El boxeador del palacio
La vertiginosa capacidad del góber de AMLO en Veracruz “para quemar equipos” está probada y comprobada. El año anterior, de un plumazo, mejor dicho, de un manotazo, borró a sus adversarios y enemigos. Incluso, a los disidentes de MORENA, encabezados, entre otros, por los diputados Malenos (de Magdaleno Rosales Torres) los noqueó en el centro del ring.
Ni se diga a los adversarios del PRD, PAN y PRI. Casi, como si no existieran PRI y PRD, sobre todo, pues en el PAN por más zurcidos, tejidos y destejidos, sangran las cicatrices.
Luis Velázquez
Es más, el diputado local, exdisidente, Amado de Jesús Cruz Malpica, el mejor cartucho de la izquierda, con más experiencia y fogueo en las lides locales y nacionales, peso pesado por naturaleza, también fue doblado.
Incluso, y si en el principio del sexenio levantaba la voz, de pronto, se desmarcó de los Malenos y apostó a un bajo perfil. Quizá, acaso, así le vaya mejor. Nadie dudaría, sin embargo, a un amarre político externo. En todo caso, pactos entre las elites, pues resulta inverosímil que de la noche turbulenta a la mañana apaciguada, sufriera peor transformación que Gregorio Samsa en el famoso relato de Fran Kafka.
En su operativo, el góber de AMLO tuvo y tiene a un peso pesado. Es el secretario General de Gobierno, quien igual que su madrina, se afirma, la secretaria de Energía, Rocío Nahle, sueña con la candidatura de MORENA a la gubernatura en el año 2024.
Y para ganar indulgencias, Éric Cisneros le arroja todo el incienso del mundo a su paso. Y, claro, se pone los guantes. Indicativo y significativo aquel botón nuclear en contra de Magdaleno Rosales. Si dice que compré bienes en Baja California con dinero del erario, le dijo, que presente pruebas. Y Maleno calló. Y continúa silenciado. En boca cerrada, claro, no entran moscas.
El mazazo del góber fue dado. Y más, con la carita tenebrosa de “El dos del palacio” y que nada le cuesta, capaz de sufrirse un paro cardiaco si a medianoche se aparece.
CAíDA AL ABISMO POLíTICO Y SOCIAL
Otros mazasos son los siguientes:
La caída de Jorge Wínckler Ortiz no tuvo contemplaciones. Fue la batalla más intensa pues duró 9 meses. Pero hacia el final de los vientos huracanados cayó.
Más todavía: nadie dudaría de que bastó un tuit, un whastsapp de AMLO, el presidente de la república, y/o de un subalterno, para avisarle que ellos, el obradorismo puro, tomaría el asunto.
Y más, porque por aquí cayó Wínckler, también su Fiscal Anticorrupción, su maestro Marcos Even Torres Zamudio.
Y más, porque desde el 4 de septiembre cuando el par cayera en el abismo sin fin se convirtieron en prófugos de la justicia.
Y más, porque poco les duró el gustazo de mandar, dueños de la procuración de justicia.
Y más, porque Wínckler acariciaba, digamos, su legítimo sueño de permanecer los 9 años para los cuales fue elegido por la anterior Legislatura.
La caída de ambos fue de una estrategia significativa. Semanas después, Cruz Malpica se replegó y se volvió cordero de Dios a tono, quizá, con la República Amorosa de los besos y abrazos y el prólogo de AMLO a la Cartilla Moral de que “no solo de pan vive el hombre”.
Fue cuando el diputado local de MORENA por el distrito de Medellín comenzó a quedarse solo.
Poco faltó para que “El dos del palacio” le dijera la misma advertencia de Joaquín Guzmán Avilés, El chapito, a los 8 diputados panistas disidentes en la LXV Legislatura.
Si continúan así, en la oposición interna, quedarán sin un cargo de elección popular en el año 2021 y hasta serán expulsados del partido.
De hecho y derecho, nadie duda de que a menos se lancen a una resistencia pacífica y partidista, los Malenos tendrán vida futura los próximos 6 años luego de terminar la curul local.
Y más, porque en su momento, Rosales Torres aseguró que el góber de AMLO era ya un hazmerreír nacional.
CADíVERES ANDANTES
La guerra está en la cuerda floja. Y más porque de cara a la elección de presidentes municipales y diputados locales y federales (quince gubernaturas en el país, el Congreso de la Unión completito, etcétera), el objetivo electoral es doble.
Por un lado, la disputa entre las dinastías políticas de los partidos. Y por el otro, la rebatinga interna de las elites tribales, los clanes, los grupos y los grupitos para imponerse entre sí, caso, por completo, los Malenos contra los Cuitláhuac, los Yunes contra los Chapitos, los Rogelio Franco contra los Velázquez.
Por eso, en el horizonte explosivo, los manotazos.
El góber de AMLO, apostando a jugar con quienes le son más fieles y próximos. Incluso, con alianzas… efímeras.
Por ejemplo, el riesgo de que AMLO tenga un candidato a gobernador de Veracruz en el año 2024 y Cuitláhuac García tengo otro que no sea Éric Cisneros Burgos. Y que, claro, Rocío Nahle, Ricardo
Ahued Bardahuil y hasta el profe Zenyazen Escobar quieran, muy echados pa´lante, medir fuerzas, pues las pasiones políticas, ya se sabe, así son.
Y más, en un sexenio, el de MORENA, convulso en Veracruz. Ningún día pasa, por ejemplo, sin un tiradero de cadáveres, considerando que si Miguel íngel Yunes Linares y Javier Duarte perdieron la gubernatura en los años 2018 con el primogénito y en el año 2016 con Héctor Yunes, la ola de violencia también podría descarrilar a la MORENA jarocha.
Bajo el vendaval anterior, a estas alturas, la disidencia interna de Cuitláhuac con el diputado Magdaleno Rosales y anexos y conexos son ya unos cadáveres andantes.
Pero como dice el priista Jorge Uscanga Escobar, en política hasta los muertos resucitan, los Malenos y los Yunes y los Chapitos y los Marlon y lo que resta del perredismo bien podrían en una alianza singular estremecer las entrañas de MORENA.
Con todo y tener la pelota en la mano.