Jefe de Gobierno, López Obrador tení­a el presupuesto del mundo para vivir a plenitud el sexenio y comprarse, digamos, una súper camioneta de lujo y blindada.
Pero nunca cayó en la tentación faraónica. Siempre con su Datsun viejito.

PASAMANOS: Ahora, como presidente de la república decidió vender el avión presidencial, Boeing, y que ante el fracaso de su venta en Estados Unidos, será, todo indica, rifado por la Loterí­a Nacional a 500 pesos cada cachito.
Así­, AMLO viaja en los aviones comerciales y varias veces ha quedado varado en algún aeropuerto.
Viaja, claro, en una camioneta blindada, pues como decí­a Adolfo Ruiz Cortines, la investidura presidencial está de por medio.
Y del departamento en Copilco, donde viví­a, vive ahora en Palacio Nacional, igual que Benito Juárez, donde por cierto muriera de una angina de pecho.

CORREDORES: Por eso, y dada la austeridad, más que republicana, franciscana con la que vive (claro, su primer nieto nació en Houston, pero ya es cosa de los hijos), resulta paradójico que en Veracruz, su góber jarocho comprara ciento cuarenta y seis camionetonas de lujo para el gabinete legal y ampliado (Notiver, AVC, Perla Sandoval, 19, 1, 20).
Pero, bueno, si hay austeridad franciscana en el gobierno federal se debe a los abusos, excesos y derroches del poder en los tiempos priistas y panistas y que perfilaron al paí­s en el primer lugar de corrupción polí­tica en América Latina y uno de los primeros en el mundo.

BALCONES: Y si AMLO derrotó en las urnas a los candidatos panista (segundo lugar) y priista (tercer lugar, en la lona) se debió, entre otras cositas, a la espantosa corrupción y a su hermana gemela siniestra y sórdida, como es la impunidad.
Pero una cosita es que AMLO esté convencido de que el paí­s necesita honestidad, primero, y segundo, austeridad en la vida pública, y otra, que su góber jarocho y su gabinete legal y ampliado estén convencidos de la nueva realidad.
Bien sostiene el dicho ranchero, “nadie escarmienta con cabeza ajena”.

PASILLOS: Además, está claro, el estilo personal de ejercer el poder de AMLO y su góber jarocho es mil años luz de distancia.
Por ejemplo: todos los dí­as, la conferencia mañanera de AMLO para rendir cuentas, y su góber, de vez en vez.
Cada fin de semana, AMLO pueblea en el paí­s y sobre todo, se acerca a los pueblos indí­genas, y su góber, de vez en vez, y solo cuando, digamos, estallan los problemas sociales.

VENTANAS: AMLO sostiene lucha feroz contra el nepotismo y su góber favorece y alienta y retroalimenta cargos públicos para sus familiares y familiares de su gabinete legal.
AMLO apuesta a las licitaciones para asignar la obra pública y el góber prefiere el dedazo.
Y haber comprado de un jalón 146 camionetonas con valor cada uno de 668 mil pesos, primero, ¡vaya austeridad!, y segundo, ¡vaya opacidad!, porque lo hicieron a trasmano, en lo oscurito, sin una licitación como lo establece la ley, quizá, igual, igualito que cuando compraron por dedazo las medicinas a la empresa del delegado federal en Jalisco, y quien, ni hablar, fue cesado por tantos abusos, mientras en Veracruz nada pasó, oh Javier Duarte.