Fue la segunda trabajadora de la información ejecutada en el sexenio guinda y marrón. El primero, el corresponsal del Gráfico de Xalapa en Actopan, Jorge Celestino Ruiz Vázquez.
Y de igual manera que Javier Duarte y Miguel Angel Yunes Linares en su tiempo con los 24 periodistas y fotógrafos y editores asesinados, el góber jarocho de Amlove pronunció las siguientes palabras maravillosas, mundo utópico ofrecido, lleno de ilusiones y buenos deseos:
"No vamos a parar hasta dar con los responsables".
Ok.
¡Hosanna, hosanna!
La tarea es audaz. Intrépida. Temeraria. Y más, en un Veracruz donde además del reino siniestro de la inseguridad pública reina la impunidad.
Y más cuando la tarea se multiplica.
Una, rastrear y detener y someter a proceso penal y sentenciar a los asesinos fí­sicos.
Y dos, identificar y detener y someter a proceso penal y sentenciar a los homicidas intelectuales, pues ni modo los criminales (fueron tres se afirma) actuaran por voluntad propia tratándose, primero, de una mujer, y segunda, de una reportera, y tercero, con el antecedente siniestro y sombrí­o de Javier Duarte con sus diecinueve reporteros asesinados en aquel sexenio, más un trí­o de desaparecidos, y de quienes desde el año 2011 nada se sabe, nada se conoce, ni una pista.
Por eso mismo, el góber de Amlove reveló (ajá, ¡vaya garantí­a!) que se reunió con el secretario General de Gobierno y la Fiscal, sin citar, claro, al secretario de Seguridad Pública, el policí­a que vino de Nuevo León, primero, para conocer la identidad con sus 212 municipios, y segundo, para combatir, cierto, a los rateros y ladrones, pero más, a los cárteles, cartelitos, sicarios, pistoleros, malandros, malosos, halcones, y caciques "señores de horca y cuchillo".
Y nomás para alentar esperanzar, el góber pronunció otra frase bí­blica:
"Dirigimos a la familia... el compromiso de hacer justicia".
Ha de preguntarse, entre otras cositas, si habrá en Veracruz una población electoral que todaví­a cree y tiene confianza en el góber, y por añadidura, si le cree.
Y más luego de su oso consagrado transmitido en cadena nacional con Denise Maerker en noticiero estelar de Televisa.
--Daré con los asesinos, dijo el góber.
Jarochos, tened fe. Mucha fe. Muchí­sima fe. Y creer en la palabra del góber fifí­, sabadaba y salsero.

EL GÓBER SE ACHAPARRA Y APACHURRA
El mismo dí­a, las neuronas y la lengua del góber de Amlove se enredaron y resbaló por completo.
Por ejemplo, inició un twitter con la siguiente frase:
"Lamento mucho que en estos momentos que estamos tratando de salvarle la vida a la periodista Marí­a Elena Ferral, algunos de sus colegas ya le hayan dado por muerta en sus "noticias".
Ajá.
¡Vaya gobernador que se detiene en minucias!
Uno. Desde hace semanas anteriores, el secretario de Seguridad Pública descubrió que los reporteros "por ganar la nota" cometen errores con la descripción de los hechos.
Cierto, cierto, cierto, pero caray, que el góber se detenga en tales apreciaciones, desencanta como Estadista, como polí­tico de Estado, como jefe máximo del Poder Ejecutivo Estatal, como el polí­tico de mayor confianza en Veracruz de Amlove.
Dos. El góber dice que "estamos tratando de salvarle la vida a la periodista".
Ajá.
Solo que quienes luchaban por salvar la vida a la reportera fueron los médicos, primero, del hospital de Papantla, y como las circunstancias los rebasaron la trasladaron al hospital de Poza Rica, y en donde muriera por tres tiros que le pegaron.
El protagonismo mesiánico es incalculable.
En otra parte de su twitter, el góber escribió lo siguiente, digamos, interrogante a la prensa que dio por muerta a Marí­a Elena Ferrat:
"¿Tanto mal le desean a la gente con tal de tener la oportunidad de golpear a un gobierno?".
Una vez más, el góber se confunde, digamos, con la patria chica y se declara, pobrecito, ví­ctima, y asegura, sin rubor alguno, que mataron a la reportera estando entre la vida y la muerte en el quirófano... solo, únicamente, con el objetivo de "golpear a un gobierno", es decir, a su gobierno, a su sexenio, al gobierno de Amlove en Veracruz, a Morena, a la 4T, a la Cartilla Moral, a la Honestidad Valiente, a la purificación moral.
El góber, elevado a la categorí­a de uno de los 5 héroes patrios del obradorismo.
Caray, en el periodismo hay de todo, como en la polí­tica y en la vida partidista y en el gremio sindical y entre las elites empresariales.
Y con todo, el desencanto.
Un gobernador que se detiene y ocupa y preocupa de los trabajadores de la información que resbalan y cuando, además, busca sacar leña de las pifias.
¡Vaya estatura polí­tica, social y moral!
En el ejercicio del poder, y en la vida misma, ante todo, la grandeza humana. la alteza de miras, la dimensión social, el sentido sublime de la vida.
"Aquellos hombres de la Reforma, escribió el historiador don Daniel Cosí­o Villegas, eran hombres, pero parecí­an gigantes".
Y con tuits así­, todos los seres humanos se achaparran y apachurran... ellos solitos.