que ganó la silla imperial y faraónica en las urnas… luego de 4 intentos.
Y el dí­a cuando su amigo, el general Augusto Pinochet, asaltó el Palacio de la Moneda, se pegó un tiro.
Muchos años después, la socialista Michelet Bachelet recuperarí­a la presidencia de la república en las urnas tumbando a Pinochet.

DOS. El más honesto del mundo
José Mújica, el presidente más honesto del mundo, veinte años presos preso polí­tico junto con su esposa, gobernó Uruguay.
Su fama pública de una honradez “a prueba de bomba”.
Vivió en una casita modesta en las goteras de la capital. Nunca jaló guaruras ni escoltas. El mismo manejaba un viejo VW al palacio y en el camino solí­a dar el aventón a los peatones.
En la calle recogió un perrito cojo y fue su adoración en el viaje presidencial.

TRES. El desencanto socialista
Daniel Ortega, en Nicaragua, llegó al poder por la fuerza de las urnas con el Ejército Sandinista que derrocara al dictador Anastacio Somoza.
El dí­a cuando Somoza cayó su señora madre andaba de compras en Estados Unidos y le avisaron que Nicaragua habí­a caí­do. Entonces, la madre preguntó al hijo:
“Pues no qué Nicaragua era nuestra?”.
Gobernó Daniel Ortega en el primer periodo. Luego, fue derrotado al buscar la reelección, conflictuado ya con el resto de los sandinistas.
En una segunda vuelta ganó la silla presidencial. Y terminó igual, igualito, que Anastacio Somoza. El encanto del poder… que ahora comparte con su esposa, la vicepresidenta, con fama pública de poetisa, ajá, y de bruja.

CUATRO. De indí­gena a dictador
Evo Morales, el luchador indí­gena que ganara en las urnas la presidencia de Bolivia. Y que le entra la tentación reelectora, igual que a Benito Juárez.
Juárez, quince años en Palacio Nacional. Evo, catorce años, y cuando quiso una vez más la reelección… que lo derrotan en las urnas.
Sucedió lo mismo al maestro Rafael Correa, en Ecuador. Del salón de clases donde era académico en la universidad pública pasó a la silla embrujada del palacio.
Y soñó con reelegirse. Y perdió. Y fue destituido humillado y reducido a una caricatura de sí­ mismo.

CINCO. Otro desencanto socialista
Caricatura total Nicolás Maduro, en Venezuela. Heredero de Hugo Chávez, el discí­pulo de Fidel Castro Ruz, a quien entregó el paí­s, ha acabado con los derechos elementales básicos. La libertad. La independencia. La autonomí­a. La dignidad humana.
Odiado, rechazado, satanizado por la población electoral.
El peor fracaso socialista, comunista, socialismo con rostro humano, etcétera, etcétera, es en Cuba.
Era Cuba con el dictador Fulgencio Batista el patio trasero de Estados Unidos. Pero también, el congal exclusivo del paí­s vecino.
En las calles, las jineteras, mujeres subastando el cuerpo al mejor postor. Ahora, las jineteras son hasta estudiantes de la universidad.

SEIS. Y AMLO llegó al poder AMLO, en las grandes ligas del sueño socialista. “El paí­s de un solo hombre”. El jefe máximo. El tlatoani.
Un año y medio, en la discordia social. Un paí­s desolado por la pandemia. Más pobres. Los ricos, quizá, un poco menos rico, pero pudientes al fin.
Más que el presidente de la 4T, el presidente del coronavirus. Las fuerzas naturales empinando el sueño tan acariciado desde cuando encabezaba a indí­genas y campesinos en marchas de Tabasco a la Ciudad de México en contra de PEMEX.
El destino socialista de América Latina… por verse en México.