Veracruz se rebela
•Guarda Nacional, guardada •Bloqueo de autopistas
UNO. Justicia por mano propia
Hay una creciente resistencia pacífica, movimiento telúrico silencio pero efectivo, en Veracruz. Y ya nadie la detiene. Y nació y creció y se está multiplicando por la incapacidad oficial para resolver los graves pendientes sociales, por ahora, la ola avasallante de incertidumbre, zozobra e inseguridad.
Luis Velázquez
El gobierno de Veracruz no puede. Está rebasado. Los carteles y cartelitos están adueñados de la vida cotidiana.
Entonces, la población se rebela y se inconforma y se expresa como el jueves 3 de octubre en la autopista del sur, a la altura de Cosoleacaque, un montón de ciudadanos boquearon la circulación por tantos secuestros y asesinatos de mujeres la semana anterior.
Y la población irascible estableció claramente que ni pertenece a un partido político ni tampoco a una organización ni menos, mucho menos, a siglas, y por el contrario, son ciudadanos de a pie, hartos del peor tiempo vivido y padecido en la historia local.
Gente pobre. Gente que vive al día y quizá con “la medianía del salario”. Gente que con frecuencia es utilizada como “carne de cañón” en cada proceso electoral. Gente quizá acarreada para mítines como borreguitos.
DOS. La Guardia Nacional, “guardada”
Durante varias horas sostuvieron el bloqueo. Incluso, acuñaron su filosofía de vida, su decisión tomada en los meses huracanados que corren.
Por ejemplo:
De la Guardia Nacional dijeron que “está guardada”.
De la Policía Estatal, expresaron que “ni la vemos”.
Con lonas y pancartas escritas a mano levantaron la voz en un Veracruz donde van más de mil 450 asesinatos y más de 250 crímenes de mujeres, entre secuestradas, desaparecidas y ejecutadas.
Y lo hicieron porque están hartos. Hartos de la palabra oficial. Hartos de la venta prosaica de esperanzas. Hartos de que la secretaría de Seguridad Pública y la Fiscalía juren y perjuren el regreso del paraíso terrenal, mientras sus hijas son plagiadas, desaparecidas, quizá ultrajadas, asesinadas y tirados sus cadáveres en la vía pública, y de ñapa, hasta con una narcocartulina.
Y es que si hay carteles y cartelitos adueñados de la vida diaria se debe al principio de Peter de la autoridad.
¡Vaya desencanto con la dinastía política de MORENA en el palacio de gobierno de Xalapa!
TRES. Resistencia pacífica
La insurgencia popular ha crecido en Veracruz como los hongos, los ácaros, la humedad, las cucarachas, las ratas y los conejos.
Y por todos lados, como por ejemplo, en Córdoba, los vecinos indignados de la colonia Esmeralda, listos para la sublevación, porque el jueves 3 fue atacada a balazos una chica de 25 años cuando comía tacos en un puesto callejero.
Por eso, en unos pueblos, las guardias comunitarias. Y en otros, las autodefensas. Y en otros, los comités de barrio. Y en otros, los vecinos integrados en una red telefónica para avisarse si por ahí anda un sospechoso. Y en otros, los vecinos deteniendo a los malandros, desnudándolos, amarrándolos, dejándolos en una calle y avisando a la policía.
En otros, sin embargo, linchando y quemando vivos a los malosos.
Un pueblo, Veracruz, dispuestos a hacerse justicia por mano propia a partir de la indolencia, el desdén, el menosprecio, la ineficiencia y la ineficacia del gobierno estatal.
Si el gobierno cumpliera con su deber elemental de un Estado de Derecho como es garantizar la seguridad en la vida y en los bienes, entonces, ninguna necesidad de que la población se rebelara como en Cosoleacaque donde bloquearon la autopista.
Además, y lo peor, parece el único camino que la clase dominante de MORENA está dejando a los 8 millones de habitantes de Veracruz.