Dueños de la pelota
Casi dieciséis meses después, el góber jarocho de AMLO lleva más de veinte despidos, cambios y enroques de su gabinete legal y ampliado. Casi casi, llegando a treinta. Pero solo un trío de políticos de izquierda manejan o parecen dueños de la pelota.
Uno, el góber. Dos, el secretario General de Gobierno. Y tres, la Fiscal.
Luis Velázquez
Ellos operan el pandero y aprietan el botón nuclear con la evolución del gabinete. Unos se van y otros llegan. Pero todos con el sello del trío. La trinca infernal le llamaría un priista con unos alcoholes de más en la noche fragorosa.
En el tiempo priista, aquel del viejo y antiguo sistema político, era claro que “el poder no se compartía”. Y todos los cambios, por ejemplo, tenían el sello del jefe máximo. Era “el país de un solo hombre”, reproducido en cada entidad federativa.
Ahora, la izquierda en la cumbre del poder, en el peldaño más alto de la escalera si es que la vida, como decía Charles Baudelaire, es una escalera para continuar subiendo, el trío guinda y marrón comparte.
Incluso, pareciera que el vicegobernador sigue quedándose con la mayor parte de parcelas a repartir. La tajada más grande del pastel. “El bola ocho” le apodan para su dolor y sufrimiento, aun cuando en el billar “la bola ocho” es la más peligrosa. Efectiva y eficiente. Fatídica y determinante para ganar la partida.
Es más, pudiera sentirse y percibirse que el trío está en la pirámide más alta. Allí donde los vientos huracanados son impenetrables.
Y en contraparte, el resto del gabinete legal y ampliado contento, satisfecho y feliz con que le permitan algunas tajadas.
Una de ellas, el nepotismo. Por ejemplo, el secretario de Salud, con la familia en la nómina. El primo ilustre e incómodo, subsecretario de Finanzas y Planeación, Eleazar Guerrero, con la familia en el poder y también los amigos, dueño, se afirma, de las direccione administrativas de todo o casi todo el gabinete.
Es más, una Barbie, la famosa Barbie de Liverpool, convertida en Barbie de la secretaría del Medio Ambiente, la Monse, y quien ha despertado la envidia de la burocracia femenina pues solo labora dos días a la semana y la pasa trepando fotos a las redes sociales.
PURIFICACIÓN MORAL
Siempre ha sido tal cual. En el reparto del poder, ninguna diferencia entre priistas, panistas, perredistas y morenistas, anexos y conexos.
Vale, entonces, el discurso de la purificación moral. Y de la Cartilla Moral. Y de llamada “Honestidad valiente”. Y de la 4T.
Incluso, y dados los cambios, al góber jarocho le tocarían los mandos medios y al secretario de Gobierno, las grandes ligas.
Por ejemplo, quedó con la Fiscalía, quedó con la presidencia del Tribunal Superior de Justicia y quedó con la dirección del DIF estatal. Y quedó con el nuevo presidente de la mesa directiva de la LVX Legislatura. Y quedó con la delegación federal de la Fiscalía General de la República.
Y el góber jarocho, y por ahora con la dirigencia estatal de MORENA cuando cambió al Jefe de su Oficina, Esteban Ramírez Zepeta, y lo envió a caminar Veracruz para el proselitismo, ungido ya, luego luego, súper dedazo puro, antes de que el gallito cantara, presidente de la Comisión Interina, bendecido por Alfonso Ramírez Cuéllar.
Y es que, claro, si el góber se atreviera a remover a Éric Patrocinio Cisneros, entonces, enfrentaría a la secretaria de Energía, Norma Rocío Nahle, pues en la cancha pública se afirma que la Secretaría de Gobierno es su posición, de igual manera como también la secretaría de Salud, y por añadidura, el titular, inamovible…, por ahora, con todo la insensibilidad ante el COVID 19.
Tampoco el góber se atrevería, digamos, a remover al secretario de Desarrollo Económico, pues significa una parcela de poder de la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, ya que, además, el titular de la SEDECO es su familiar.
60 FUNCIONARIOS DE LA FISCAL
De acuerdo con el ritual, si el góber nombra a un político en un cargo público y si falla o comete errores, ni modo, se equivocó y sabrá si lo despide, cambia o remueve, pues finalmente, nada pasa. Es el tlatoani infalible. El dueño del poder total y absoluto. El mandamás, diría Ordorico Cienfuegos.
Así, la característica del sistema político priista como el amiguismo, el cuatismo, el compadrazgo, el tráfico de influencias y el conflicto de intereses está vigente, y nada, absolutamente nada indica un cambio radical.
El chamán del pueblo dice, por ejemplo, que cuando un político se encumbra en el poder siempre incorpora en la nómina a los cuates y a los familiares, pues ni modo nombre a los enemigos y adversarios.
Y si los cuates y parientes son capaces, con mucha mayor razón, así “ordeñen la vaca” y “metan la mano al cajón” cuantas veces sea necesario.
Es, sería el caso, por ejemplo, de los más de veinte, rayando en treinta, funcionarios despedidos, enrocados y nombrados en el casi año y medio del sexenio guinda y marrón, aun cuando la Fiscal, ex reina de belleza, ha nombrado a más de sesenta funcionarios. Ella solita.
Grave, porque dada la biografía pública, política y social de la mayoría mucho se duda que la pasión social por los 6 de los 8 millones de habitantes de Veracruz para enaltecer su diario vivir figure como el objetivo superior...por más y más que todos ellos “se curen en salud”.