Y en Nogales, los vecinos detuvieron a un presunto secuestrador. Y a punto estuvieron de lincharlo. Fue golpeado por una turba encabritada.
Fue hace una semana. En la noche. Los malandros llegaron a Totutla. Entonces, vieron a Anaí­ "N" caminar en una calle. Administradora de una ferreterí­a en la región, se la llevaron.
Y cuando pretendí­an salir del pueblo, los vecinos irritados los detuvieron. A un lado uno que otro policí­a municipal.
Y los vecinos, las autodefensas, los comités de barrios, las guardias comunitarias (como el lector desee llamarlos) se hicieron justicia por mano propia.
Es el Veracruz que nos han dejado. Son los malandros o es la seguridad de la población.

PASAMANOS: Incluso, la muchedumbre quitó a los policí­as al par de secuestradores. Y luego, los amenazó con incendiar las patrullas.
Entonces, los vecinos decomisaron las armas largas y cortas y el coche del par de malandros (de nombres Noé Ortega Dí­az y Manuel Rodrí­guez Muñoz, avecindados en Huiloapan) y los entregaron a los polis.
Pero retuvieron a un maloso. Y lo agarraron a madrazo limpio. Dos horas duró la paliza. Después, lo entregaron a la policí­a. Y murió en el hospital.
Los vecinos fueron categóricos: seguirán organizados. ¡Ya basta! fue el clamor generalizado.

CORREDORES: Y en "¡Ya basta!" de los vecinos se encierra la filosofí­a de vida de la mayor parte de la población de Veracruz.
La historia comenzó en Soledad Atzompa, donde los vecinos detuvieron, lincharon y quemaron vivos a seis secuestradores de profesores. Y brincó al Valle de Uxpanapa, donde un tipo que disparara en la espalda de su esposa fue detenido y linchado. Y prosiguió a Jáltipan, donde un ganadero, en defensa de su familia, agarró la escopeta para cazar conejos y mató a tres sicarios.
Luego, se extendió a las ciudades de Veracruz y Xalapa donde los vecinos de colonias populares han detenido a varios malandros, los han desnudados y atados de pies y manos y colocados en la ví­a pública y avisado a la policí­a para ir por ellos.

BALCONES: En Totutla, igual que en Atzompa, Valle de Uxpanapa, Jáltipan, Veracruz y Xalapa, entre otros pueblos, la secretarí­a de Seguridad Pública aseguró desconocer la identidad de las personas amotinados y que organizaron la cacerí­a de los delincuentes.
Más vale, pues ni modo de proceder contra ellos. Simple y llanamente, la población se amotinarí­a y se incendiarí­a y los estragos sociales empeorarí­an por todos lados.
Pero, al mismo tiempo, la circunstancia en Totutla expresa un sentir generalizado. Los ciudadanos prefieren hacerse justicia por mano propia ante la incapacidad del gobierno de Veracruz para garantizar el Estado de Derecho.
Los zapatos quedaron demasiado grandes a MORENA para hacer feliz a la población tan necesitada de vivir todos los dí­as con tranquilidad.