LUNES
Desencanto de 78 gobernadores
En la historia local 78 gobernadores han pasado por el trono imperial y faraónico y cuyo único legado histórico es el desencanto.
Cierto, cada 6 años la esperanza renace y de algún modo el ciudadano vuelve a creer en la dinastí­a polí­tica en turno, pero luego enseguida, incluso, a veces, desde el primer año del sexenio, como el caso más reciente de Javier Duarte y Cuitláhuac Garcí­a, la desilusión social.
Inverosí­mil, por ejemplo, que con tantos jefes del Poder Ejecutivo Estatal el estado de Veracruz sea campeón nacional en la producción de cortesanas ofreciendo el servicio social en el resto del paí­s, porque son tantas que la demanda local está cubierta, y ni modo, solo resta migrar a otros estados.
78 gobernadores que en la mayorí­a de los casos solo han servido para enriquecerse ellos y sus familias y parte del gabinete legal y ampliado.
Y lo peor, salvo casos insólitos, ninguno ha pagado con la cárcel ni devuelto el dinero robado.
Los polí­ticos locales tienen la misma fama que el resto de los polí­ticos. El paí­s, por ejemplo, en el primer lugar de corrupción en América Latina y en uno de los primeros en el mundo.

MARTES
En el fondo del abismo social
Otro pendiente es la baja calidad educativa. Estamos casi en el sótano nacional. En el fondo del abismo.
Y en cambio, en la secretarí­a de Educación festinan que Veracruz tenga el primer lugar nacional en bailable regional con “El tilingo lingo” y “La bamba”, y alcance, digamos, honra y prez con la orquesta de salsa formada por el profe Zenyazen, más su sindicato a modo formado en el primer año del sexenio de MORENA.
Y en contraparte, ningún avance, quizá unos cuantos digamos con optimismo, para enseñar a leer y escribir a los 600 mil paisanos analfabetas de 14 años de edad en adelante.
Y es que resulta insólito, inverosí­mil, inaceptable la existencia de más de medio millón de personas analfabetas a quienes ningún gobernador ha ocupado ni preocupado para lanzar una cruzada educativa y cí­vica donde en cada municipio los alcaldes coordinen el esfuerzo común.
Y más, cuando desde MORENA en Palacio Nacional gritonean que construirán un pueblo de lectores como si por decreto presidencial la población se diera tiempo para leer.

MIÉRCOLES
En la calle la salud pública
El peor mal es la dudosa y cuestionable calidad de la salud pública.
Y aun cuando el secretario Roberto Ramos Alor, defendido a ultranza por el góber de AMLO de manera rara y extraña, vive obsesionado con inculpar a sus antecesores en los gobiernos de Miguel íngel Yunes Linares, Javier Duarte y Fidel Herrera Beltrán, un año después, las clí­nicas de Salud y hospitales públicos continúan en crisis humanitaria.
Bastarí­a referir que los familiares de los pacientes internados han de comprar desde las medicinas hasta el papel de baño y desde cubrir el pago de los análisis hasta llevar batas para sus enfermos.
Además, y lo peor en el IMSS y el ISSSTE, la alta demanda sigue originando que las citas para los enfermos sean programadas con 3, 4, 5 meses de anticipación, en tanto el enfermo bien puede morir en el trámite burocrático.
Un año después, el espectáculo social más triste y dramático son los familiares de los pacientes durmiendo en las noches frí­as y huracanadas a las afueras de los hospitales públicos pues el dinerito es insuficiente para pagar un cuarto de un hotel de paso.

JUEVES
Desesperación social
El desempleo en la clase baja y media cabalga infatigable en las semanas y los meses.
Por todos lados, familiares tocando puertas para una oportunidad laboral. Incluso, hasta jóvenes egresados de las universidades públicas y privadas sin un trabajo con un sueldo digno.
Hay familiares donde los hijos tienen uno, dos, tres años en el desempleo. Y hay familias donde los hijos de plano han migrado, no al resto del paí­s sino, por ejemplo, a Estados Unidos, soñando con una posibilidad en el otro lado.
Incluso, universitarios que estudiaron con una beca por su alto promedio y hablando uno, dos, tres idiomas, y tienen experiencia laboral y están desempleados.
Y lo peor entre lo peor, jóvenes de unos 40 años en adelante vetados por la edad para un empleo.
Y más terrible cuando los jóvenes son padres de familia y tienen hijos y la angustia laboral se vuelve desesperación social.
Grave, cuando desde la conferencia mañanera predican un mundo inexistente en la realidad y festinan que “vamos bien y vendrá lo mejor”, igual, igualito, que en los mejores tiempos priistas y panistas.

VIERNES
Niños huérfanos, esposas viudas
El peor mal de la caja de Pandora con que Veracruz terminará el año es la inseguridad, la incertidumbre y la zozobra.
Veracruz, convertido en un tiradero de cadáveres. Un reguero de sangre por todos lados. Familias en el desamparo. Niños huérfanos. Esposas viudas. Cadáveres colgando de los puentes. Cabezas decapitadas tiradas en la calle y colocadas encima de mesas de bares y antros para multiplicar el terror en la población.
Y al lado de la fallida polí­tica de seguridad pública, su hermana gemela, siniestra y sórdida, llamada impunidad.
Pero, bueno, con tantos asesinatos, a veces, ya ni hablar es bueno. Para qué?, se pregunta el ciudadano común que todos los dí­as vive con sencillez.
Para qué, por ejemplo, si hay protestas y resistencia pací­fica por todos lados, desde la población civil hasta las ONG y las iglesias y hasta uno que otro partido polí­tico como el PRD a quien le mataron a un ex presidente municipal de Paso del Macho, y por más inconformidad social, nada pasa y todo sigue igual, o peor.
O peor, porque MORENA levantó demasiadas expectativas y antes de un año llegó el desencanto al grado de que la población electoral se pitorrea del góber por más y más que en cada girita el presidente de la república lo enaltece y glorifica declarándolo el más honesto y el más leal, pero olvidando que es el más inexperto.
Se ignora si en el relato bí­blico los Jinetes del Apocalipsis fueron reales o ficcionales. Pero el concepto domina los dí­as y noches de Veracruz.