Pero un año y medio después, Veracruz es un infierno, floreciendo en la discordia, tierra fértil.
Por ejemplo:
El rafagueo entre el lí­der de la bancada de Morena en la LXV Legislatura, JJ Gómez, contra el vocero del arzobispado, sacerdote José Manuel Suazo.
Y el vocero del arzobispo contra el diputado JJ.
Usted, rafagueando al arzobispo Hipólito Reyes Larios "por meter la cuchara" en el caso de las reformas electorales llamando a los presidentes municipales a vetarla.
El arzobispo publicitando comunicados para reiterar su filosofí­a católica porque "los asuntos públicos son de todos".
El diputado local de Morena, José Magdaleno Rosales Torres, contra usted y el góber precioso de Amlove, y ustedes devolviendo los hachazos.
El senador de la república, Julen Rementerí­a, en un duelo con el secretario de Educación, el profe de todos los tiempos, Zenyazen Escobar, ida y vuelto uno y otro.
El góber en contra de Julen Rementeria "metiendo las manos" al fuego por Zenyazen.
El doctor Roberto Ramos Alor, secretario de Salud, en un fuego amigo y enemigo con las asociaciones de profesionales de médicos y enfermeras en el tiempo del coronavirus.
El diputado JJ Gómez, jefe máximo de la Junta de Coordinación Polí­tica de la LXV Legislatura, convenciendo con amenazas a los alcaldes para avalar las reformas electorales (Notiver) y de las que, por cierto, han anunciado posible revire.
El alcalde de Soconusco, militante del Movimiento Ciudadano, haciendo a un lado el bustito (bustituto por minúsculo y pequeñito) de Miguel Hidalgo, uno de los héroes de Amlove, para instalar en su lugar un monumento de Cristo Redentor de más de 8 metros de altura y nueve toneladas de peso.
Cada presidente municipal aplicando sus medidas sanitarias en el tiempo de la pandemia.
Montón de licenciados con méritos suficientes aspirando a las Fiscalí­as denunciando dados cargados, favoritas, desde el aparato gubernamental.
Veracruz, en la discordia.

DISCORDIA Y DESIGUALDAD SOCIAL
En vez de tejer las raí­ces sociales, destejiendo.
En lugar de la concordia, la discordia.
En vez de la fraternidad solidaria entre todos para enaltecer el destino social de Veracruz, la guillotina.
En lugar de la comunión de almas sociales, los machetazos.
En vez de la búsqueda mesurada de objetivos comunes, el palenque.
En el otro lado de la cancha, la realidad inobjetable:
6 millones de los 8 millones de habitantes de Veracruz, en la miseria y la pobreza.
La peor y espantosa desigualdad económica y social donde doscientas familias son dueñas de más del 60 por ciento de la riqueza estatal.
Un millón de paisanos, migrantes sin papeles en Estados Unidos.
Uno de cada 3 jefes de familia, llevando el itacate a casa con el ingresito obtenido en el changarro.
Veracruz, primer lugar nacional en producción y exportación de trabajadoras sexuales vendiendo el cuerpo para garantizar la torta en casa.
He ahí­ el resultado de la polí­tica de la discordia en el tiempo, ¡vaya maravilla!, de la izquierda en el poder y cuyo alarde es un mundo mejor para todos.
Dí­as después de que usted tomara posesión como secretario General de Gobierno mostró el puño y el músculo y comenzó a rafaguear a los actores polí­ticos y sociales.
Fue el caso en el mes de diciembre del año 2018 cuando en los lí­mites de Isla y Rodrí­guez Clara fueron emboscados unos migrantes de América Central y mataran a una guatemalteca y tres paisanos más quedaran heridos.
Entonces, usted disparó su Magnum y acusó a la policí­a municipal de Isla de la emboscada y el asesinato de la mujer.
El alcalde de Isla le reviró asegurando que los asesinos eran los polleros.
Después, los dí­as y las semanas pasaron y todo quedó en el reality-show.
Tal ha sido el estilo personal de ejercer el poder en 18 meses.
Los guantes puestos. El rafagueo. La discordia.
¡Qué desencanto social!
¡Serénese, secretario!
¡Mesura, cordura, prudencia, concordia, sumar voluntades, grandeza humana, grandeza de Estadista!
Lo dijo Amlove a Vicente Fox Quesada: ¡Cállate, chachalaca!
Nadezdha Vergel.