personas… Todos son jóvenes… Y en la primavera ardiente, vestiditos con trajes de baño y shorcitos para cumplir al pie de la letra con la canción de Ricky Martí­n de “La vida loca”… que loca de por sí­ suelen convertirse los dí­as y las noches, más los fines de semana…

ROMPEOLAS: Según las versiones, suele darse en una parte de asistentes, la vida intensa, frenética y volcánica en una fiesta sin fin… Vivir cada minuto con el acelerador puesto al fondo a mil por hora… Se citan, digamos, desde el viernes al mediodí­a hasta el sábado ya caminado el dí­a… Y/o el sábado hacia las 12 horas hasta el domingo ya tardecito cuando regresan a casa…

ASTILLEROS: Los yates son formados como automóviles en baterí­a… Así­, un yate se roza con el otro hasta acompletar los treinta, más o menos… Los juniors pueden así­ pasar de un yate a otro brincando y caminando como en una pasarela para mirarse y admirarse entre sí­… Los yates se mueven con el oleaje del Golfo de México arremolinado, fermentado, con el rí­o Jamapa… Y en el movimiento trepidante los yates se acercan, pero también se alejan un poquito, aun cuando con todo, los chicos, dorada juventud, pueden brincar de uno al otro…

ARRECIFES: Claro, hay ocasiones cuando las aguas marinas y fluviales distancian tanto a los yates que al paso algún chico puede caer… Y como las embarcaciones se mueven al ritmo del oleaje, entonces, el cuerpo humano que haya resbalado puede irse hasta el fondo del mar sin que nadie lo advierta… Con el riesgo de desaparecer… Fue, y por desgracia, lo sucedido, según las versiones, con un nieto de un famoso beisbolista nacido en el barrio de La Huaca, estrella de los Indios de Cleveland…

PLAZOLETA: Cada quien vive su vida como puede y quiere… Pero la vida así­ ha cobrado varias ví­ctimas… Por ejemplo, meses anteriores la noche de un fin de semana desde un yate cayó una chica y el Golfo de México se la tragó… Hay la versión de que unos juniors, ligados a la polí­tica, solí­an organizar fiestecitas en el mar y entonces, en un yate se embarcaban los hombres, y más tarde, otro yate los alcanzaba con trabajadoras sexuales, y todos, desnudos navegando lo más lejos posible de la bahí­a…

PALMERAS: Se trata de parte de la dorada sociedad… Las elites… La gente VIP… Los hijos de los pudientes… “Los bonitos entre los bonitos” como dice el clásico, el polí­tico aclamado por su jefe máximo… Nadie, claro los regula, pues, y por ejemplo, con frecuencia agarran la avenida Adolfo Ruiz Cortines, en Boca del Rí­o, como autódromo en la madrugada cuando se escucha el rechinar de las llantas como un alarido de la Cruz Roja jugando competencias… La vida, a mil por hora, en una jungla de emociones y placeres, donde la vida libre se yuxtapone para dar sentido a los dí­as y las noches…