Pero todos, y muchos años después, sus obras literarias siguen leyéndose y ellos como referencia mundial…

ROMPEOLAS: Juan Rulfo, por ejemplo, con un par de libros, entró a la gloria y la inmortalidad, igual, igualito, que Rimbaud con par de libros publicados… Rulfo fue tan pobre que primero vivió con los abuelos y luego fue internado en el seminario, entonces, que significaba con el ejército la única salida posible para los niños en desgracia económica… Antes de que su obra literaria fuera conocida, Rulfo anduvo en el paí­s vendiendo llantas por asignación… Y antes, trabajó como burócrata en la oficina de prensa de la Comisión del Papaloapan en Ciudad Alemán, Veracruz…

ASTILLEROS: Rimbaud fue hijo de padres pobres… Entonces, soñaba con otros mundos… Un dí­a, envió sus poemas a Paul Verlaine, una lumbrera en Parí­s, pidiendo una audiencia… Y sin esperar la respuesta, agarró su par de muditas de ropa y se fue… En Parí­s, fue más pobre todaví­a… Viví­a en la calle y dormí­a bajo un puente… Comí­a, cuando se podí­a… Los zapatos se desgastaron y andaba descalzo… Con harapos… La ropa, diluyéndose en jirones… Y aun cuando Verlaine lo rescató y hasta pareja se volvieron, a los 17 años de edad dejó de escribir porque su vida literaria estaba agotada…

ARRECIFES: Garcí­a Márquez contaba que en su casa, en Aracataca, Colombia, viví­a tiempo insólito… Por ejemplo, cada año nací­a un hermano más… Y cuando ya eran once hijos, entonces, y en medio de aquella pobreza (el Gabo viví­a con su abuelo) advirtió que la única salida digna era migrar del pueblo y fallecido el abuelo con quien viví­a se fue a Sucre a buscar una beca escolar… Y de Sucre pasó a Bogotá y a Cartagena y a Barranquilla y otra vez a Bogotá y a Parí­s… Y en Parí­s viví­a en la azotea de un edificio donde la administradora general le permití­a, incapaz de pagar la renta…

PLAZOLETA: Antón Chéjov padeció tuberculosos en medio de aquella pobreza rural donde viví­a con la familia… Como pudo, estudió medicina y graduó… Pero siempre, con un cucurucho en la mano izquierda para vomitar la sangre que escupí­a… Nunca pudo curarse, era la peor enfermedad de su tiempo y que la mayorí­a de los rusos pobres padecí­a, insuperable, aterradora… Y sin embargo, fiel y leal a su vocación literaria… Un tiempo ejerció el periodismo… Se fue a un campo de concentración para contar al mundo las historias de dolor y sufrimiento de la población condenada por los zares…

PALMERAS: Camus fue muy pobre… A los 6 meses de nacido quedó huérfano… Su padre, de 29 años de edad, murió en la guerra… Su madre, analfabeta, a quien solo restó emplearse de trabajadora doméstica... Su abuela, con quien viví­an, analfabeta, criada con la mano dura y firme del padre... Viví­an en un departamento en un edificio habitado por pobres y en donde solo existí­a un retrete… Tuberculoso, igual que Chéjov, Camus pudo salir con un apetito feroz, terco, obstinado, por vivir… Todos ellos, pobres, viviendo en pueblos jodidos, alejados de la civilización, se levantaron sobre sus pasados y fueron incandescentes…