PASAMANOS: Hay dí­as, y más en los dí­as que ya huelen a navidad cuando una parte de la población electoral se pregunta si dejó un beneficio social que la yunicidad encarcelara a un montón de duartistas y hasta a 68 policí­as duartianos en el penal de Pacho Viejo para que ahora, con el gobierno de izquierda en el palacio de gobierno de Xalapa un yunista ya está preso y 4 más, entre ellos, los exfiscales Jorge Wí­nckler Ortiz y Marcos Even Torres Zamudio se hayan convertido en prófugos de la justicia y anden, quizá, acaso, digamos, “a salto de mata”.

CORREDORES: Hay tardes como ésta cuando el ciudadano se interroga si valió la pena que “en la plenitud del pinche poder” Jorge Wí­nckler festinara en las redes sociales sus fotos tomando videos a Miguel íngel Yunes Linares en un acto público y trepando su video guisando paella para los amigos un fin de semana con todo y gigantesco delantal y cuando invitaba en las redes sociales a comprar pizzas en su pizzerí­a… para que ahora ande huyendo, igual, igualito como en su momento huyeran Javier Duarte y Karime Mací­as.

BALCONES: Hay ratitos cuando algún polí­tico se pregunta si valió la pena que Yunes Linares encarcelara a tres ex gobernadores como Dante Delgado Rannauro, Javier Duarte y Flavino Rí­os Alvarado y hasta siguiera y persiguiera a Karime Mací­as, la primera esposa de un jefe del Poder Ejecutivo Estatal en la mira, cuando ahora, el góber de AMLO en Veracruz sueña con encarcelar a Yunes y a los yunistas?
Hay dí­as cuando el sociólogo y el politólogo se preguntan si vale, tiene un sentido social, que encumbrados en el poder sexenal o municipal algunos polí­ticos “ordeñen la vaca” y “metan la mano al cajón” sin escrúpulo alguno… corriendo el riesgo de que el sucesor los exhiba, denuncie y proceso, aun cuando pueden tener mucha suerte y librarla en el mejor de los casos.

PASILLOS: Hay noches, mejor dicho, madrugadas de insomnio cuando el ciudadano que vive con sencillez se pregunta si de veras ha de creerse en la palabra de los polí­ticos que juran y perjuran que “abatirán el desequilibrio social” y todaví­a para llenarse la boca de miel vuelven a jurar que por ningún motivo, pretexto, berrinche o razón fallarán en su promesa.

VENTANAS: Hay dí­as así­, y como la realidad es avasallante el ciudadano se derrumba en la desesperanza y el desencanto cuando, por ejemplo, está consciente de que en Veracruz 6 de los 8 millones de habitantes están atrapados y sin salida en la miseria y la pobreza y ninguna, absolutamente ninguna lucecita alumbra el largo, extenso, sórdido, siniestro y sombrí­o túnel social.
Por eso, digamos, hemos de refundirnos en el trabajo férreo, firme, disciplinado, terco y creativo de cada ciudadano y cada familia para soñar con la posibilidad de enaltecer la vida cotidiana y el diario vivir,
Solo así­, dirí­a el viejito del pueblo, la vida es menos dura.