Después, altercado entre las partes. Luego, las dejaron y se retiraron.
Pero hacia las primeras horas de la mañana dominical, y antes de que todos los policí­as fueran a misa, ya habí­an retirado la revolución de los Pañuelos Verdes.
Histórica, dura, legendaria, mí­tica ha sido la lucha femenina por alcanzar la libertad.

LUNES
Histórica lucha
La lucha, por ejemplo, para disminuir, mejor dicho, abatir por completo los feminicidios. Veracruz, en el primer lugar nacional en los últimos casi once meses de MORENA en el palacio de gobierno de Xalapa.
La lucha de las mujeres contra la violencia intrafamiliar. Y para lograr la llamada Cuota de Género. Y la igualdad salarial en los trabajos públicos y privados.
Y para ser votada que Adolfo Ruiz Cortines les otorgó el legí­timo derecho a votar en las urnas, pero al mismo tiempo, vaya machito, sin el legí­timo derecho a ser votadas a un cargo de elección popular.
La lucha bí­blica de las mujeres contra el aborto. Pero más aún, para erradicar de sus vidas los estragos de los Clubs de Toby en el paí­s.
Ahora, cuando la mitad del mundo y casi la otra mitad está consciente de que la mujer debe decidir sobre su cuerpo y sobre su vida y sobre su libertad, las elites religiosas, aliadas con las panistas, pretenden seguir imponiendo, y en nombre de Dios, las leyes de la Edad Media.
Por eso, el digno machetazo de las 90 mujeres de Orizaba desafiando a los policí­as para su “Pañuelazo”, la ola verde que camina en el mundo hasta que la mujer decida sobre su vida, incluso, sin la ridí­cula amenaza de la iglesia con la excomunión.

MARTES
Rollo demagógico, barato y ramplón
En la LVX Legislatura alardean que el debate sobre la despenalización del aborto está abierto en el tiempo de MORENA, con mayorí­a de diputados locales.
Y más allá de la mala vibra y el pésimo karma, todo indica que se trata de un rollo demagógico barato y ramplón.
Por ejemplo:
En Oaxaca, hay un gobernador priista. Alejandro Murat, hijo de otro ex gobernador, José Murat Casab.
Y en Oaxaca, el Congreso local despenalizó el aborto con todo y que el góber heredero del poder del padre es priista y lo que significó un parteaguas.
Y en Veracruz, la mayorí­a de diputados locales son de MORENA y están, parece (a menos sea una treta, una patraña, un juego polí­tico calculado y calculador) a la greña con una parte a favor y otra en contra.
Y más, porque ningún caso tiene estar dando vueltas y vueltas a las mujeres activistas con la posibilidad cuando en el fondo saben las cúpulas de MORENA que ni con un milagro pasará la legalización del aborto.
Luego de AMLO como jefe de Gobierno de la Ciudad de México, en ningún momento las corvas temblaron a Marcelo Ebrard Casaubon para despenalizar el aborto y para aprobar el matrimonio gay y la adopción de hijos.

MIÉRCOLES
Una lucha demasiado larga
Calles y avenidas de las cabeceras municipales de Veracruz se han llenado de mujeres en caminatas y marchas para despenalizar el aborto.
La resistencia pací­fica más tenaz y tozuda de que se tenga memoria ha quedado en la conciencia social, pero al mismo tiempo, sin impactar en las neuronas de la dinastí­a gobernante en turno.
Todo indica que las elites eclesiásticas pesan más, mucho más sobre las cúpulas polí­ticas (tiempo de la Edad Media, tiempo de la Nueva España, tiempo de la guerra de Independencia) que la razón social, moral, ética y biológica de las mujeres.
Las mujeres están indignadas defendiendo su causa y en contraparte, en el palacio de Xalapa nadie las escucha. Ni tienen voluntad para escuchar el clamor popular y social.
“La Onda Verde” pesa menos, mucho menos, que las iglesias católicas, cristianas y evangélicas.
¡Vaya paradoja! Las mujeres sujetas a decidir sobre su vida pero con la bendición de un curita, un obispito, un arzobispo, un Papa, y avalados por un gobernador y un presidente de la república.
Si AMLO quisiera desde hace rato la despenalización serí­a “pan comido”.

JUEVES
Les vale a los diputados
Hay una burda venta de esperanzas de la LXV Legislatura a las activistas.
Les vale un Veracruz en el primer lugar nacional de adolescentes embarazadas y el primer lugar nacional en abortos… clandestinos, pues los doctores están temerosos de que la secretarí­a de Salud les caiga o sean denunciados.
Además, de la fallida educación sexual de padres de familia, la secretarí­a de Salud (por salud pública), el D.I.F. y las iglesias para los chicos.
La misma venta de utopí­as de cuando Ruiz Cortines se vio presionado para otorgar el derecho de las mujeres a votar se está reproduciendo ahora en Veracruz, y en otras latitudes geográficas del paí­s, para despenalizar el aborto.
Y como siempre, los buenos contra los malos. Los buenos que se autodenominan los gobiernos liberales y conservadores aliados con las iglesias y los malos como llaman a las mujeres satanizadas.
Y peor, porque se trata de un derecho universal, caray, reconocido en Rusia hacia el año 1910.
Los polí­ticos, tendidos al piso de las elites poderosas.

VIERNES
Voltear a Oaxaca
Hay una lucha histórica y legendaria entre las activistas y las iglesias y en medio está la cúpula polí­tica en el trono sexenal efí­mero como el árbitro.
Si a los polí­ticos conviene estar con la iglesia, el aborto seguirá penalizado.
Y si las activistas recrudecen su resistencia pací­fica con más y mejores estrategias de lucha social y muestran el puño y el músculo diplomático y cabildero, entonces, quizá, los polí­ticos estén de su lado.
Incluso, si las activistas demostraran su fuerza polí­tica electoral en un paí­s religioso cien por ciento, entonces, ganarí­an la batalla.
Por una sencillí­sima razón: el tema del aborto ha sido penalizado con la misma intensidad con que ante el gigantesco feminicidio en Veracruz las mujeres están satanizadas, incluso, señaladas por los polí­ticos como las presuntas culpables de su muerte.
Incluso, un obispo, ministro de Dios, aseguró que las mujeres son asesinadas por la forma provocativa con que visten.
En Oaxaca, con un gobernador priista, el aborto fue despenalizado. Y por añadidura, bien valdrí­a la pena que las activistas de Veracruz estudiaran la estrategia polí­tica de las mujeres oaxaqueñas para lograr el objetivo.
Y más porque a los polí­ticos, mejor dicho, a Alejandro Murat, le valió la amenaza de excomunión.