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Martes 25 febrero, 2020

Saña y barbarie

La saña y la barbarie en Veracruz es así­:
El miércoles 19 de febrero, unos malandros fueron a Cosoleacaque para ajustar cuentas con un hombre. En el lugar de los hechos, el hombre logró escapar, cuando, y todo indica, los pistoleros tomaban un refresco en la tienda de la esquina.
Entonces, los malosos se fueron contra la hijastra del hombre, y quien por cierto cumplí­a quince años de edad y estaba con sus amigos.

Luis Velázquez/Parte II

Karina Martí­nez González se llamaba y viví­a con su familia en el Barrio Segundo del pueblo.
La quinceañera forcejó. Opuso resistencia. Y cayó al piso.
Y en el piso, frente a la capilla de la Virgencita de Guadalupe, la morenita del Tepeyac, el par de pistoleros le dispararon 5 tiros, dos más que a Rosita Alví­rez, la de la canción.
Luego, el par de sicarios, tan quitados de la pena, ajustadas las cuentas, treparon a una motocicleta y se perdieron en la luz del dí­a en medio de las calles y de las personas atónitas y sorprendidas.
"Una muerta más". "La muerte tiene permiso". La muerte, vestida de impunidad.
La población de Veracruz, rodando en el abismo social hacia el rincón más arrinconado del infierno.
Y arrinconado, por la fallida y errática polí­tica de seguridad pública y de procuración de justicia.
"¿Qué hacer?" se preguntó Lenin en ví­spera de la revolución rusa en el tí­tulo de un libro publicado.
¿Qué hacer, entonces, en Veracruz, con el tiradero de cadáveres y el tiradero de la impunidad?
Un dí­a antes del asesinato de la quinceañera en Cosoleacaque, a un ladito, en Minatitlán, una pareja de menores de edad, 15 años ella, 17 años él, fueron asesinados a tiros.
Un dí­a de los dí­as sórdidos que se viven y padecen preguntaron a la Fiscal sobre el í­ndice de feminicidios.
Frí­a y calculadora, digamos, aseguró que no tení­a actualizado el número de ví­ctimas.
Para entonces, ya habí­a puesto en la cancha desaparecer el delito de feminicidios porque así­ lo pide el Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, con quien se tomó feliz y dichosa la foto.

LA MATARON DELANTE DE LA VIRGENCITA DE GUADALUPE
El asesinato de la quinceañera en Cosoleacaque tiene un significado polisémico. La realidad vista en diferentes vertientes. Entre ellas, las siguientes:
1) La peor naturaleza humana. Los malandros iban por el padrastro. Huyó y entonces, mataron a la hijastra. Karina. 15 años. Y de 5 tiros, por si cuatro fallaban. Y de forma icónica y simbólica, delante de la imagen de la Virgen de Guadalupe.
2) El par de malandros debí­an de cumplir con la orden superior del jefe. El padrastro huyó, y ni modo, la hijastra pagó con su vida. De lo contrario, peor les irí­a a ellos.
3) Si los carteles y cartelitos están colgando cadáveres de puentes y árboles y decapitando cabezas humanas y abandonándolas sobre mesas de antros, y si los sicarios huyen y se esconden en un kí­nder, entonces, peores dí­as y noches hemos de esperar en Veracruz.
Y si alguna duda existiera ha de mirarse hacia el resto del paí­s, donde la población está igual o peor.
4) Desde hace 15 meses, el obradorismo repite y repite en el discurso mañanero que combatirán las raí­ces del desastre social, herencia, dice, del neoliberalismo. Ajá. Pero cada vez, los carteles ganan o parecen estar ganando más terreno y dominio.
5) Hace 27 años, Patricio Chirinos Calero gobernador salinista, los carteles se establecieron en Veracruz. Y aquí­ siguen. Y nada, absolutamente nada, indica, anuncia, posibilita, que se vayan. Veracruz es una plaza jugosa. Antes, por el tránsito de sur a norte del paí­s. Ahora, porque Veracruz se ha vuelto un estado consumidor de droga, por ejemplo, además de los otros negocios, el huachicoleo, los migrantes, los secuestros, las extorsiones, el derecho de piso, la trata de blancas, la prostitución, el robo de ganado y los negocios ilí­citos con los polí­ticos.
6) La codicia y la ambición de los carteles y cartelitos es igual o peor que, digamos, la ambición sin lí­mites de las elites polí­ticas. Y con tal de quedarse con el billete fácil, la naturaleza humana resulta insólita. Sórdida y siniestra. Por ejemplo, a una familia de los Llanos de Sotavento le han secuestrado a un par de hijos en tres ocasiones. Y como siguen pagando el rescate, más los secuestran. Ellos piensan ya "quemar sus naves" en Veracruz y exiliarse. Y empezar de nuevo en el otro extremo del paí­s o en el extranjero. Una historia, además, repetitiva en todos los rincones de Veracruz. De sur a norte y de este a oeste.
7) La inseguridad crece. Pero entre otras cositas se multiplica por la impunidad descarrillada, fuera de control. Los malos "crecen al castigo" porque saben que cometen y cometen fechorí­as y en la mayor parte de los casos, las libran. Cierto, de vez en vez el anuncio festivo de que una banda de sicarios fue detenida. Pero al mismo tiempo, los sicarios se reproducen como los conejos, los ácaros y la humedad.
8) Palabras mayores en Veracruz: asaltar a unos feligreses en la iglesia, asaltar a las parejas furtivas en los moteles, matar a personas en un balneario popular en dí­a domingo, asaltar a comensales de una taquerí­a, asesinar a una persona secuestrada aunque la familia pague el rescate, cortar los dedos de una mano de una anciana plagiada y enviárselos uno por uno, dí­a tras dí­a, a la familia para presionar el pago.
Nunca antes, jamás, vivido y padecido en Veracruz.

¡AY, LA CARTILLITA MORAL!
En el discurso, digamos, moral, tiempo de la Cartilla Moral, tiempo de la 4T, tiempo de "no robar, no mentir y no matar", tiempo de la renovación social, se dirí­a que, caray, ni padres ni padrastros tengan malas amistades y se metan con los malandros de sicarios y pistoleros.
Pero una cosita son las buenas intenciones y los mejores deseos purificadores, y otra, el desempleo y el subempleo, y lo peor, los pinches salarios de hambre.
Bastarí­a referir un dato:
Uno de cada 3 jefes de familia llevan el itacate a casa con el ingresito del changarro en la ví­a pública vendiendo tortas y gordas y tacos y picadas con refresco de cola.
Otro dato:
Si la migración de México a Estados Unidos empezó con Porfirio Dí­az Mori cuando la construcción de ferrocarriles, hay en EU un millón de paisanos de Veracruz como migrantes sin papeles.
Otro dato:
Y si hay migración creciente se debe, entre otras cositas, a la errática polí­tica económica para impulsar y favorecer la creación de empleos y de empleos dignos pagados con justicia laboral.
Otro dato:
Y si las fuentes de empleo carecen, entonces, cada padre de familia busca un ingreso al precio que sea, y digamos, por el camino fácil.
Y más cuando y como en Veracruz hay 600 mil personas analfabetas, y un millón de paisanos con la escuela primaria incompleta y otro millón con la secundaria a medias y 600 mil personas con el bachillerato inconcluso.
Y es que en tales circunstancias económicas y la recesión la posibilidad laboral se limita y estrecha y la vida endurece y solo queda chambear en lo que se pueda.
Un cí­rculo vicioso tan antiguo y viejo como la historia y que nunca, jamás, será solucionado en un sexenio.
Por eso quizá, y como mera hipótesis, el hombre asesinado en Cosoleacaque andaba de malandro, y fueron por él, y huyó y mataron a su hijastra de quince años nomás como ajuste de cuentas y venganza.


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