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12 enero, 2020

Anciano ejecutado, promotor de López Obrador

•Bellarmino Cardeña, asesinado en Atzalan, abatido por la secretaría de Seguridad Pública de Hugo Gutiérrez, murió defendiendo a su familia... de la policía

•Larga carrera como autoridad local: juez auxiliar de Atzalan, construyó iglesia, escuela, caminos y demás obras sociales para Tepeczintla; era promotor de Sembrando Vida, de López Obrador

•Versión oficial de operativo contra delincuentes respaldada se tambalea ante los dramáticos relatos de los habitantes de la localidad indígena de Atzalan

•Los deudos y afectados señalan que después de sembrar terror, las autoridades saquearon las viviendas y se llevaron todo lo de valor/IGNACIO CARVAJAL

  • Bellarmino murió defendiendo a su familia... de la policía

  • Así quedó el lugar donde mataron a Bellarmino

  • Humilde vivienda de Bellarmino Cardeña y familia donde fue asesinado junto con su nieta

  • Humilde vivienda de Bellarmino Cardeña y familia donde fue asesinado junto con su nieta

  • Humilde vivienda de Bellarmino Cardeña y familia donde fue asesinado junto con su nieta

Sobre los hechos en Atzalan el pasado jueves, los dichos de la familia, afectados y deudos de ese operativo de la Secretarí­a de Seguridad Pública (S.S.P.), contrastan ampliamente con la versión oficial que fue respaldada por el gobernador Cuitláhuac Garcí­a Jiménez.
Desde el panteón donde ayer fueron sepultados Bellarmino Cardeña Cortés y su nieta, Marí­a Magdalena Hernández Cardeña, de once años, su familia y vecinos denuncian saqueo, abuso de autoridad y cero estrategia para proteger la vida de civiles.
Genoveva Hernández, viuda de Bellarmino Cardeña, abuela de la pequeña niña de once años abatida esa madrugada, recuerda que todo comenzó cerca de la una de la madrugada del jueves cuando escucharon ruidos en la casa de a lado, la de su hija mayor.
De pronto oyen golpes en la puerta de ellos, "querí­an meterse y golpeaban como con una piedra.
"Quien anda ahí­", preguntó Bellarmino desde el interior de la vivienda donde asumió la defensa de su esposa y dos nietas.
Al poco tiempo sonó una voz autoritaria: "Sal hijo de tu puta madre, te queremos ver afuera".
Bellarmino tomó su pistola, que desde hace 15 años guarda en casa para defenderse y lanzó un disparo para ahuyentarlos.
"Y fue que comenzaron a tirar y a tirar, pero no era uno tras otro, eran así­ como ráfagas.
"Cuando mi esposo vio que la puerta estaba casi cayéndose tomó la escopeta y les disparó.
La abuela, la pequeña Marí­a Magdalena, y otra nietecita se tiraron al piso y buscaron refugio en la pieza empleada como tienda.
Desde ahí­ "oí­mos cuando uno afuera dijo “ya me pegaron”.
Ellos (los oficiales) comenzaron a hablar por radio, "hablaban y hablaban, me asomé por las rendijas de la casa, y vi a varios (con uniforme de policí­a), y yo quise pedirles auxilio, pero pensé “tal vez son malos”.
Hubo una segunda ronda de balazos del lado de los oficiales. Mientras unos accionaban sus armas, otros intentaban derribar la puerta golpeando con un grueso pedazo de madera.
"Abuelita, ya abrieron la puerta" gritó la niña Marí­a Magdalena, quien se levantó de su refugio para tratar de escapar "y fue cuando le pegaron el balazo". Al otro lado de la pieza, desde su posición de defensa, quedó el cadáver del abuelo.
"Este wey ya está muerto y la niña también" recuerda Genoveva Hernández que lanzaron las autoridades al ingresar a la vivienda.
"Uno de ellos me levantó y me preguntó si estaba bien, pero no le respondí­, ahí­ me di cuenta que eran policí­as. Con una voz autoritaria, le ordenaron salirse del lugar.
"Yo estaba bien mojada porque ahí­ donde estaba escondida, arriba estaban los refrescos de la tienda que se rompieron con los balazos y toda me mojaron cuando se caí­an.
"Así­ a pie pelado me sacaron a mí­ y a mi nieta y nos llevaron caminando un buen tramo hasta una patrulla”.
Bloqueada por la impresión, helada por el frí­o, con la glucosa en niveles alarmantes, después de varias horas, la llevaron a las instalaciones de la Fuerza Civil en Martí­nez de la Torre. Le dijeron que la iba atender un doctor, el cual no se presentó.
Luego de media hora, la subieron de nuevo a la camioneta y la trasladaron al D.I.F. de Atzalan. La atención médica la recibió cerca de las 10 de la mañana.
Cuando regresó a su domicilio todos los objetos de valor, dinero y documentos se los habí­an llevado y ella acusa a la policí­a que participó en ese operativo de eso. Se robaron ”“dice- hasta el dinero de los ahorros de la pequeña Marí­a Magdalena, los cuales guardaba en un botecito de metal el cual estaba bien escondido.
"Yo no entiendo por qué hicieron eso si son policí­as, saquearon la casa, mi casa no estaba saqueada cuando a mí­ me sacaron".
La suma más fuerte era la que su esposo habí­a cobrado horas antes por el programa Sembrando Vida. En el pueblo, los oficiales ingresaron a otras viviendas derribando las puertas. En todas, los ocupantes denuncian saqueos y robos.

ERA COORDINADOR DE SEMBRANDO VIDA
Atraí­do por la calidad de sus tierras, Bellarmino Cardeña Cortés se asentó en el pedazo de cerro donde hoy se erige Tepeczintla, un pueblo de menos de mil habitantes enclavado en el cinturón de pobreza extrema de la sierra de Atzalan.
Tan pronto tuvo consciencia social, comenzó su carrera como autoridad local, siendo comisariado ejidal, sub agente municipal, juez auxiliar y presidente del patronato de su iglesia y del comité de obras de la primaria.
Y mientras dan las últimas paladas al agujero que será su tumba, con orgullo, vecinos y familiares cuentan su biografí­a.
Con más de 60 años, Bellarmino Cardeña viví­a la plenitud de sus sueños de luchador social del pueblo con Andrés Manuel López Obrador, por fin, en la Presidencia de la república.
Cada que podí­a, asistí­a a los eventos masivos a escuchar su palabra cuando andaba por Veracruz, y en la pasada campaña electoral se alzó como un promotor y defensor del proyecto pejista.
Tanta era su inspiración y esperanza por el proyecto de Andrés Manuel López Obrador que en los primeros seis meses de gobierno, apenas supo el lanzamiento de Sembrando Vida, por las Mañaneras, se apresuró a coordinarse con 21 personas de la zona para desmontar, cada uno, dos hectáreas de chaparrales y vegetación de poco valor comercial, para estar preparados para ser candidatos a recibir el programa federal.
En la cama donde dormí­a, su familia muestra numerosos reconocimientos de pasados gobiernos por su trabajo en la defensa y preservación del bosque en la sierra de Atzalan y Altotonga.
Desde el gobierno de Vicente Fox, pasando por el de Calderón y Peña Nieto, los diplomas por su labor se apilaban entre sus pertenencias, pero solo eso, papeles y palabras.
Fue en este gobierno, con López Obrador, que llegaron los verdaderos beneficios, cuentan sus allegados. Con Bellarmino, como coordinador de zona, sus vecinos inmediatamente ingresaron a Sembrando Vida las más de 20 hectáreas que lograron desmontar, además de plantar maderas preciosas, debí­an intercalar distintos cultivos.
Maí­z, chile, frijol, etcétera, para complementar el programa que, además de plantas de encino y árboles frutales, les aportaban entre 13 mil y nueve mil pesos a cada beneficiario.
La alegrí­a de Bellarmino no cabí­a en el poblado, por fin una gran oportunidad de poblar sus laderas con árboles de alto valor comercial, poner en práctica todo lo aprendido en gobiernos pasados, y además, recibir un salario gracias a la visión de un presidente como Andrés Manuel López Obrador.
Ascencio Cruz López, vecino del poblado Cruz Gorda, amigo del finado, lo recuerda como un hombre que siempre andaba en la parcela trabajando. Ya fuera en la siembra de maí­z o la limpieza de los bosques, nunca se le miraba descansando en casa.
Y últimamente, escuchaba muy embelesado cuando le contaba los beneficios de Sembrando Vida. Lo vio hace poco, andaba contento por sus cultivos del 21 de octubre. Plantó en esa fecha como dos hectáreas de maí­z para cosechar a mediados de enero.
"Ahí­ dejó como dos hectáreas de maí­z, ya está bueno para los elotes, se saca así­ y se vende en el mercado y luego la hojita también se vende", cuenta.
Y efectivamente ahí­ están las parcelas cargadas de milpas que la familia teme se puedan perder porque después del operativo de la SSP nadie quiere salir ni a trabajar, menos a la parcela.
La esposa del difunto cree que todo esto vino por la ambición del dinero entregado dí­as antes por Sembrando Vida. "Nosotros ya no queremos nada de eso", dice.
Y es que dí­as antes del operativo en Atzalan, los habitantes del pueblo habí­an recibido el pago de Sembrando Vida y de otros programas sociales.
Arnulfo Reyes Alarcón, vecino, y compadre de Bellarmino, rememora que el difunto era un gestor social nato. Cada obra importante en el pueblo cuenta con la huella de Bellarmino.
Primero se ocuparon de abrir caminos, aunque sea de piedra, para comunicar al pueblo con la carretera que va a Atzalan.
Luego se enfocaron en la primaria y en una capilla para Tepeczintla.
A la fecha, afirma Arnulfo Reyes, los dos formaban parte de la directiva del patronato de la iglesia de la comunidad. Uno era tesorero y el otro el presidente del comité.
Como buenos católicos, coordinaban acciones para sostener el templo de Jesús en lo más alto de la sierra, para beneficio de los fieles. También estaban ocupados en algunas acciones para apoyar a la primaria.
Hace apenas dos años, tal vez menos, cuenta, Bellarmino entregó los sellos del juzgado auxiliar donde colaboraba con el Poder Judicial del Estado de Veracruz y el gobierno municipal de Atzalan. "Duró mucho tiempo ahí­, mucha gente lo buscaba porque ayudaba", rememora Genoveva Hernández.

ERA CAMPESINO
La casa, donde Bellarmino Cardeña resultó sorprendido, habla del oficio del finado. En una esquina una silla de montar, en otra, la falsa rienda de un caballo, en el otro extremo, los fustes para cargar leña con los burros, y ahí­ mismo, pendiendo de una viga, una bomba para fumigar los cultivos. Sombreros y botas de hule para labores en el campo.
Afuera de la vivienda de madera, un gran tinaco de plástico para acaparar agua de lluvia que, dice la familia, le acaba de entregar el gobierno federal por parte de Sembrando Vida, el cual muestra en algunos costados los balazos del enfrentamiento entre los policí­as y Bellarmino.
La última huella de su paso por este mundo, un gran charco de sangre que no termina de secar en el sitio exacto donde quedó abatido por la policí­a y para taparlo la familia usó una cartulina donde los nietos le habí­an escrito palabras de amor y buenos deseos para agradecerle el regalo de unas medallitas de la Virgen Marí­a.
Entre los pobladores corre la reflexión: Si Bellarmino era un delincuente, como ha dado a entender el gobierno de Cuitláhuac Garcí­a Jiménez, eso implica que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador resultó tan incompetente que ingresó en su padrón de beneficiarios y, además, nombró coordinador a un presunto maleante.


3 comentario(s)

01 Feb, 2020 - 07:56
Que dios ayude acer justicia para don bellarmino. Hombre respetable. Humilde y honrado. Que metan todos los culpables ala carcel y les den cadena perpetua o lo q le sigue. Si hay justicia en este pais que sea para los pobres tambien.

17 Ene, 2020 - 18:53
Que feo que ya ni de la autoridad se pueda confiar ke malditos No hay otras palabras para describir eso le hicieron eran personas trabajadoras que veían y buscaban el bien ajeno pero.mira Alonso son buenos pero connla verdaderos delincuentes ahi le ti3nen miedo

12 Ene, 2020 - 22:36
Q dios lede consuelo asu familia y descanseenpaz elsenor bellaermino porq el era bueno y trabajador y muy respetuso yo lo conosi ase oños. Dios lede descanso eterno y. Dios castigue aesos que le quitaron la vida mi mas setido pesame asu esposa.

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