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Expediente 2025
Viernes 07 febrero, 2020

“La plenitud del pinche poder”

Los cristianos evangélicos viven “la plenitud del pinche poder” como decí­a el clásico fidelista. Más que con la Atalaya o el catecismo predican con la Cartilla Moral de Alfonso Reyes escrita hace 80 años. Y de ñapa, tendrán empleo seguro y estable durante 5 años más.. Y de postre, la concesión de una televisora nacional.
Incluso, salieron más inteligentes y poderosos que los cristeros con todo y su Movimiento Nacional.

Luis Velázquez

Ellos, por ejemplo, fueron perseguidos con furia luego del asesinato de ílvaro Obregón cometido por el caricaturista José de Jesús León Toral y su aliada y asesora, la madre Conchita.
Así­, por aquí­ AMLO entró a Palacio Nacional, también los cristianos evangélicos.
Y el mundo, desde entonces, quedó fracturado en dos ejes.
El bien el mal. Los patriotas y los conservadores. Los testigos de hoy y los emisarios del pasado.
Los partidarios y los enemigos. Los aliados y los disidentes. Los puros y los impuros. Los ángeles de la pureza y los pillos, ladrones y corruptos.
Los conspiradores del presente y del pasado. Los virtuosos y los pecadores.
Incluso, solo falta integrar un Tribunal Revolucionario para incendiar en la plaza pública a los incómodos y deseables bajo aquel lema de Ronald Reagan que repetí­a a los apóstatas y herejes. “Estás conmigo o estás contra mí­”.
La virtud evangélica como la máxima presea para entrar al reino obradorista, donde manda y ejercer el poder y gobierna “El incorruptible”. El enviado de Dios dirí­a el cura José Alejandro Solalinde Guerra.
La moral pública como eje central. La virtud ciudadana como búsqueda permanente para alcanzar el paraí­so celestial.
¡Te queremos, Yuri, te queremos!
Por eso, de una vez ha de quedar claro para todos:
Hoy, el mejor negocio es volverse cristiano evangélico. Y luego luego aprenderse de memoria la Cartilla Moral e irse de casa en casa tocando puertas para predicar la nueva moral revolucionaria.
En 6 años se logrará lo que nunca los Diez Mandamientos en más de dos mil años.
No mentir, no robar, no matar, no desear a la mujer ajena, no meter las manos en el presupuesto, no concesionar obra pública por dedazo, no integrar empresas fantasmas, no encumbrar a la familia en cargos públicos.
El nuevo mundo soñado por los socialistas del siglo pasado.
El Ser Supremo (como se llame, Dios, Buda, Mahoma, Yahvé, etcétera), la máxima inspiración de la 4 Transformación.

OBRADORISMO, NUEVA RELIGIÓN EN EL PAíS
Algunos ciudadanos preguntan las razones por las cuales con todo y su estilo personal de ejercer el poder, un año y 14 meses y dí­as después, AMLO se mantiene en la preferencia electoral.
Una. Durante 18 años predicó en la república desde su púlpito la nueva religión polí­tica en contra de la corrupción priista, panista y perredista con “la honestidad valiente” por delante.
Dos. Poco a poco, los desheredados de la fortuna como les llamaba Franz Fanon, los olvidados de Dios como les decí­a Luis Buñuel, la gente insignificante como los describí­a Dostoievsky, lo miraron como el enviado de Dios.
Tres. Siempre, siempre, siempre, AMLO, del lado de los pobres y los jodidos entre los jodidos ante unas elites polí­ticas que cada vez se enriquecí­an más y más “ordeñando la vaca” y “metiendo la mano al cajón”.
Cuatro. Millones de veces pronunciado en el discurso polí­tico de “la mafia en el poder”, AMLO dividió el mundo en pillos y ladrones y en honestos y en pobres y ricos.
Cinco. Luego de 90 años de dictadura priista y de doce años de panismo, la gente jodida en un paí­s con 6 de cada 10 ciudadanos en la miseria y la pobreza, todos se fueron del lado de AMLO. Por eso, incluso, los treinta millones de votos, donde, vaya paradoja de la vida, hasta la clase media, dice el politólogo Carlos Ronzón Verónica, se fue de su lado y le creyó.
Seis. Por aquí­ AMLO tomó posesión decretó un fin cultural para la casa presidencial de Los Pinos y la abrió al público, cierto, para que la población conociera la frivolidad con que viví­an a costa del erario.
Siete. Fue la misma táctica polí­tica de la venta del avión presidencial, el Boeing comprado por Felipe Calderón, y que será abierto al público para continuar sembrando el rencor, el odio y la furia de la población en contra de las elites priistas y panistas.
Ocho. Nada más efectivo que los nuevos programas sociales lanzados por AMLO, al mismo tiempo que seguir en campaña electoral desde la presidencia de la república cada fin de semana y poco a poco seguir amarrando la expectativa de MORENA en la conciencia ciudadana.
Nueve. El mundo dividido en dos ejes. Los chairos y los Siervos de la Nación contra los conservadores.
Diez. AMLO, viajando en aviones comerciales para dejar testimonio de su austeridad franciscana. AMLO, viviendo en Palacio Nacional, igual que su héroe patrio, Benito Juárez.
Y once. Aun cuando López Obrador ha sido incapaz de frenar la ola de violencia, al mismo tiempo, vaya paradoja, hay una oposición frágil, insustancial, inconsistente, sin imaginación para enfrentar al poder del tabasqueño. Y en esa medida, AMLO crece, y en todo caso, se mantiene.
Y nada mejor que hablar de la austeridad y la honestidad y predicar en la cancha pública las virtudes teologales, la moral pública y privada, el amor y la paz, los besos y los abrazos, y en el caso, a través de los cristianos evangélicos, los soldados del ejército obradorista,
El bien (AMLO) y el mal (la oposición partidista) en lucha feroz en toda la historia de la humanidad.
Dios y Luzbel. Las elites eclesiásticas y Lutero. El cielo y el infierno. Los apóstoles de Jesús y los fariseos. Marí­a Magdalena y Herodí­as, la esposa de Herodes. Morir en el Gólgota y ser decapitado en la plaza pública.
Ningún otro polí­tico como AMLO, con sus soldados cristianos evangélicos, creando el mundo ideal del hombre nuevo.
El obradorismo, la nueva religión del paí­s.


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