El reportero en 2 mundos
•El mundo de la estrechez
•El mundo de la opulencia
EMBARCADERO: Todos los días, los reporteros viven en dos mundos... El mundo de su realidad económica y social y el mundo de la utopía socialista... El mundo de la precariedad y el mundo de la abundancia siguiendo a los políticos y funcionarios públicos... El mundo de la estrechez cada quincena corriendo al Monte de Piedad para empeñar el único patrimonio disponible, el anillo matrimonial, y terminar la quincena, y el mundo de la opulencia con los políticos
Luis Velázquez
ROMPEOLAS: El mundo donde se vive en el día con día y el mundo de las cuentas alegres, la danza millonaria del presupuesto y la opacidad en la aplicación del gasto público… El mundo del desatino pidiendo prestado a los suegros para comprar los zapatos de los niños y el mundo político donde las barbies gastan sin remordimiento de conciencia el dinero público que les dan los funcionario… El mundo avasallante de la realidad adversa y el mundo descarrilado de la esperanza populachera y demagógica… El mundo de la pobreza en casa y el mundo del enriquecimiento ilícito de los políticos…
ASTILLEROS: En el siglo pasado era el paraíso… Tiempo aquel cuando los políticos solían soltar el billete fácil a los trabajadores de la información y había quienes lo aceptaban, pero también quienes lo rechazaban… Tiempo cuando los reporteros eran tratados con excesos y en sus vidas desfilaban las comidas opulentas y el alcohol corría como el agua debajo del puente y en cada gira gubernamental los jefes de prensa les ponían doncellas y cortesanas hasta en la habitación del hotel, además de un sobrecito con el billete fácil… Algunos, quizá, metódicos, pensando en el otro mundo dejado en casa, guardaban el dinerito y lo ahorraban para los gastos familiares…
ESCOLLERAS: Pero en algún sexenio por ahí el dispendio llegó a su fin, y entonces, con las llaves cerradas por todos lados, si algún medio deseaba enviar un cronista a una gira presidencial tanto en el país como en el extranjero debía sufragar los gastos… Fue quizá, parece, con Ernesto Zedillo, y desde entonces, quedó instaurado… Y el tiempo de las vacas gordas terminó para el gremio reporteril, aun cuando para los políticos las vacas gordas siguieron inalterables…
PLAZOLETA: Por eso, y como dice la gitana que en el mercado popular echa las cartas y lee las líneas de la mano, ha de vivirse “antes como antes y ahora como ahora”… Sin vivir con la esperanza por delante porque entonces, cada quien se expone al desencanto… En todo caso, en la relación políticos y medios, cada parte tiene tarea… El político gobierna y ejerce el poder y el reportero informa… El político tiene a ocultar la información y el diarista ha de buscarla antes debajo de las piedras… El político tienta y corrompe de ser necesario y el reportero sabe si extiende la mano para recibir la limosnita…
PALMERAS: Don Julio Scherer García lo decía de la siguiente manera… Entre políticos y reporteros hay un maridaje por interés recíproco y las partes suelen utilizarse… Pero aun cuando se trata de mundos paralelos, vidas equidistantes, cada parte tiene su función definida… Y cuando la línea se transgrede, entonces, el político cae en la tentación de dictar la noticia y el periodista sueña con ejercer el poder público hasta que un día, “la cuerda revienta por el lado más frágil” y que siempre es el trabajador de la información… Entonces, nada más digno y libre que mantener la distancia con el Príncipe…