La fe se ha perdido
•Levantaron expectativas
•Desencanto de MORENA
UNO. La fe se ha perdido
Muy pronto, “antes de que el gallito cantara 3 veces”, la población de Veracruz perdió la fe y el respeto a la dinastía política de MORENA instalada en el palacio de Xalapa.
Luego de tantas expectativas levantadas soñando con un Veracruz
Luis Velázquez
mejor, el desencanto se ha instalado y así llegaremos mañana al primer informe.
Se perdió la fe y la esperanza en MORENA. Y antes, se perdió en el PAN. Y antes en el PRI.
El socialismo con rostro humano predicado desde la homilía obradorista fue derrotado en la tierra jarocha, primero, por el tsunami de incertidumbre y zozobra, tanta violencia, tanta inseguridad, tanto pavor y horror en cada nuevo amanecer.
Después, porque pronto Veracruz fue encumbrado en el primer lugar nacional de feminicidios y el primer lugar de secuestros.
Luego, por tanta impunidad por más y más cacayacas en la Fiscalía.
Más tarde, porque por más que el góber de AMLO alardea un descenso en el desempleo (igual que una caída del índice delictivo), ni ellos mismos creen sus mentiras, y “El pinocho” que la senadora Indira Rosales San Román obsequió en el Congreso de la Unión al secretario de Seguridad Nacional, Alfonso Durazo, por el asesinato de los 6 niños y 3 mujeres en Chihuahua-Sonora, también habría de ser obsequiarlo a Cuitlalandia.
DOS. Resbalones de MORENA
Pronto el ciudadano común y sencillo perdió la fe en la izquierda encumbrada en el palacio de Xalapa porque luego enseguida resbalaron con el nepotismo y la compra por dedazo de las patrullas policiacas y las medicinas.
Y porque junto a la corrupción morenista, la desfachatez, incluso, negando los secretarios del gabinete legal y el mismo tlatoani el manifiesto nepotismo, también considerado tráfico de influencias y conflicto de intereses.
Y se perdió la fe, porque los Morenos se revelaron igual que los panistas, pero más los priistas (Javier Duarte, Érick Lagos, Jorge Carvallo, Alberto Silva, Adolfo Mota y Luis íngel Bravo Contreras, los más connotados) con su frivolidad.
Frívolos también, insulsos, intrascendentes, los morenistas.
Se perdió la fe cuando el único pretexto o motivo de la nueva elite gobernante para justificar la soberbia con que ejercer el mundo es crear y refocilar su mundo paralelo color rosáceo, diciendo que la violencia va a la baja y que buscarán con VIDA a los tres chicos desaparecidos en el año 2016 y que pronto habrá justicia para los 7 comerciantes secuestrados de Ciudad Mendoza.
TRES. Todos son iguales
Se perdió la fe y la esperanza en la izquierda y la derecha y el centro.
Y si el priismo ubicó al país en el primer lugar de corrupción política en América Latina y en uno de los primeros en el mundo, ahora los Morenos y el socialismo también conservan la misma tendencia.
Inverosímil la matanza de 6 niños y tres señoras en los límites de Sonora y Chihuahua. Pero también insólito que en los últimos once meses cuarenta menores de edad fueron asesinados sin que hasta el momento, escuchando ya el primer informe del góber de AMLO, exista justicia.
Terrible, espantoso que en un pueblo, como en Veracruz por ejemplo, estén matando a las mujeres y a los menores y la autoridad se pintarrajee la cara para disfrazarse de catrina y baile como catrina con pasitos salseros aprendidos en el palacio jarocho de la salsa.
Y lo peor: que igual que Miguel íngel Yunes Linares y Javier Duarte quieran purificarse poniendo en la cancha más y más pillerías del bienio azul cuando ellos van, parecen ir, por el mismo camino.