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Historias de desaparecidos
14 junio, 2020

¿De qué es capaz una madre que busca a sus hijos desaparecidos?

•La desesperación frente a las desapariciones de sus cuatro hijos llevó a Guadalupe Camarena, de Jalisco, a grabar un ví­deo tan viral como el coronavirus

Violeta Santiago

Aquel primer dí­a de mayo, Guadalupe Camarena le pidió a su hija que la videograbara con el teléfono para solicitar ayuda en su búsqueda a Nemesio Oseguera, lí­der del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Fue a la primera toma, de un minuto con catorce, en la sala de su casa. Todo el tiempo mientras la grababan sostuvo a la altura de su pecho la pancarta de papel kraft con las fotografí­as de sus cuatro hijos, desaparecidos juntos en Ocotlán, Jalisco, el 19 de diciembre del 2019.
El ví­deo se hizo viral y un cuadro congelado a manera de foto terminó como portada del Metro tres dí­as después. En decenas de medios, desde nacionales hasta portales, blogs y cuentas de Youtube, su historia quedó reducida a ser la madre que pide ayuda al lí­der de una organización delictiva para encontrar a sus hijos. En algunos titulares, ni siquiera se acotaba a una agrupación sino enunciaban, así­, en plural, “pide ayuda a los cárteles”.
Lo que no explicaron fueron las razones detrás: que el ví­deo se les ocurrió sólo después de un telegrama a Andrés Manuel López Obrador y una aní­mica respuesta, de la indolencia de la Fiscalí­a de Ocotlán, de la falta de garantí­as de seguridad del Gobierno de Enrique Alfaro Ramí­rez, de Jalisco, para salir a buscar y de la pandemia por el coronavirus.
¿Por qué una madre harí­a eso?
Porque la incertidumbre es peor que la verdad, cualquiera que esta fuere.
***
Un amigo en común de la Brigada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas me contactó con Mayra Camarena, la única hija, de seis, que le queda a Guadalupe. Mayra funge de interlocutora en la entrevista e imprime fuerza a las frases de su madre de 60 años, cuya voz temblorosa se alcanza a escuchar bajita más allá de la bocina del teléfono para contar el caso de sus hijos.
José de Jesús Martí­nez Camarena iba a ser ingresado al hospital para una operación debido a una arteria biliar tapada. Como apenas se podí­a sostener en pie del dolor, sus hermanos Oswaldo Javier ívalos Camarena, Tonatiuh ívalos Camarena y Ernesto Padilla Camarena lo acompañaron aquel jueves 19 de diciembre de Tonalá, en donde tení­a un puesto de hamburguesas, a Ocotlán: uno conducí­a la camioneta Dodge Caravan 2003 con placas JKJ-22-52, otro iba a cuidarlo por si se quedaba internado y los demás servirí­an de apoyo para cargarlo.
Debido a que no se quedó internado, decidieron ir a buscar a una prima que solí­a ir dos veces por semana a realizar el aseo en casa, pues ella se encargarí­a de cuidarlo antes y después de la operación. Pero nunca llegaron con esta persona. Desaparecieron con todo y camioneta a las 10:30 de la mañana.
José, de 40 años, decidió ponerse un pantalón de mezclilla negro y una chamarra de la escuderí­a Ferrari para su cita médica, indumentaria que posteriormente quedarí­a registrada en la ficha de búsqueda de la Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de Jalisco; Oswaldo, fisicoculturista y entrenador personal de 24 años, era el menor de los cuatro hermanos que viajaban juntos; Tonatiuh, de 26, trabajaba como repartidor; y Ernesto, de 38, hací­a artesaní­as de barro para ganarse la vida.
La camioneta quedó registrada con reporte de robo ante la Procuradurí­a General de Justicia de Jalisco, según el Registro Público Vehicular, un dí­a después de la desaparición. Cinco meses más tarde, el estatus no se ha actualizado. Menos aún el de los hermanos.
***
El 6 de junio de 2016, Lucero ívalos Camarena desapareció en Guadalajara, así­ que cuando ocurrió lo de los cuatro hermanos, Guadalupe ya conocí­a la burocracia de buscar un desaparecido en Jalisco.
La tarde del primero de mayo decidieron grabar el ví­deo sin pensarlo demasiado. Por esos dí­as abundaban las notas de grupos criminales que entregaban en Veracruz y Jalisco despensas marcadas con sus logotipos, como un ”˜apoyo”™ a la población ante la pandemia por el coronavirus. Las imágenes y ví­deos de encapuchados entregando despensas o hasta juguetes en el Dí­a del Niño no son ajenas al México contemporáneo. La de las mujeres que buscan desaparecidos, tampoco.
La idea de grabarse vino de Guadalupe. Ella, explica Mayra, suele estar más al pendiente de las noticias y cuando vio lo de las despensas en Jalisco le dijo a su hija que quizá ellos podrí­an ayudarla.
”“Hay que grabar el ví­deo, para ver si alguien nos escucha, pues.
Mayra grabó el ví­deo con su celular y salió a la primera. Aclara que no son profesionales: le dijo a su mamá que lo hiciera como quisiera y como le saliera, que de todos modos, iba a llegar. Guadalupe, nerviosa, parada en la sala, sostuvo la pancarta con las fotos y nombres de sus cuatro hijos desaparecidos e inició diciendo que el ví­deo iba dirigido al dirigente de la agrupación delictiva.
””Yo le pido de favor que me ayude ”“se detuvo dos segundos”“ a encontrar a mis cuatro hijos.
Luego ofreció los datos del lugar y la hora de la camioneta en la que viajaban y repitió la hora de la desaparición. Prosiguió con los nombres y edades de los cuatro, la aciaga fecha y terminó con una serie de peticiones de ayuda.
””Yo sé que usted es bueno y ha ayudado a mucha gente. De favor, por favor, le pido que me ayude, por favor.
Mayra subió el ví­deo a Facebook poco después de las 10 de la noche y también lo envió a grupos en redes sociales y a páginas de noticias de Guadalajara.
Apenas dos dí­as después, el ví­deo se habí­a hecho viral.
***
Si tuvieran que definir en una sola palabra la razón por la que se les ocurrió grabar el ví­deo con tal dedicatoria, dirí­an que fue la desesperación. Mayra y Guadalupe habí­an tocado muchas puertas y las encontraron cerradas. Así­ que decidieron salirse por la ventana.
””¿Por qué recurrimos al señor? Nosotros no lo conocemos, insiste en aclarar, pues destaca que ha visto comentarios donde han querido dar a entender que Guadalupe está amenazada o que querí­an darle publicidad a dicho personaje; ambas situaciones las niega.
El 2 de enero de 2020 salió un telegrama desde Jalisco hasta Palacio Nacional para el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. En cuatro lí­neas pidieron apoyo para resolver el caso, ante la incapacidad y el miedo de la Fiscalí­a de Ocotlán.
””Mi mamá ya con su angustia y su desesperación le mandó un telegrama al señor Presidente Andrés López Obrador y sí­ le contestaron, pero le pusieron un funcionario que se apellida Arellano para según seguir el caso y para que se agilizara más, algo que “nomás” fueron palabras.
En dí­as posteriores recibieron una llamada, algo que las sorprendió porque no habí­an dejado ningún número de contacto. Se presentó un funcionario para pedir más información sobre los cuatro desaparecidos y después volvió a marcar para preguntarles si habí­a pasado algo nuevo.
””Nosotros estábamos bien emocionados porque ya nos van a hacer caso, porque sí­ nos respondieron, o sea, nos hicieron una llamada que era por parte de este señor, entonces nosotros le mandamos a él la información y no se hizo nada, nunca más se volvió a comunicar.
La Fiscalí­a de Ocotlán tampoco resultó ser de mucha ayuda para la familia Camarena. Ellas han ido a búsquedas, han rastreado por cuenta propia. Casi todas las pruebas que tiene la Fiscalí­a, las obtuvieron del par. A cambio se han ganado regaños de las autoridades cuando ellas piden que busquen a sus hermanos. Que no es su trabajo o que Mayra no inició la denuncia, son algunas de las excusas que ha escuchado.
””Mi mamá ya es grande. Yo para mi mamá soy oí­dos, ojos y boca, no me pidas que mi mamá venga porque ella viene y te firma cualquier papel y no porque no sea leer, sino por nerviosa ””es lo que les ha contestado, explica, mientras al fondo se escucha la voz bajita de Guadalupe.
Ahora, por la situación de pandemia del coronavirus, le han dicho que sólo reciben casos “urgentes”.
””¿Entonces lo de mis hermanos no es urgente para ti? ””Ha preguntado y como respuesta le dicen con insistencia que “es que no sabes todo lo que hemos hecho”
””No has hecho nada porque cada que vengo te veo sentado y todas las pruebas nosotros te las hemos llevado.
Por eso hicieron el ví­deo.
***
Cuando le pregunto a Mayra por qué le dedican el ví­deo a ellos, contesta que porque cree que tienen fuentes o poder y que, de alguna manera, podrí­an ayudarla. Pero a lo largo de la entrevista destaca que gracias al ví­deo obtuvieron atención y que, en el fondo, ese era su objetivo: hacerse visibles.
Después de que el ví­deo se replicara en distintas plataformas mediáticas, comenzaron a recibir llamadas de algunos periódicos como Mural o Metro. Hubo una reportera, no recuerda de qué medio, a la que le aceptaron la llamada pero sintieron que las querí­an confundir: esa persona insistí­a en que Mayra y Guadalupe conocí­an al lí­der del grupo criminal.
””La verdad no lo conocemos ”” vuelve a aclarar Mayra y agrega: “No creo que nos haga caso”. Sin embargo, destaca lo positivo de su estrategia, lo que finalmente querí­an obtener, “pero para que nos volteen a ver sí­ nos ha servido”.
Hasta antes del ví­deo, sus intentos de que el caso de la desaparición múltiple se volviera federal, habí­an sido en vano. Claudia Janette Soto, representante del colectivo “Rastreador@s Nacionales de Desaparecidos” le dio acompañamiento a la familia y les auxilió a enviar el 5 de febrero la documentación del caso a la PGR en la Ciudad de México, pero en todo este tiempo no se habí­an comunicado.
Janette me escribió para contarme que envió los datos de la desaparición múltiple, elaboró las fichas de los hermanos e hizo una narrativa de los hechos y que en cinco ocasiones tuvo que enviar esta información.
””Ya nomás sale esta nota, este ví­deo, y ya nos hablaron.
Cuatro meses después, comenta Mayra, “se me hace indignante que no sepan ni los nombres. Los volvieron a pedir, porque ya no los tení­an”.
Cuando se hizo viral el ví­deo, Janette les advirtió a las autoridades que su colectivo los hací­an responsables si algo le pasaba a Mayra o a Guadalupe, pues consideraban que ellos las habí­an orillado a hacer eso. A cambio hubo una respuesta rápida, aunque siguen esperando a que atraigan la averiguación previa.
Sobre las reacciones de la gente a lo que hicieron, Mayra dice que no han recibido amenazas, aunque sí­ ha leí­do algunos comentarios que califica de malintencionados. También han recibido comentarios buenos.
Buscadores como Juan Carlos y Miguel íngel Trujillo Herrera, quienes encabezan la organización de la búsqueda de personas en el paí­s y tienen cuatro hermanos desaparecidos, dos en Guerrero y dos en Veracruz, han lamentado desde sus redes sociales la entrega de despensas por parte de los grupos criminales, por considerarlos como parte de los responsables del fenómeno de la desaparición. Pero Miguel íngel también compartió el ví­deo de Guadalupe y justifica que en una búsqueda, no importa quién te devuelva a tu familiar, lo que quieren es que regrese a casa, porque las fiscalí­as están corrompidas por el crimen, porque la Fiscalí­a Especializada en Investigación de los Delitos de Desaparición Forzada de la PGR ha ignorado deliberadamente el caso de Guadalupe y porque la Comisión Nacional de Búsqueda es un “elefante blanco” que se ha ido de vacaciones gracias a la pandemia.
Cuando le expongo a Mayra si no cree que estos grupos sean parte del problema de las desapariciones en el paí­s, dice que prefiere no opinar, además de que serí­a incongruente de su parte que su mamá hiciera ese ví­deo y luego hablaran de este asunto. Aunque otros buscadores sí­ han criticado los despliegues mediáticos de las entregas de despensas y la imagen de “ayuda” social, posiblemente la postura de Mayra se entiende por el hecho de que, al menos en su caso, no es hacia estos grupos a donde apunta la desaparición de sus hermanos, sino hacia quienes histórica y hegemónicamente se han constituido como los “buenos”.
***
””¿Tienes idea de cuántos desaparecidos hay en tu estado, en Jalisco? le pregunto a Mayra.
””¿Tú tienes idea, má?
De acuerdo con el “Informe sobre fosas clandestinas y registro nacional de personas desaparecidas o no localizadas”, hecho público en enero de 2020 por la Secretarí­a de Gobernación, Jalisco ocupó el primer lugar con 2,100 casos de desaparecidos tan sólo entre diciembre de 2018 y diciembre de 2019. Pero en un conteo desde los años 60 hasta diciembre del 2019, el estado también destaca en el deshonroso segundo puesto con 9,286 registros, sólo detrás de Tamaulipas y apenas por menos de 800 casos.
En este contexto, hermana y madre tienen esperanza de encontrar a los cuatro y vivos. La Fiscalí­a les ha dicho lo contrario, manejan el caso como si estuvieran muertos o tuvieran esa certeza. La especulación de que hayan sido asesinados se relaciona con el hecho de que no es el primer caso de desapariciones en esa zona.
””Nada más suponen ellos, ellos no están seguros. Yo digo que es mentira, porque ya hubieran ellos, yo creo, que ido, ¿no?” ””Y agrega: “Hay gente que se los lleva, pues, para trabajar, a las personas, esa es la idea que nosotros tenemos de lo que pasó a mis hermanos”.
Lo que queda de la familia quiere respuestas, pero la Fiscalí­a tiene miedo. Aunque el caso es muy claro, no han hecho nada.
Como le han dado a entender que sus hermanos están muertos, quieren ir a rastrear a una zona a unos quince minutos de Ocotlán, cerca de la carretera a Morelia. Han pedido ir a buscar en campo con los colectivos, pero “el gobernador de aquí­ de Jalisco, Alfaro, no nos ha querido brindar la protección para esa zona”.
Sin seguridad, no pueden ir a buscar. Y ahora con la pandemia mucho menos.
Guadalupe Camarena ha estado en colectivos de búsqueda de personas desaparecidas desde hace poco más de tres años y medio, cuando le desaparecieron por primera vez a una hija, a Lucero. Ahora suma cinco, en dos circunstancias distintas, pero igual de dolorosas.
””Como de ella sí­ quedó de plano su caso olvidado, no queremos que nos vuelva a pasar porque ya sabemos que las autoridades realmente no hacen nada, señala Mayra.
”“Prácticamente le quedas tú a tu mamá.
”“Sí­, prácticamente.
Después de cinco meses de silencio e invisibilidad, el ví­deo viral les ha brindado atención y una pequeña oportunidad de certeza.
””Estamos, otra vez queriendo creer en las autoridades de que a lo mejor sí­ van a hacer su trabajo, ahora sí­.
La familia Camarena sabe que las desapariciones de Oswaldo, Tonatiuh, Ernesto y José no son las únicas en Jalisco ni en México, por lo que no piden prioridad. Lo único que han estado solicitando en los últimos meses al Gobierno de Jalisco es el apoyo de la seguridad para ir con los colectivos a buscar, pero no se los han otorgado. Para rastrear lo que la Fiscalí­a ha inferido, en fosas, aunque ellas se nieguen a creer en ese final, pero tampoco quieren quedarse con la duda. Porque la incertidumbre es mucho peor.
La voz de Guadalupe se sobrepone por primera vez en casi media hora.
””Yo le pedirí­a ayuda a varias como “Entre Cielo y Tierra”; se refiere a uno de los colectivos más activos del estado.
Apenas el 10 de mayo, el colectivo hizo la “marcha virtual por nuestros hijos”. Guadalupe, desde Facebook, les agradeció a las que se refirió como hermanas del mismo dolor y a sus hijos, como cachitos de su corazón.
Claudia Janette Soto expone que ahora que se ha dado esta forma de presión y que han presentado el caso en tiempo y forma, espera que finalmente la PGR atraiga la carpeta.
””Dios quiera que sí­, porque el tiempo pasa, apunta.
Mientras tanto, la excusa de la Fiscalí­a de Ocotlán para no investigar y del Gobierno de Jalisco para otorgar los permisos es el Covid-19. Tendrán que esperar hasta el regreso a la “nueva normalidad” para aspirar a buscar a campo, si es que se los permiten, aunque para ellas la normalidad se extravió desde antes de la llegada del virus.
Por aquellos dí­as cuando Guadalupe se hizo viral, Miguel íngel Trujillo Herrera compartió en sus redes la publicación de otra madre que ilustra este sentir.
””A mí­ el COVID-19 no me va a matar, no gente, yo ya estoy muerta desde que desaparecieron a mi hijo. Marintia López.
Y es que aunque la atención de la mayor parte de la población se ha volcado en la pandemia, hay grupos para los que la enfermedad no es prioridad, sino un fenómeno que es tan mortal como el COVID-19: las desapariciones forzadas.
Por eso, el coronavirus, qué: a Guadalupe Camarena le arrancaron cinco cachitos del corazón. Por eso se convirtió en la mamá que pide ayuda a los “malos” para encontrar a sus hijos desaparecidos, cuando, en realidad, nunca ha existido tal separación entre héroes y villanos: aquellos que debí­an protegerla le han fallado y quienes tendrí­an que procurarle justicia, hasta ahora, le han impedido la certidumbre, la bendita certeza de saber dónde y cómo están aquellas personas que ama.


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