La población huyendo del infierno.
El cobro del llamado derecho de piso por los carteles florece a plenitud como en tiempo de guerra, por ejemplo, las FARC de Colombia cobrando el derecho de piso con la pura razón de la fuerza, debilitado por completo el Estado de Derecho.
El oleaje de violencia cada vez creciendo. Más de mil 400 muertos en los últimos 9 meses. De hecho y derecho, la vida nocturna aniquilada. Y más, luego de la matanza en el prostí­bulo de Coatzacoalcos con 31 asesinatos, más varios heridos, quemados de gravedad, en el hospital.
El turismo, por más y más ocurrencias de "Veracruz se antoja", pues hasta ahí­ llegaron las neuronas de la secretarí­a de Turismo, cada vez mirando a otras latitudes geográficas, como por ejemplo, Campeche y Yucatán, donde la violencia está en cero, entre otras cositas, por la polí­tica firme y segura de los gobernadores en turno.
Aquí­, en la tierra jarocha, el Estado, ingobernable. Lo peor, el jefe del Poder Ejecutivo feliz porque su jefe máximo lo sigue vitoreando y declarando, ajajá, el polí­tico más honesto del Golfo de México.
Incluso, sus feligreses asegurando que podrá el góber ser un polí­tico incapaz e insensible, pero en cambio es un hombre leal. Y la lealtad para AMLO, claman y proclaman, es el punto de partida.
Muy bien.
La historia panista y priista de la lealtad perruna, repitiéndose en el tiempo de MORENA, acaso por la llamada República Amorosa. Pero evidenciando lo denominado por decreto la Cuarta Transformación.
Lampedusa, repitiéndose en Veracruz. Cambiar para seguir igual. O peor.

BAJAR EL TELÓN EN VERACRUZ
Los robos a las casas particulares crecen, pero pegan más duro a los negocios, empresas, fábricas y talleres.
En las carreteras de Veracruz, por ejemplo, los robos a los transportistas cargados con mercancí­a de las ciudades de Veracruz al centro del paí­s o viceversa ocupan el primer lugar nacional.
Y ante el crecimiento desbordado de la inseguridad, la incertidumbre y la zozobra, el gobierno estatal nada hace o nada parece hacer para garantizar la seguridad en los bienes y tampoco, claro, para frenar el éxodo empresarial como bien lo retratara el columnista Raymundo Riva Palacio en su "Estrictamente personal".
Cierto, desde hace mucho tiempo, Veracruz se volvió problemático. Desde Patricio Chirinos Calero gobernador, los carteles entraron a Veracruz y aquí­ han permanecido. En aquel entonces, un solo cartel operando, el de José Albino Quintero Meraz, quien en el Alemanismo fue detenido y enviado al penal de Almoloya. Cumplió su tiempo penitenciario y fue liberado.
Pero ahora, aquí­, operan "casi todos los carteles" disputando la jugosa plaza local y que va desde la autopista de sur a norte del paí­s y los tres puertos para cargar y descargar droga del extranjero y las pistas clandestinas y la fragilidad corruptiva de los cuerpos policiacos.
Todos ellos, aspirando a quedarse con los múltiples negocios de la droga, el huachicoleo, la prostitución, el derecho de piso, el secuestro, el tráfico de los migrantes sin papel, la cooptación de las policí­as, la concesión de obra pública municipal y hasta el manejo de una que otra comandancia.
Así­, la inseguridad crece y crece y ante la incertidumbre, los empresarios y comerciantes mejor prefieren bajar el telón de sus negocios y buscar la posibilidad de invertir en otras entidades federativas.

HUIR, MIGRAR, IRSE, POR MíS CARIÑITO AL "VERACRUZ SE ANTOJA"
La ecuación es muy sencilla, elemental básica:
Una: hay seguridad pública hay inversión privada.
Dos: la inseguridad pública domina el escenario, la inversión privada se ahuyenta.
Tres: los malandros imponen la agenda pública diaria por encima del gobierno de Veracruz, la inversión privada se contrae y retrae y migra.
Cuatro: un sexenio de inseguridad (Patricio Chirinos) y otro (Miguel Alemán) y otro (Fidel Herrera) y otro (Javier Duarte) y otro (Miguel íngel Yunes Linares) y 9 meses con Cuitláhuac Garcí­a, los empresarios, industriales, comerciantes, etcétera, millón de veces huir, migrar, irse, por más y más cariño al "Veracruz se antoja".
Cinco: y más, mucho más, porque en 9 meses, Veracruz, en el primer lugar nacional de secuestros y de feminicidios según ha documentado la diócesis de Orizaba, la iglesia levantando la voz ante la imposibilidad institucional del gobierno de Veracruz, ocupado sólo en que AMLO, su presidente, los vitoree.
Seis: y lo peor, arriesgando la competencia electoral de MORENA en los años 2021 (alcaldes y diputados locales y federales) y 2024 (la gubernatura).
Por lo pronto, el peor daño como es el cerradero de comercios y negocios y las empresas contraí­das y el desempleo, el subempleo y los pinches salarios de hambre y sin Seguro Social ni INFONAVIT.

DESENCANTO SOCIAL CON MORENA
El presidente de la república glorifica a su gobernador. Busca así­, digamos, "tapar el ojo al macho" de la realidad adversa. Podrá, claro, levantando la mano impresionar quizá la primera vez.
Pero cuando se mira alrededor, el desencanto social con MORENA y su clase dominante en Veracruz domina y predomina.
Allá ellos, entonces, si creen "en su mundo color de rosa", de igual modo como creyeran en su tiempo Yunes Linares con su nepotismo y Javier Duarte con su soberbia.
El góber ha llevado a Veracruz en tan poco tiempo a los primeros lugares nacionales en delitos de alto impacto.
Y cuando su Contralora festina un elevado número de denuncias penales por corrupción pública, la inseguridad se ha vuelto la peor enemiga electoral de MORENA.
La falta de liderazgo del góber y la incompetencia como polí­tico pues en tanto la mitad del mundo jarocho y la otra mitad se pitorrea con su sola presencia en los medios televisivos y cibernéticos sigue empinando a MORENA y AMLO, pero peor, llevando al desquicio empresarial a Veracruz.