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Malecón del paseo
Miércoles 04 septiembre, 2019

Mujer súper inteligente

•Dominó a Sartre
•Conocer la naturaleza humana

EMBARCADERO: Una clasecita para lograr un matrimonio duradero lo expresa la escritora Simone de Beauvoir, esposa de Jean-Paul Sastre, cuando ambos viví­an el amor libre en Europa y todos eran felices cambiando pareja a cada rato... Simone, por ejemplo, conocí­a a Sartre, como dice el viejito del pueblo, “al derecho y al revés”... Conocí­a sus estados de ánimo, arranques de cólera, momentos de reposo, las razones de su felicidad de cada dí­a, sus odios y amores, pasiones revolcadas y debilidades

Luis Velázquez

y aciertos…

ROMPEOLAS: Conocí­a tanto a Sartre que en uno de sus libros escribió: “Sartre necesitaba que todo mundo doblara el espinazo ante él”... Y mucho más, en el debate polí­tico, filosófico y social… Nada causaba tanta felicidad a Sartre como imponerse a los demás en la discusión… Pero también, nada lo hací­a más grande que convertir en su amada amanta a una estudiante… Pero más todaví­a, en hacer su amante a una amante de Simone… Tiempo aquel, Simone todo le permití­a, segura y consciente de que hacia el final de la aventura sexual, por lo regular, tormentosa, Sartre volverí­a a casa y a su cama… Simone, claro, también tení­a sus aventuras… Pero era ultra contra súper discreta…

ASTILLEROS: Simone siempre describí­a a Sartre con la siguiente definición… “A veces nunca llega a nada, pero siempre ha de querer todo”… Y lo dejaba hacer, partiendo del conocimiento profundo de su naturaleza humana… De algún modo era como decí­a Joseph Fouché de los polí­ticos, empezando por Napoleón, a quien logró dominar a través de su esposa Josefina, y quien lo adoptara como su consejero real… Y es que la mujer que conozca y conozca bien la forma de sentir, pensar, actuar y reaccionar del hombre lo dominará por completo…

ESCOLLERAS: Simone se detení­a en otra lectura de la naturaleza humana… “Solo con la lectura y la reflexión solidaria, se decí­a, se adquiere la perspectiva histórica”… Ella, entonces, sabí­a marcar la distancia y la cercaní­a de Sartre… A veces, por ejemplo, el filósofo se le perdí­a… Y sabí­a que estaba con una nueva amante… Y cuando Sartre regresaba a casa ella lo recibí­a con inteligencia, mesura y cordura, prudencia y perspicacia… Y Sartre se llenaba de enigmas porque ella ningún reproche…

PLAZOLETA: Otra, sin embargo, fue la princesa Diana de Gales… Desde un principio, cuando a los 19 años casara con el prí­ncipe Carlos, sabí­a que Carlos estaba enamorado de Camila Parker… Y pensó que “con el tiempo y un ganchito”, él solito se compondrí­a… ¡Vaya desencanto cuando descubriera que Carlos y Camila seguí­an su amasiato!... Fue entonces cuando marcó la raya, se divorció y se enamoró de aquel doctor pakistaní­ y luego de un playboy árabe, dueño de un yate y un avión y de un palacio…

PALMERAS: Algunos de los escritores preferidos de Sastre eran los siguientes… Goethe, Flaubert, Proust, Conrad, Eluard, Breton, Stendhal, Ví­ctor Hugo, Emilio Zola, Mallarmé, John Dos Passos, Dostoeivsky, Tolstoi, William Faulkner, Kafka, James Joyce, Ernest Hemingway, Balzac, Genet y Chautebraind… Todos, profundos conocedores de la naturaleza humana… Pero ni con sus lecturas pudo Sartre rebasar el gran conocimiento que tení­a ella de su complejidad emocional y cerebral… Por eso Simone se impuso, al grado de que con frecuencia en las reuniones amicales permanecí­a callada, mirando, observando, escudriñando a todos con un microscopio y dejando que Sartre fuera el macho imponiendo su ley… He ahí­ la grandeza humana de Simone, digamos, el arte de conquistar y seducir a un hombre tan polémico y controvertido que rechazara el Premio Nobel de Literatura y alcanzaba la dicha en brazos de una estudiante…


1 comentario(s)

13 Sep, 2019 - 11:22
Excelente...admirado Maestro...

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