Reportera símbolo
•Plaza Regina Martínez
•Impunidad te llamas...
UNO. Plaza Regina Martínez
El nombre secreto de la plaza Lerdo, de Xalapa, es Regina Martínez, la reportera corresponsal del semanario Proceso asesinada la madrugada de un sábado en el sexenio de Javier Duarte, el político preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México.
Luis Velázquez
Sus amigos y fans periodistas acordaron cambiar de nombre a la plaza. Pero los policías duartianas quitaron varias veces la placa y los seguidores la volvían a poner.
DOS. Reportera símbolo
Se dirá que el nombre de la plaza Regina Martínez no es tan secreto.
Claro.
Lo saben los reporteros y los lectores de periódicos. Y los activistas. Y las ONG.
Y hasta el góber bendecido de AMLO cuando el año anterior quiso instaurar el Premio Estatal de Periodismo, Regina Martínez, y unos trabajadores de la información le armaron borlote y reviró.
Pero, bueno, de entre los diecinueve reporteros, fotógrafos y editores, asesinados en aquel sexenio fatídico, más los tres desaparecidos, Regina quedó como un símbolo.
Con todo, incluso, que en el otro lado hubo reporteros decapitados, cercenados, sepultados en fosas clandestinas, y hasta con el tiro de gracia.
Uno de ellos, con tres tiros en forma de triángulo en la espalda… y que asesinar por la espalda es peor que el tiro de gracia.
TRES. Asesinos físicos e intelectuales
Regina como los demás colegas secuestrados, desaparecidos, asesinados y enterrados en fosas clandestinas están muertos.
Y más muertos, porque los crímenes siguen en la impunidad, pues la autoridad nunca detuvo a los homicidas físicos e intelectuales.
Igual que, ahora, por ejemplo, con el par de reporteros ejecutados en el sexenio de Morena.
Pero al mismo tiempo, nunca han muerto. Ni morirán. Sus memoras se conservan vivas.
CUATRO. El nombre de un periodista a un hijo
Muchos lectores dejaron. Una señora dijo en su momento:
“Yo era fans de Regina. Y luego de su muerte, coloqué su foto (donde todavía está) en el altar de mi recámara al lado de la estampita de la Virgencita de Guadalupe”.
Un fans del reportero Miguel íngel López Velasco, Notiver, dice que Milo Vela le hizo un favor que con ningún dinero del mundo le pagaba.
Y cuando procreó su primer hijo con su pareja le puso de nombre Miguel íngel, tentado que quedó a bautizarlo con el nombre de “Milo”.
CINCO. Crímenes impunes
Muchos años han caminado desde entonces. El primer reportero asesinado en el duartazgo fue en el mes de junio del año 2011.
Los malandros lo secuestraron y desaparecieron en el sur de Veracruz. Luego, lo llevaron a otro municipio y en despoblado lo obligaron a cavar su propia sepultura.
Entonces, le pegaron el tiro de gracia y lo sepultaron.
Desde aquella fecha, el gremio reporteril comenzó a perder su libertad, pues nunca, jamás, la justicia.
SEIS. Gran pendiente social
La justicia por tantos diaristas asesinados en Veracruz constituye un gravísimo pendiente social.
Y, por desgracia, nada indica que con el sexenio de la izquierda, cuya bandera son los derechos humanos, la vida pública pueda cambiar.
Por ejemplo, en los días previos a ser electa Fiscal General por 9 años, muchas cacayacas lanzó la señora Hernández con el crimen de la reportera de Papantla, María Elena Ferral.
Incluso, detuvieron a 5, 6 personas y cacarearon que entre ellos estaban los homicidas físicos e intelectuales, pero que faltaban 6, 5 más.
Y cuando la LXV Legislatura la nombró por dedazo Fiscal General, en automático el carpetazo al pendiente.
Así, ningún ser humano puede confiar en la palabra oficial.