Homicidas físicos
•Homicidas intelectuales
•Caso Ma. Elena Ferral
ESCALERAS: El asesinato de María Elena Ferral (treinta años en el periodismo, en Papantla) asesinada el lunes 30 de marzo, parece "la crónica de una muerte anunciada". El 18 de abril del año 2016 (hace 4 años), la corresponsal del Diario de Xalapa confió al corresponsal de Proceso, Noé Zavaleta, que el cacique de Coyutla, el expriista y panista, Basilio Camerino Picazo Pérez, le advirtió o siguiente:
Luis Velázquez
"Te vamos a levantar".
Ella interpuso una denuncia penal en la Fiscalía Especializada en Delitos contra la Libertad de Expresión porque temía por su integridad física y la de su familia, pero nunca sucedió nada. Era el tiempo de Javier Duarte y cuando, en efecto, "nada pasaba", pues en aquel entonces, diecinueve reporteros, fotógrafos y editores fueron ejecutados, más tres periodistas desaparecidos.
Ahora, sus compañeros en la región de Papantla bloquearon la autopista reclamando justicia pronta y expedita.
PASAMANOS: Nadie señala al cacique del atentado. Y solo se refiere porque, y por ejemplo, el par de corresponsales asesinados en el sexenio marrón y guinda de MORENA en Veracruz ejercían el periodismo en pueblos, digamos, suburbanos. Uno, Actopan, donde fue asesinado Jorge Celestino Ruiz Vázquez, corresponsal del Gráfico de Xalapa, y Papantla, donde ultimaran a la corresponsal del Diario de Xalapa.
Y en ambos pueblos, igual que en otras latitudes geográficas con poblados rurales e indígenas, los caciques, "señores de horca y cuchillo" con sus pistoleros.
Y si en el duartazgo, la mayoría de trabajadores de la información ejecutados eran de ciudades urbanas, ahora, con la izquierda en la silla embrujada del palacio, son de pueblos, digamos, rurales.
CORREDORES: Tierra de caciques Veracruz, los caciques, por lo general, dueños del poder económico, político y social, y por lo general, enfrentados con uno que otro reportero que todavía anda por la vida con un montón de ideales, sueños, utopías, quimeras y esperanzas por un mundo mejor.
Por eso, la clave para la Fiscalía General está en detener aprisa, de prisa y con prisa, primero, a los homicidas físicos (se habla de dos sicarios) para apretar tuercas y rastrear las pistas que lleven a los homicidas intelectuales, pues ni modo que los pistoleros actuaran por voluntad propia.
Los caciques, por ejemplo, siempre andan acompañados de escoltas privados y pistoleros, dispuestos a todos, pues por eso mismo reciben el pago quincenal
BALCONES: Es hora de aterrizar la promesa oficial (como siempre ocurre) de hacer justicia.
Y es que con un par de reporteros asesinados si la procuración de la justicia tarda en llegar, los malandros "crecerán al castigo" (como sucedió en el duartazgo) y los trabajadores de la información y ciudadanos en general seguirán expuestos a una bala perdida, a una emboscada, a una trampa suicida.
Todavía peor: entre más impunidad se esté dando (al momento van 72 horas del crimen de María Elena Ferral y los primeros 5 días son claves), más descrédito del góber de Veracruz ante el presidente de la república, el político que le ha levantado la mano y vitoreado y declarado el más honesto.
Pero en el tiempo nublado y huracanado que padecemos, de nada sirve la honestidad si falta la mano firme para procurar justicia.
PASILLOS: Luego del asesinato en Papantla hubo, y como es natural, protestas de la CEAPP y de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y de ONG y de fundaciones de reporteros, etcétera. Pero las declaraciones y posiciones en nada abonan a la causa ni apresuran la justicia. Solo con la resistencia pacífica podría, digamos, lograrse una respuesta específica desde el palacio de gobierno de Xalapa.
Y más, mucho más, cuando de por medio existiera, digamos, "la crónica de una muerte anunciada"... por un cacique que fue priista y luego panista, con todo y que acaso el CDE del PAN resbalaría en su defensa.