Quitó el bustito de Miguel Hidalgo en la avenida principal y puso la estatua de Cristo Redentor de 9 toneladas y 8.30 metros de altura.
Cristo, los brazos extendidos para abrazar a la humanidad oteando el horizonte dirí­a el marinero en el Golfo de México, piratas y corsarios.
Hora de que la religión católica con los ministros de Dios salga a la calle para ganar y conquistar almas.
Los curas en Soconusco, caminando en las calles con la sotana y el Cristo colgando del pecho y en el pecho.
Feligreses como tal... necesita la iglesia en este tiempo cuando los cristianos evangélicos entraron al Palacio Nacional y fueron encargados, entre otras cositas, de repartir la Cartilla Moral de Alfonso Reyes como si fuera la Atalaya, estimulados con una concesión televisiva nacional.
Si en Soconusco escenificaran la pasión de Cristo igual que en Iztapalapa cada año en Semana Santa, el alcalde interpretarí­a a Jesús camino al Gólgota.
Serí­a, claro, el Cristo negro, cuyo peso en el sexenio guinda y marrón de Veracruz está en las alturas.
Los 9 metros con 30 centí­metros del Cristo redentor de Soconusco, como el brasileño, y el peso polí­tico del Cristo negro.
Bien podrí­an hermananarse Soconusco, Otatitlán y Esquipulas, con Brasil... para seguir la tradición de Javier Duarte viajando al pueblo de Lula en el tiempo de Enrique Peña Nieto y tomar cafecito con el dueño de Odebrecht.
Insólito:
Ninguno de los más de 2 mil 500 alcaldes del paí­s han encerrado en el tiempo de Amlove a Miguel Hidalgo en un rinconcito del parque.
Por el contrario, todos los dí­as, el padrecito Miguel Hidalgo comparece "ante los ojos de la nación" en la mañanera.
Y el alcalde Soconusco que lo hace a un lado para poner al Cristo Redentor.
El bustito de Hidalgo. Los 8.30 metros del Cristo.
Y lo que habrí­a costado.
El dinero público para afianzar la fe en la iglesia católica y congraciarse con los obispos y el arzobispo de Xalapa.

DE CRISTOS A CRISTOS
Apóstatas, herejes, se irán al infierno los doscientos once municipios de Veracruz que debieran seguir el ejemplo de su colega de Soconusco.
El polí­tico que ha mostrado su fe religiosa en público, sin avergonzarse.
El polí­tico que se da golpes de pecho para suscribir su purificación moral.
La fiesta sigue en el pueblo luego de la bambalina con la frasecita bí­blica, célebre, imborrable, citable y memorable.
"Prohibido morir de coronavirus"... extendida en el kiosco.
¡Ay, Dios mí­o!, si prohibido quedó morir de coronavirus en Soconusco...
Y si los médicos alemanes advierten que el COVID está en la leche materna...
Y los médicos chinos aseguran que el semen transmite el COVID...
Entonces, tremendo arguende se armarí­a en Soconusco si prohibido quedó morir de la pandemia.
Pero con todo, Cristo Redentor ha salvado al pueblo.
El COVID... "les hará los mandados".
¡Su fe los ha salvado!
La diócesis de Coatzacoalcos bien podrí­a cambiar su sede oficial y pasar a Soconusco.
El Cristo Redentor que en Coatzacoalcos quiso levantar el exalcalde Marcelo Montiel Montiel fue reducido a la nada. Polvo. Polvo eres y en polvo te convertirás.
El Cristo del Cerro del Corcovado, en Brasil, pesa mil doscientas toneladas y mide treinta metros de altura.
El Cristo Rey de Silao, Guanajuato, pesa ochenta toneladas y mide veinte metros de altura con sus cristeros.
El Cristo de Soconusco, pesa nueve toneladas y mide 8.30 metros.
Cada año, peregrinaciones de la feligresí­a católica al Cristo Rey.
Este año, el alcalde y la iglesia organizarán la primera gran peregrinación con fiesta cí­vica de varios dí­as.