de Morena, el primero de la izquierda en el siglo XXI, Veracruz lidera los secuestros, feminicidios y extorsiones en el paí­s.
También conserva el primer lugar en la venta de esperanzas frí­volas, alentando a la población, sin éxito, para abrigar y soñar con el paraí­so socialista, pues “la bola de humo” ya fue detectado y cada vez el desencanto social con la tribu de Morena en la silla embrujada del palacio de Xalapa se multiplica, creciendo en tierra fértil.

MIÉRCOLES
Venta burda de esperanzas

Una pajareada a los 19 meses del gobierno del estado arrojarí­a el siguiente resultado: el lanzamiento de elementos distractores en los dí­as oscuros, nublados y huracanados.
Por ejemplo:
Uno. Gritonear a cada rato que tienen identificados a los feminicidios fí­sicos e intelectuales.
Dos. Festinar que para López Obrador, su góber bendecido es el polí­tico más honesto (no eficiente, no capaz, no competente, no eficaz) del Golfo de México.
Tres. Celebrar pactos de cohabitación polí­tica con los gobernadores vecinos para, festinan, combatir a los malandros… que los malosos, caray, ahí­ continúan.
Cuatro. Suscribir pactos con los gobernadores fines para blindar a López Obrador “por el bien de México”, como si, digamos, un golpe militar estuviera a punto de derrocarlo.
Cinco. Seguir jugando a las adivinanzas con la COVID para ver si de pronto, arte de magia, pega una medida.
Para fortuna de las tribus guindas, la oposición local es una vacilada. Sus neuronas, estrategias y experiencias apenitas alcanzan para un discurso mediático, sin mayor sentido ni trascendencia.

JUEVES
Sexenio perdido

Al paso que vamos, el gobierno de Morena en Veracruz terminará como un sexenio perdido y ni siquiera, vaya, López Obrador, evitarí­a abismo social.
El góber tiene de su lado todo para engrandecer el destino común.
A: La voluntad del presidente de la república “en un paí­s de un solo hombre” donde el jefe del Poder Ejecutivo Federal es el tlatoani.
B: Y si el góber está bien con López Obrador, entonces, también, o mejor, con el gabinete legal y ampliado.
C: El góber ocupó la silla embrujada del palacio en un tiempo récord. Récord Guinness. En el tiempo priista, muchas elites esperaban años, sexenios, para una oportunidad, y en la mayor parte de los casos, “morí­an en el intento”.
Primero, diputado federal. Luego enseguida, candidato de López Obrador a gobernador por vez primera. Y a los 2 años, otra vez. Nunca un presidente de la república con tan buena quí­mica con un polí­tico de provincia.
Y muchos meses después, pareciera que para el góber lo prioritario es la vida fifí­ y sabadaba, como el junior de la colonia Macuiltépetl de Xalapa, sin tomar conciencia social de la gran oportunidad otorgada.
La conseja popular enseña que cuando lo advierta será el último año del sexenio.

VIERNES
Cero campanazos

Al momento, ningún campanazo del gobierno de Veracruz para impactar, avasallar, estremecer y cimbrar a la población electoral y a las cúpulas polí­ticas.
En el dí­a con dí­a, la burocracia va ganando. La polí­tica reactiva, que sigue a los hechos, dominando.
Sin una visión del futuro. Sin un objetivo social. Sin alteza de miras. A ver qué sale.
Hay secretarios del gabinete legal y ampliado, por ejemplo, que en 19 meses, ni fu ni fa. Sabrá el chamán si existen.
Incluso, ni siquiera han salido en el boletí­n de la vocerí­a. Se ignora si porque están vetados y vedados, digamos, por órdenes superiores, como pareciera. O de plano, porque son un cero a la izquierda. El pago de favores institucionales.
Polí­ticos, digamos, activistas sociales y electorales de MORENA, achicados por ellos mismos al carguito público y buen salario y camionetita oficial y chofer y escoltas.
El despido de unos funcionarios sin rendición de cuentas, igual, igualito que Javier Duarte quien en menos de un sexenio despidió, enrocó y nombró a ochenta y cinco titulares de oficinas y dependencias. Una patada por el trasero y que les vaya bien.
Nada más lamentable en la vida para un hombre y una generación polí­tica como tirar por la borda la inteligencia, el talento, la experiencia, el fogueo y las relaciones.