El Supremo Dictador
•El héroe de Colombia
•Hombres de pasiones
EMBARCADERO: En Colombia, en el pueblo de Turbaco, están levantando una estatua a Antonio López de Santa Anna, 3 veces gobernador de Veracruz y once veces presidente de la república... Y en la tierra jarocha, en ningún lado hay una estatua de su Alteza Serenísima, ni siquiera vaya, ¿y con qué en todo caso?, en Santa Anna Atzacan, allí donde una familia fue rafagueada y mataran a todos...En Turbaco, “dejó una marca en la historia local y aquí mucha gente lo idolatra” dijo el historiador Javier
Luis Velázquez
Alcalá al reportero Rafael Croda, corresponsal de Proceso número 2241…
ROMPEOLAS: Santa Anna “fue de todo y sin medida”… Por ejemplo, cada vez que se aburría de ser gobernador nombraba un interino, elegía a una mulata sabrosa y caminaba de pueblo en pueblo jugando a las cartas y apostando a los gallos y embriagándose… A los 27, 28 años de edad, sedujo a la hermana de Agustín de Iturbide, que tenía 60 años, solo para entrar al reino celestial del poder federal… Entonces, el Emperador le leyó la cartilla y le dio 24 horas para terminar la relación con su hermana y regresarse a Veracruz…
ASTILLEROS: Un año después, escribió al Emperador informándole que se iba a casar con una chica de Alvarado de 14 años de edad, hija de un comerciante español… El día cuando perdiera una pata en una batalla en Veracruz en 1838 la sepultó con honores militares, y desde entonces, uso prótesis de madera… En “la plenitud del pinche poder” vendió a Estados Unidos la mitad del territorio nacional… Encarceló a Benito Juárez y Melchor Ocampo en las mazmorras del castillo de San Juan de Ulúa y luego los exilió… Además, claro, de su dictadura presidencial… Por eso, quizá, entre otras cositas, ningún homenaje tipo Colombia a Santa Anna…
ESCOLLERAS: El historiador Enrique González Pedrero escribió dos tomos tamaño ladrillo sobre la vida de Santa Anna, con el subtítulo de “El país de un solo hombre” y que, bueno, con su sello de izquierda, centro y derecha, sigue reproduciéndose… Santa Anna se refugió en Turbaco, Colombia, como parte de su exilio dorado…Y allá dio rienda suelta “sin reproches de conciencia patria” a sus cuatro pasiones: una, las mujeres, y dos, las peleas de gallo, y tres, las apuestas, y cuatro, la cría de caballos finos… Eran, y son, parte de las pasiones mundanas en la que suelen caer los famosos, los ricos y los poderosos…
PLAZOLETA: En Turbaco, enriquecido con el dinero de México, y para ganarse a la población, restauró la iglesia y la casa sacerdotal y construyó el cementerio y pavimentó caminos… Y lanzó “un emporio agropecuario que incluía trapiches, grandes plantaciones de caña de azúcar, cultivos de tabaco y la cría de ganado” (Rafael Croda, Proceso)… Y en su hacienda, La Rosita, organizaba tertulias para que los hombres del poder y con poder recibieran sus “sabios y respetables consejos”…
PALMERAS: En México se hacía llamar su Alteza Serenísima y en Turbaco le llamaban “padre y bienhechor”… Pero Mariano Arista, el presidente más honesto en la historia nacional, lo llamaba “Supremo Dictador”… Y en contraparte, en Turbaco “cobró fama por sus amoríos clandestinos con hermosas señoras criollas de esta tierra ardiente y tropical”… Y, claro, “tuvo muchos hijos naturales, y como eran naturales, nunca llevaron su apellido”… Huyendo de México llegó a Colombia con mucho dinero… En 1858 hubo una revolución en Turbaco y huyó de nuevo, y anduvo por ahí y pudo regresar a México donde murió en 1876 a los 82 años de edad…