ROMPEOLAS: Una AMAFORE (Administradoras de Fondos para el Retiro) ha puesto “el í­ndice en la llaga”… 1) 6 de cada 10 hombres y 7 de cada 10 mujeres de entre 18 y 40 años están seguros, segurí­simos de que sus hijos o familiares los mantendrán en la vejez… 2) 3 de cada 10 jóvenes reconocen que por el momento ninguna preocupación tienen de prepararse para la vejez, tiempo cuando la vida se queda en el consultorio médico, en las farmacias, en el quirófano y en la iglesia pidiendo perdón por los pecados cometidos…

ASTILLEROS: 3) 4 de cada 10 jóvenes tienen una cuenta individual en las Afores, preparándose, digamos, para la vejez… 4) Solo 2 de cada 10 jóvenes tienen el hábito de ahorrar… 5) 4 de cada 10 jóvenes ahorran, pero considerando imprevistos ahora en su juventud, en ningún momento en el futuro… 6) 10 de cada 10 jóvenes son ilusos y optimistas y están seguros de que vivirán unos 80, 90 años, pero sin ocuparse del futuro adverso, duro y difí­cil que ya de por sí­ viven los ancianos, por ejemplo, con una pensionsita de 3 mil pesos, aun cuando a ellos les tocarán los Afores y que resultan del dinerito que cada uno pudo ahorrar en su vida laboral…

ESCOLLERAS: Resulta indicativo que la mayorí­a de los jóvenes estén seguros de que sus familiares (hijos, sobre todo) los mantendrán cuando sean ancianos… Y tal utopí­a está en chino… Basta y sobra con mirar a los ancianos abandonados por los hijos, aun cuando con frecuencia por hijos con un ingreso mensual bajo, insuficiente para enfrentar sus propias necesidades, digamos, personales y/o familiares… Por eso, si el paí­s se convertirá antes de que el gallito cante 3 veces en una república habitada por ancianos, el futuro es catastrófico…

PLAZOLETA: Y el futuro en puerta es catastrófico por las siguientes circunstancias… 1) En cada sexenio, el desempleo, el subempleo y los salarios de hambre se agudizan… 2) Cada vez aumenta la migración a Estados Unidos… 3) El costo de la vida incrementa, sin nada que lo frene… 4) Hay, cierto, paliativos oficiales como los programas sociales para los precaristas, pero son mejoralitos para el dolor de cabeza, incluso, con populismo electoral… 5) La desigualdad económica y social se acrecienta… 6) En cada sexenio “se dora la pí­ldora” con la promesa, siempre incumplida, de crear fuentes de empleo con un gran sentido social para pagar, digamos, salarios dignos con justicia laboral…

PALMERAS: Los pendientes sociales son tantos que las elites gubernamentales han perdido la brújula… Por un lado, combaten, según ellos, la inseguridad y la impunidad y la corrupción, pero por el otro, la calidad de vida está en caí­da libre… Y si es cierto que la autoridad atiende con paliativos a los ninis, madres solteras, indí­genas, campesinos, migrantes y ancianos, también es verdad que nadie se ocupa del México que pronto será habitado por ancianos… Y lo peor, la mayorí­a de los jóvenes apostando a que cuando sean viejos los hijos los procuren… ¡Vaya grandeza social!...