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8 Columnas
Lunes 27 enero, 2020

Mexicanos al grito de paz, la marcha del poeta Javier Sicilia y los LeBarón


Los rostros de la violencia en Veracruz replicados en la Ciudad de México

!Esto no es un show!, palabras más, palabras menos, reprochan con esta frase, una decena de cartulinas dispersas entre las cinco mil personas que participan en la Caminata...

Noé Zavaleta/Tomado de Crónica de Xalapa

  • !Esto no es un show!

por la Verdad, la Justicia y la Paz, cuyo destino final es el Palacio Nacional. Aquí­ hay madres de hijos asesinados y padres y hermanos de jóvenes desaparecidos quienes reclaman al gobierno de Andrés Manuel López Obrador justicia en unos casos, aparición con vida de sus hijos en otros.
La violencia en México no respeta los estratos sociales. Hay empresarios, comerciantes, burócratas, actores, periodistas y campesinos exigiéndole al Estado de López Obrador dejar atrás la simulación y la estigmatizacion a las familias de personas arrasadas por este tsunami de terror llamado violencia.
Encabezando el contingente social, el poeta Javier Sicilia -padre de Francisco Sicilia Ortega de 24 años asesinado en 2011 en Cuernavaca, Morelos; el empresario, Julián Lebaron y 28 paisanos de Estados, Unidos -Ví­ctimas colaterales de la masacre ocurrida en noviembre del 2019 en los lí­mites de Sonora y Chihuahua-, y ahí­ en bajo perfil el actor de pelí­culas mexicanas, Daniel Giménez Cacho como activista recurrente de estas protestas.
“Las balas nos han enlutado y quitado a nuestros seres queridos; pero no nos han quitado la dignidad de exigir justicia”, clama un enorme cartelón en colores fluorescentes.
Rodeado de una marabunta de micrófonos, Lebaron exclama que hoy salieron a caminar para exigirle a la autoridad en turno “ponerle un fin a la violencia” que nos está matando, exclama. Alrededor de Lebaron asoman retratos de estudio de los jóvenes masacrados en Sonora y Chihuahua.
“Exigiendo justicia, sembramos memoria”, reza una cartulina. A su lado, una lona abarca 3 carriles de Paseo de la Reforma, al transitar por el Senado de la República es elevada en todo lo alto por al menos dí­as manos, cómo enviando un mensaje para los “oí­dos sordos” de la bancada de Morena en la cámara alta: “Los millones de corazones en luto no son un show”.
Aquí­, trabajando y marchando, camina hombro a hombro con los familiares de ví­ctimas, Marcela Turati, periodista y escritora que porta una playera negra con el sombrero naranja, tan caracterí­stico del periodista sinaloense, Javier Valdez -asesinado en Culiacán el dí­a 15 de mayo del 2017- y la socorrida leyenda: “Justicia”.
Ahí­ van como contingente desorganizado. A pasos de tortuga a la altura de La Palma y La Diana, de pasos presurosos en el último tramo de Madero rumbo al Palacio Nacional.
Elisa de la Vega porta un pendón de la Fiscalí­a General de la República (FGR) con el rostro de su hija Mayra Elisa Remes de la Vega, desaparecida el 15 de julio del 2013 en Orizaba, Veracruz. Su hija, en aquel entonces de 23 años, salió en su camioneta Yukon blanca, con rumbo al gimnasio y jamás regresó. Las policí­as estatales tardaron una semana en avisar a su madre, que ya habí­an dado con el paradero del vehí­culo, pese a que este, duro más de una semana “guardado” en un corralón particular.
Elisa de la Vega marcha independiente, no quiso involucrar al resto de su familia en este “dolor viviente”, en la búsqueda de Mayra su madre ha recorrido Puebla, Tamaulipas, Oaxaca, Veracruz y la Ciudad de México en aras de obtener pistas para dar con el paradero de su hija: “muchas pistas pero la Fiscalí­a y los policí­as ministeriales no agotan ninguna”, reprocha.
Y continúa su camino, Elisa de la Vega camino desde la Estela de Luz hasta el zócalo de la Ciudad de México porque -insiste- se lo debe a su hija: “Es mi lucha”.
Con cierto enojo y desencanto cuenta que la “procuración de justicia” es igual de ineficiente en Veracruz y en los otros estados de la República que ha visitado. La desaparición de su hija ocurrió en el sexenio del priista, Javier Duarte, pero el mayor desprecio se lo ha llevado en la actual administración del morenista, Cuitláhuac Garcí­a Jimenez, cuando los neofuncionarios encargados de la búsqueda de desaparecidos le negaron el acceso a las mesas de trabajo por dos razones: “por no estar afiliada a ningún colectivo y por -explica incrédula- no haber “apoyado” la campaña de Morena en el 2018.
“Están bien ineptos, esta lucha es por mi hija, no por intereses polí­ticos. En la búsqueda de Mayra le tomamos la Fiscalí­a a Luis íngel y a Winckler y si hay que hacerlo con la nueva… también lo vamos a hacer”.
Atrás de Isela de la Vega, otros veracruzanos marchan en silencio portando una enorme lona con la leyenda: “Regrésenme a mi familia” y los rostros de una micha y dos jóvenes hasta hoy desaparecidos en Xalapa, Veracruz.
La familia Peralta del Riego marcha en el contingente portando playeras con el rostro de Alex, joven de 34 años asesinado sin explicación alguna junto con otros cuatro muchachos en un bar de Quintana Roo. Viajaron desde el oasis que es el caribe mexicano a la capital del paí­s solo para exigir justicia.
Como en toda marcha por una exigencia de paz, nunca faltan los provocadores. Frente al Palacio de Bellas Artes, un solitario bloguero grita consignas en contra de familiares de las ví­ctimas: “Traidores de la patria y enemigos del presidente”, les dice. Abucheos, mentadas de madre y recordatorios al peje son devueltos por la concurrencia.
En el zócalo, una treintena de fans de López Obrador decidieron invertir su Domingo en ir a gritar vivas y porras al presidente justo en el epicentro de la marcha. Los participantes de la caminata deciden cerrar el cí­rculo con un cordón humano para evitar la infiltración de provocadores.
“Te niegas a recibirnos en esta casa, en donde todos aquí­ presentes estamos enterrados vivos, en una casa llena de violencia, sangre, balas, desapariciones y fosas, y sí­ en este escenario hasta el lenguaje fracasa”, le habla Sicilia a la enorme fachada de Palacio Nacional.
El poeta le reprocha al presidente -ausente- que sus “graves prejuicios” le impidieron recibir a miles de ví­ctimas de la violencia, cuyo conflicto nacional lo resolvió “minimizándolo” a un simple show.
En el ocaso de su discurso, el mensaje de Sicilia fue muy claro: “Tú decides presidente de qué lado de la historia estás”. El poeta le recriminó a López Obrador la promesa al viento que lanzó el 14 de septiembre del 2018.
Al final, una comisión de la caminata fue recibida por el gabinete de seguridad, los cinco mil integrantes de esta caravana de paz se dispersan, la mitad en transporte público y en metro; la otra mitad en camionetas de lujo y vehí­culos deportivos. Los fans de López Obrador también se han esfumado, casi por coincidencia, cuando desaparecieron las cámaras de los medios de comunicación.


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