Y más porque contesta a burradas, palabras insulsas, y que bien pudieron evitarse con una polí­tica de comunicación social previa al lanzamiento de la iniciativa de ley de la diputada priista Érika Ayala sirviendo, así­ fue visto, al morenista Éric Cisneros Burgos.
Además, nada se gana revirando a los conservadores y profetas del desastre estatal con la cacareada renuncia del jefe máximo.
Allá ellos y a seguir caminando pa´lante, sin voltear a los lados. Pero ni hablar, el hí­gado una vez más ganó la batalla ante las neuronas frí­as y calculadoras.

LUNES
El tiro de gracia en Atzalan
Otra pifia de comunicación social fue, por ejemplo, el fuego cruzado en Atzalan el jueves 9 de enero, 2020, cuando un anciano y su nieta de once años de edad fueron asesinados.
Entonces, y a destiempo, que la policí­a perseguí­a a unos malandros y se metieron en la casa. Que el senil tomó su escopeta y disparó. Y que los tiros se fueron… con tiro de gracia, caray, a la niña.
Ok.
Pero, caray, si de pronto, ¡zas!, la Fuerza Civil y la Guardia Nacional y las policí­as municipales registran que entre los muertos hay una niña y un anciano, de inmediato, en automático, el aviso a la secretarí­a de Seguridad Pública y al góber jarocho de AMLO para proceder, de entrada, en materia informativa, con un boletí­n concreto y especí­fico.
Y es que al vocero, todo indica, le falta conectividad. Grandeza de miras para mirar el bosque y evitar perderse en el árbol.
Luego luego, la estrategia de comunicación social movida a lo máximo, primero, claro, en las redes sociales como prefieren, y en automático, al tuitorreo, y al comunicado o boletí­n oficial.
Pero como los sacerdotes de la vocerí­a están ocupados en otras ondas, entonces, el góber debió una vez más “tirar su espada en prenda”.
Y por añadidura, el desgaste innecesario. La exposición riesgosa en la cancha pública. La niña de 11 años con tiro de gracia.

MARTES
“No me defiendas, compadre”
Los vientos adversos están soplando desde hace ratito.
Incluso, desde un principio (y quizá sea el estilo personal de ejercer el poder), el góber ha salido en defensa de los suyos.
Y lo peor, hasta por cosas superfluas, intrascendentes, y que al referirse a ellas las engrandece de forma innecesaria.
Por ejemplo, cuando defendió al secretario de Salud llamado en las redes sociales “El besucón” por aquel besito a un chico sureño.
Por ejemplo, cuando defendió al secretario General de Gobierno por la compra de bienes materiales en Baja California con recursos oficiales según asegurara el diputado local de MORENA, Magdaleno Rosales Torres.
Por ejemplo, cuando aseguró que la primera Contralora, Leslie Garibo, recién renunciada, serí­a nombrada en otro cargo público, mucho meses después, jamás aterrizado.
Por ejemplo, cuando defendió a su primazo amado por el nepotismo, anexos y conexos.
En todo caso, primero, que cada quien se defienda. Segundo, para eso hay una dependencia. Tercero, muchos y graves pendientes sociales y económicos, educativos y de salud y de inseguridad y procuración de justicia flagelan a los 8 millones de habitantes de Veracruz para que el góber queme sus cartuchos como “El borras”.
Falta grandeza de miras y en tanto, los dí­as y los meses se han ido en la gloria fatua y vana.
El vocero, en el limbo.

MIÉRCOLES
Desgaste innecesario
El desgaste mayor fue cuando la destitución del ex Fiscal Jorge Wí­nckler Ortiz.
9 meses duraron los Niños Pí­pilas del Congreso morenista para lograr el objetivo. Incluso, en la percepción ciudadana quedó claro que cayó por órdenes superiores federales porque ya era demasiado tiempo y excesiva exposición, tanto que el diputado disidente, lí­der de “Los Malenos” aseguró que eran “un hazmerreí­r nacional”.
El góber se metió en el rejuego y en los dimes y diretes y en el rafagueo cuando la pichada correspondí­a a la bancada morenista en la LXV Legislatura.
Exposición innecesaria. Olvidaron el principio fundamental de la polí­tica de “poner las barbas a remojar” y esperar con prudencia y frialdad como el famoso topo de Carlos Marx como alegorí­a polí­tica.
Quizá, claro, al góber le gusta andar metido en el chismerí­o y ni hablar.

JUEVES
“En la casa del jabonero”
Veracruz en el primer lugar nacional de feminicidios y secuestros es un asunto rí­spido. Resbaloso.
Y sin embargo, la Fiscal dijo que los homicidios estaban disminuyendo y el secretario General de Gobierno capoteó los toros y aseguró que “en materia de feminicidios ahí­ la llevamos”.
Entonces, el góber entró al quite y profetizó que 2020 serí­a el año del combate sin tregua a los crí­menes de mujeres, cuando, caray, en los primeros 4 dí­as de enero asesinaron a cuatro mujeres, entre ellas, a dos hermanas, campesinas, cuando iban a cortar la leña al monte para el fuego en el brasero.
Ninguna necesidad de que el góber resbale “en la casa del jabonero”. Mil años luz… quedarse callado. Y esperar.
Esperar, por ejemplo, la eficacia y la eficiencia de la secretarí­a de Seguridad Pública y de la Fiscalí­a para detener y procesar y sentenciar al mayor número de feminicidas delos más de doscientas cincuenta mujeres del año anterior.
Pero, ni hablar, deseó el góber “meter las manos al juego” con el visto bueno de su vocero.
Adolf Hitler escuchaba la conseja de su Ministro de Información, Joseph Goebbels. Vicente Fox escuchaba a Martha Sahagún cuando fue su vocera como gobernador de Guanajuato. Rafael Hernández Ochoa oí­a a su jefe de prensa, el profesor José Miranda Virgen cuando despachara en el siglo pasado como góber de Veracruz.
Prudencia, mesura, sangre frí­a, en el ejercicio del poder, y dejar, en todo caso, que Hugo Gutiérrez Maldonado y la Fiscal se ocupen.

VIERNES
“Colgado de las valencianas” de AMLO
Hacia el final del camino habrí­a de preguntarse la imagen que la población electoral tiene del góber, el jefe máximo de la revolución guinda y marrón en Veracruz.
Se ignora, por ejemplo, si la estarán midiendo mes con mes. Y si así­ fuera, si la encuesta sirve para orientar y reorientar la estrategia.
Pero mucho se cree y siente, por ejemplo, que en los últimos trece meses la imagen que más ha penetrado en la ciudadaní­a es la de una dinastí­a polí­tica fifí­, salsera, sabadaba y catrinera.
Y por añadidura, la estatura polí­tica de un jefe del Poder Ejecutivo colgado de las valencianas del presidente de la república y quien en cada girita le da respiración artificial recordando que el góber es un polí­tico honesto, digamos, como si urgencia tuviera, pues, incluso, hasta la mano le levanta, quizá, igual, igualito que a otros gobernadores.
En todo caso, mientras el góber jarocho tenga la bendición del jefe supremo, los ángeles y querubines podrán patalear emberrinchados, pues estando bien con el dios terrenal “los demonios pueden continuar sueltos” como alardea el diputado ex priista, ex panista y ex perredista, ahora Morenista de cepa, José Manuel Pozos Castro.

SíBADO
“Se hace camino al andar”
Y sin embargo, habrí­a de preguntarse si Cuitláhuac Garcí­a se ha ganado el respeto igual, por ejemplo, que Fernando Gutiérrez Barrios y Fernando López Arias.
Y la admiración, igual que Fidel Herrera Beltrán con su inteligencia y talento deslumbrante.
O la ternura, igual que Rafael Murillo Vidal.
O la indiferencia, igual que Patricio Chirinos Calero.
Y el desdén, igual que Javier Duarte.
Y el miedo y el temor, igual que Miguel íngel Yunes Linares.
Y la envidia, igual que Antonio López de Santa Anna, quien cuando se fastidiaba en el ejercicio del poder agarraba a una sabrosa muleta y se iba de pueblo en pueblo a apostar a los gallos y emborracharse.
O la admiración sin lí­mites, igual que Guadalupe Victoria, Santa Anna, Miguel Alemán Valdés y Adolfo Ruiz Cortines, quienes de gobernadores pasaron a presidentes de la república.
Apenas han transcurrido 13 meses de MORENA en el poder estatal, pero como dice el adagio ranchero, “se hace camino… al andar”.
Y, bueno, la encuesta rapidita, de salida, es preguntarse la imagen del góber en la población electoral.
Por ejemplo, ¿si inspira amor, odio, respeto, indiferencia, simpatí­a desdén, ridiculez, cariño y solidaridad?
¿Emoción social, distancia, frialdad, confianza, desconfianza, orden, disciplina, inteligencia, talento y experiencia?
¿Novatez, inocencia, torpeza, frivolidad, poder, dependencia, desenfreno, un hombre rutinario, genial, deslumbrante?
¿Ocurrente, insolente, provocador, feliz, realizado, a gusto con su vida pública como cuando fuera profe, ajá, en la Universidad Veracruzana?
En todo caso, con que el góber sea un hombre justo es suficiente.