incriminatorias” y amenaza con demandar al ex secretario de seguridad pública del gobierno de Felipe Calderón. Es una posición cómoda la de Cassez, hacer leña del árbol caí­do.
Como se recordará, la principal defensa de la señora Cassez, consistió en la “falta de asistencia jurí­dica” a la que tení­a derecho por parte del consulado o de la embajada francesa en nuestro paí­s, y esa omisión, en nada beneficia a su pareja sentimental Israel Vallarta, puesto que su nacionalidad mexicana no le da los mismos beneficios que a la francesa protegida del expresidente Nicolás Sarkozy, de quien se dijo, negoció y luego presionó al expresidente Felipe Calderón, para soltar a quien señalaron los secuestrados directamente, de haberles mutilado, cortándoles orejas y dedos para presionar a sus familias a realizar el pago de los rescates.
La liberación de la francesa, no fue por el reconocimiento de su inocencia, fue por una omisión en el procedimiento seguido en su contra, por consiguiente con el respeto a la opinión del penalista Juan Velásquez, no puede haber beneficio alguno para Israel Vallarta y sus cómplices.
Hoy transformada la ciudadana francesa, de ví­ctima en justiciera, expresa su regocijo por la detención de Garcí­a Luna y espera que el ex titular de la SSP pase muchos años en prisión, después de rendir cuentas por el abuso del poder que ejerció, ya que sus miles de ví­ctimas también sentirán el mismo alivio que ella alcanzó, y desea que lo mismo ocurra con la defensora de los Derechos Humanos, Isabel Miranda de Wallace, a quien llama cómplice en las mentiras y manipulación criminal, de Genaro Garcí­a Luna.
El colmo del mundo al revés, serí­a que procedieran las demandas de Florence Cassez que según su dicho, presentará en contra de Luis Cárdenas Palomino, del expresidente Felipe Calderón y del exsenador y ex secretario particular del Ejecutivo Roberto Gil; y ya encarrerada doña Florence, también demandará al ex titular de la PGR Daniel Cabeza de Vaca; e igual procederá en contra de Televisa y espera que proceda, la demanda que presentó en su momento contra México, ante la CIDH. Que osadí­a la de Florence Cassez, que raya en la temeridad.