Mujeres, culpables
•Permiten feminicidios
•Violencia intrafamiliar
•Veracruz, exonerado
ESCALERAS: El 30 de noviembre, en Tlapacoyan, un hombre apuñaló a su mujer. Le asestó heridas en el cuello, el pecho frontal, el hipocondrio izquierdo y en las falanges de las manos.
El hombre huyó.
Ella, de 21 años. Consuelo Palacios Hernández. Él, de 40 años.
Luis Velázquez
Y aun cuando y por fortuna, la mujer sobrevivió, Veracruz, campeón nacional en feminicidios, tanto la secretaría de Seguridad Pública como la Fiscalía quedan ya exonerados de la incertidumbre, la zozobra y la impunidad, pues desde el altiplano asentaron una realidad avasallante:
En el 98 por ciento de los asesinatos de mujeres se trata de violencia intrafamiliar.
Es decir, hoy más que nunca en el tiempo de los derechos humanos, la República Amorosa y la Cartilla Moral, el reino de los machos.
PASAMANOS: Celos, pasiones demoniacas, el alcohol y la droga, incluso, mentes enfermizas imponiendo el puño y el músculo, mal trato familiar, hombres acostumbrados a arreglar los diferendos a base de golpes, ni modo que la autoridad designe un policía para cuidar, digamos, cada hogar.
Tampoco, desde luego, podría asignarse un policía por barrio, incluso, por colonia popular, para disminuir la ola de violencia contra las mujeres.
Algún obradorista soñaría con reeducar a los hombres, con todo y tratarse de una proeza titánica por varios, muchos sexenios.
CORREDORES: Con todo, el gobierno de Veracruz bien puede ya “lavarse las manos”. Las culpables de tantos feminicidios aquí son las mujeres que toleran a sus maridos violentos y no obstante varias golpizas siguen cohabitando con ellos en vez de optar por la solución salomónica de un divorcio o una separación.
A partir de la fecha cuando fuera emitida la nueva versión oficial de que los feminicidios se deben a la violencia intrafamiliar, el secretario General de Gobierno puede estar en paz cuando en la desesperación social acuñara su frase celebérrima de que en el crimen de mujeres “ahí la llevamos”.
BALCONES: ¡Vaya mal fario y peor karma para las mujeres! Con la nueva versión es tanto como avalar el machismo. Incluso, hasta permitir que las mujeres se hagan justicia por mano propia.
Lázaro Cárdenas del Río presidente de la república tomó sabia decisión y pactó con los industriales del aguardiente, la cerveza y el alcohol disminuir la circulación de sus productos en las regiones indígenas y campesinas para evitar el alto consumo y aligerar la violencia intrafamiliar, además de evitar que los hombres gastaran su precario ingreso en las cantinas y con las trabajadoras sexuales.
PASILLOS: Y, bueno, si en el año anterior Veracruz se disparó y mantuvo en el primer lugar nacional de feminicidios, nada indica que este año el tsunami de violencia contra las mujeres pudiera disminuir, menos abatirse por completo.
Lo peor del caso es que de pronto, cuando con Javier Duarte ni tampoco con Miguel íngel Yunes Linares, el feminicidio se disparó a niveles inimaginables, ahora con Cuitláhuac García, tiempo cuando desde el altiplano descubren, sorpresas que da la vida, que están matando a mujeres porque los esposos y las parejas y los amantes son muy violentos.
VENTANAS: La nueva versión resulta inverosímil. Incluso, porque si en el año anterior también se inculpaba a los malandros, y a los maridos habilitados como sicarios y pistoleros, ahora, y en términos generales, por un lado, los sospechosos de los feminicidios son los cónyuges, y segundo, las mujeres por dejarse y permitirlo.
De aquí pa´lante, entonces, si una mujer mata a su pareja será, habrá de ser, en defensa propia, y como en el caso de don Ramón, el padre de Acultzingo, asesinar a un malandro, evitar la cárcel y refundirse en arraigo domiciliario.