ROMPEOLAS: De los 78 gobernadores en Veracruz, Antonio López de Santa Anna se volvió una leyenda urbana desde cuando harto de gobernar y escuchar problemas solicitaba un permiso, nombraba un interino de confianza, agarraba una mulata sabrosa y se iba de pueblo en pueblo a apostar en las peles de gallo, además de beberse unas cuantas botellitas de licor… También, claro, cuando perdió una pata en la guerra y le rindió un homenaje con los militares, soldados y ciudadanos, y la sepultó con honores…

ASTILLEROS: En un salto gigantesco de la historia, Rafael Hernández Ochoa, el ranchero enamorado, también fue imborrable… Famosas, por ejemplo, las pachangas que armaba con los suyos y cuando en estado de ebriedad le daba por bailar y tomaba de compañeras a las parejas de uno que otro funcionario del gabinete legal y ampliado… Incluso, un diputado aseguraba que entre ellos mismos llamaban a aquel tiempo “el sexenio de la promiscuidad”… El coronel Adalberto Tejeda, dos veces gobernador, ganó fama porque cuando los campesinos lucharon contra los casatenientes se puso de lado de los ejidatarios y cuando los inquilinos de Veracruz se lanzaron contra los casatenientes abanderó la causa de los precaristas… Incluso, hasta desafió al presidente ílvaro Obregón quien estaba de lado de los ricos y poderosos…

ESCOLLERAS: Dueños del dí­a y de la noche, dueños del destino común, jefes máximos, tlatoanis, gurúes, en la vida siempre hay mujeres fascinadas, primero, con el poder de los polí­ticos, y segundo, con el olor a dinero como lo decí­a Henry Kissinger, el famoso secretario de Estado de Richard Nixon… Por eso, cada gobernador ha tenido fama pública de un montón de amadas amantes, a quienes, y en reciprocidad, a muchas otorgaron, además del dinero oficial, cargos públicos… Y como se trata de una constante, quedarí­a pendiente inventariar el nombre del gobernador que haya tenido los mejores cromos…

PLAZOLETA: El góber de AMLO; sin embargo, parece llevar la delantera con su estilo personal de ejercer el poder… Primero, entró a la historia con su pasión por la salsa y que ha seguido bailando ahora con todo y “la santa investidura” como le llamaba Adolfo Ruiz Cortines… ¡Y qué bueno, porque es un joven soltero de 51 años de edad!... Segundo, porque así­ como Gustavo Dí­az Ordaz decí­a que era un material inagotable para los caricaturistas de los periódicos, Cuitláhuac también es el favorito de los cibernautas para sus memes…

PALMERAS: Y tercero, con motivo del dí­a de muertos y las calaveras también se maquilló y se unió al jolgorio y puso a bailar… Se ignora si su gusto se traducirí­a en un rating superior de su popularidad, pues de acuerdo con la encuesta del académico Rafael Arias, anda muy bajo… Se ignora si vestido de calavera habrí­a ganado la simpatí­a de la población electoral… Pero, bueno, el sicólogo dirí­a que ante la falta de neuronas las ocurrencias suplen las deficiencias… En el próximo carnaval jarocho, “El pollo” Luis Antonio Pérez Fraga bien podrí­a lanzar un baile de disfraces esperando que el góber llegara vestido, digamos, de catrina…