Jornaleros en Canadá
•Campos de concentración
•Silencio mexicano
ESCALERAS: En Canadá, con todo y el buen porte y la sonrisa y la lucha al lado de la comunidad lésbica, el Ministro Justin Trudeau está permitiendo campos de esclavitud, casi casi campos de concentración nazi, para los jornaleros originarios de México.
A, los paisanos laboran hasta 18 horas diarias. B, trabajan sábados y domingos. C, y trabajan fines de semana bajo la advertencia de los patrones que si se niegan, entonces, el año entrante los dejarán sin contrato.
Luis Velázquez
PASAMANOS: D, viven en granjas aisladas. E, sin servicios médicos. F, con la presión de trabajar, aunque estén enfermos. G, prohibido les tienen ir al hospital.
I, en el tiempo del coronavirus ninguno puede guardar la llamada sana distancia con la pizca en el campo.
J, ellos mismos han debido comprar sus mascarillas de protección porque los patrones son peores que los hacendados porfiristas.
K, viven hacinados en galeras sin medidas higiénicas. L, en las granjas solo tienen agua fría, sin una gotita de agua caliente pues los patrones así ahorran gastos.
LL, los hacendados, rancheros prósperos, actúan como racistas, xenófobos y segregacionistas seguros de hacer un favor a los jornaleros (Diario de Xalapa, 29 de junio, 20).
CORREDORES: Hace más de ciento veinte años, dictadura presidencial de Porfirio Díaz Mori, los campos henequeros de Yucatán eran famosos porque de hecho y derecho eran campos de concentración.
Primero, para la explotación inicua de los indígenas y campesinos. Y segundo, porque eran un campo de castigo para los disidentes, contestatarios e inconformes con el dictador.
Incluso, eran campos para los disolutos, pues Díaz Mori envió a Yucatán a los 41 fifís y sabadabas detenidos en aquella orgía de homosexuales y en donde uno de los asistentes era su yerno y quien en acuerdo con la policía lograra huir brincando de techo en techo y de casa en casa.
BALCONES: Justin Trudeau camina en el mundo como un conquistador social defendiendo “las causas perdidas” como les llamaba Carlos Monsiváis Aceves en el siglo pasado.
Una de sus luchas es por los derechos humanos de la familia gay.
Pero ni el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Causabón ni la secretaria de Trabajo y Previsión, María Luis Alcalde, ni la Comisión Nacional de Derechos Humanos, se han detenido en las condiciones laborales de los jornaleros mexicanos en Canadá.
PASILLOS: Para Estados Unidos jala un montón de paisanos (se habla de unos treinta millones de mexicanos), una parte considerable sin papeles migratorios.
Pero también jalan a Canadá, incluso, bajo el Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales.
Es decir, acuerdos y pactos entre gobiernos.
Y con todo el sello oficial, los campos de Canadá convertidos en campos de concentración y de explotación despiadada, inhumana, injusta, cruel.
Está bien que ganan en dólares. Pero ahora cuando, además, trabajan entre la vida y la muerte por el COVID, caray, vaya política de derechos humanos del obradorismo.
VENTANAS: El 1 de julio entró en vigor el nuevo TLC. Canadá, Estados Unidos y México lo festinaron.
Pero de igual manera cuando Carlos Salinas fue suscrito, también dejaron fuera la cuestión de los jornaleros agrícolas.
De acuerdo con la estadística hay en Canadá unos veinticinco mil 331 trabajadores del campo, y luego de que fuera suscrito en 1974, cuarenta y seis años después resulta inadmisible que de siete presidentes de la república nadie se detuviera en el campo de esclavitud a que están sometidos los paisanos.
Vaya, pensando en el año 2024, Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, el más firme aspirante y suspirante presidencial, bien podría ocuparse…