Viaje al infierno
•Trilogía de Auschwitz
•¡Vaya perversidad humana!
EMBARCADERO: El peor capítulo de la historia para los derechos humanos son los campos de concentración de Adolf Hitler, desde Alemania hasta el camino a Rusia, y en Rusia, desde luego... Según los investigadores, tan solo en su tierra, Hitler ordenó la matanza de unos diez millones de judíos... Basta leer el libro “La trilogía de Auschwitz” del escritor italiano, Primo Levi, preso en aquellos rincones del infierno, para quedar, primero, hinoptizado con las crónicas de la muerte y la venganza, y segundo, para
Luis Velázquez
asombrarse de tanta perversidad, y tercero, para odiar cada vez más a Hitler y los suyos…
ROMPEOLAS: Por ejemplo, insólita la carnicería despiadada en contra de los judíos… El transporte de Alemania a los campos de concentración (igual, igualito que José Stalin con Siberia), donde todos los judíos eran desnudados y mujeres y hombres apretujados de pie en los vagones del tren… Los campos aquellos, escribió Levi, ayudan a medir y calibrar a los seres humanos en toda su dimensión negra y oscura, sórdida y siniestra… El rencor de un hombre, Hitler, descendiendo a su propio infierno interior…
ASTILLEROS: En la galería de la perversidad humana está, por ejemplo, que las cenizas de todos los judíos asfixiados en las cámaras de gases eran utilizadas como fertilizantes en los campos agrícolas y como arena y tierra para cubrir los caminos y rellenar los terrenos en las construcciones de madera habitadas por los jefes hitlerianos… El hambre, el cansancio y el frío como horrores naturales… Las enfermedades y las amenazas de muerto, la prisión y la tortura como parte de las humillaciones para doblegar y arrodillar la naturaleza humana y sobajar a todos, sin excepción…
ESCOLLERAS: Y de ñapa, las cabezas rapadas de todos, mujeres y hombres, para hacerlos sentirlos inferiores, pues y como se sabe, Hitler soñaba con el exterminio de los judíos para imponer la raza pura… Una de las formas más indignantes de la humillación era que todos, mujeres y hombres, niños y jóvenes, gente madura y ancianos, defecarán delante de todos… Y todavía, los jefes militares se reían y carcajeaban y les preguntaban si ya habían terminado porque la lista haciendo fila era inmensa…
PLAZOLETA: Peor tantito: dormir toda la noche con el olor del excremento que se acumulaba a un lado de los dormitorios… Y ante la escasez de agua beberse los orines… Incluso, y más peor, dormir en la misma cama individual con un muerto y respirar y volver a respirar toda la noche el hedor de los cuerpos humanos quemados en las cámaras de gases… Y más, en la temporada de calor… Los niños en las cámaras de gases aniquilados uno por uno, todos, en un proceso colectivo, mientras los padres sufrían el peor dolor y sufrimiento de la vida… Los moribundos en la antesala de la muerte amontonados en los vagones de ganado… Todos apilados y desnudos…
PALMERAS: Los intelectuales que eran detenidos por la policía hitleriano y enviados a los campos de concentración, acusados de traidores… Y las presiones eran tantas que en algunos casos, maestros, filósofos, sociólogos, arquitectos, pintores, etcétera, eran doblegados cuando les ofrecían ser jefes de una crujía y a cambio de una mejor comida tratar a sus compañeros judíos como si ellos fueran alemanes… La lectura de los 3 libros de Primo Levi, una especie de memoria de los días y noches en los campos de concentración, es un viaje macabro al infierno que solo puede leerse por ratitos para evitar que el corazón caiga derrotados por la depresión…