Asesinados madre e hijo
•Los días sórdidos
•Le vale a Morenistas
ESCALERAS: Quizá el gobierno de Veracruz esté fastidiado del reporte de seguridad y le valga, por ejemplo, el asesino de una señora de 40 años de edad, Reyna Mateo Hernández, y de su hijo, Luis, de 12 años, en Martínez de la Torre el miércoles 25 de septiembre.
Quizá el gabinete de seguridad de MORENA en el palacio de Xalapa siga inculpando al exfiscal de la vida podrida de Veracruz.
Luis Velázquez
Pero, caray, la saña y la barbarie siguen ganando la batalla en el territorio jarocho de cara al Golfo de México.
PASAMANOS: Un vecino escuchó seis disparos. Luego, el silencio. Y cuando se acercó a la vivienda miró el cadáver del niño tendido en el patio de la casa, y sin vida. Entonces, avisó a la policía.
Pero el mal, el daño, ya estaba hecho.
Así caminan los días y las noches en la era Cuitláhuac. La República Amorosa. El Paraíso Terrenal ofrecido a los 8 millones de habitantes de Veracruz.
En su lugar, el infierno. “El infierno tan temido” de sor Juana Inés de la Cruz, aquella que se anticipara un par de siglos a Jorge Wínckler, el Fiscal haciendo suya la frase célebre de la poetisa. “Yo, el peor”.
CORREDORES: Desde entonces, los días y noches han caminado y ningún detenido por el doble crimen en Martínez de la Torre.
Ningún indiciado. Ningún sospechoso. Igual que en los mil 400 asesinatos cometidos en los últimos diez meses y 3 días, un crimen hace olvidar el anterior y el anterior y el anterior, y de pronto, la espantosa impunidad.
BALCONES: Demasiado saña y barbarie en Veracruz. Primero, asesinar a la madre. Y luego, al hijo, al niño de doce años de edad, digamos, quizá, porque habría sido testigo del homicidio de su señora madre.
Solo almas perversas, amparadas en la inseguridad en el diario vivir (tarea de la secretaría de Seguridad Pública) y la impunidad (tarea de la Fiscalía) llegan a tales dimensiones de perversidad.
Saben que nada les pasara. Y por más y más que en el boletín “se corten las venas” jurando que “la Fuerza Civil y la Policía Estatal iniciaron la búsqueda de los criminales”, la población electoral sabe que se trata de “una tomadura de pelo”.
PASILLOS: Ya son muchos, demasiados, excesivos los agravios a la vida humana en la era MORENA. Muchos, también, en la yunicidad y el duartazgo.
Es más, pudiera decirse que de Javier Duarte a la fecha existe un vaso comunicante, un eje rector, como es el principio de Peter, la incapacidad galopante con sus secretarios de Seguridad Pública y Fiscales para que la población pueda soñar con razones de peso y con peso para vivir en tranquilidad.
VENTANAS: La sola presencia, es más, con solo citar su nombre, el nombre de Fernando Gutiérrez Barrios y Fernando López Arias, bastaba para que la delincuencia organizada y común de su tiempo se paralizara.
Se creyó que con Miguel íngel Yunes Linares bastaba para ahuyentar a los malandros, pero todos nos equivocamos.
Algunos ilusos habrían creído que con el secretario de la pistola al cincho y su pasado policiaco en Nuevo León era suficiente para devolver el paraíso perdido a la población de Veracruz, pero de ser así, pobrecitos.
Los pretextos y berrinches se le acabaron al gobierno de Veracruz. Diez meses han pasado de la era Yunes Linares. Jorge Wínckler ya fue destituido y andaría “a salto de mata” con 3 órdenes de aprehensión. Y Veracruz sigue chorreando sangre. Lo peor, la mujer de 40 años y su hijo de 12, asesinados en Martínez de la Torre.