cargando

En twitter:

Crónicas
Jueves 14 marzo, 2013

Viñetas del poder


*Ante la cero rendición de cuentas, Tomás Ruiz González habrí­a renunciado a SEFIPLAN por las mismas razones que Salvador Sánchez, el cuñado de Manlio Fabio Altamirano, a saber: negarse a validar documentos bajo sospecha…

Último semestre del sexenio fidelista. 2010. Salvador Sánchez, el cuñado del entonces senador Manlio Fabio Beltrones, renuncia a la Secretarí­a de Finanzas y Planeación y deja Xalapa, la tierra donde habí­a llegado como Hernán Cortés a las playas de Chalchihuecan, como conquistador.

Luis Velázquez

Pero que, para su desventura, nunca pudo crecer… como soñaba.
Antonio Ferrari Cazarí­n, joven, recién desempacado en la polí­tica, hijo del Pedro Páramo de Boca del Rí­o, el odontólogo Ramón Ferrari Pardiño, aquel que contaba chistes al gobernador Miguel Alemán Velasco en su audiencia como titular de SEDARPA, entra al relevo.
Y Ferrari Cazarí­n cumple, acata sin chistar, la orden que Salvador Sánchez habí­a rechazado y le llevara, incluso, a la renuncia.
O sea, firmar al cuarto para las doce el préstamo que el góber fogoso solicitaba de diez mil millones de pesos.
Mientras Salvador Sánchez (ahora subsecretario de Turismo con Claudia Ruiz-Massieu Salinas) se negó a firmar el trámite crediticio, pues restaban dos, tres meses a Fidel Herrera para concluir el sexenio, por tanto, los hechos y las circunstancias se poní­an bajo sospecha, Ferrari Cazarí­n lo firmó.
Pero de acuerdo con la fama pública, el muchachito lo suscribió a cambio de una promesa que nunca le cumplieron: repetir en la Secretarí­a de Finanzas en el sexenio inmediato.
Entonces, Tomás Ruiz González, el genio del SAT salinista, aterrizó en SEFIPLAN y, ni modo, Antonio Ferrari arrastró con la carga histórica y de consuelo aceptó la dirección del COBAEV, convirtiéndose de un especialista en finanzas en el Enrique Laubscher del siglo XXI, soñando que desde ahí­ desembarcarí­a en la candidatura priista a la alcaldí­a de Boca del Rí­o.
Pero… primero se le atravesó el arquitecto Raúl Zarrabal Ferat, secretario de Comunicaciones, exregidor y exdiputado; luego, cuando Zarrabal junior fuera doblegado y bajado del caballo a mitad del rí­o, con la cartera del sí­ndico y regidores y funcionarios de confianza distribuida, a Ferrari Cazarí­n se le atravesó otro junior, Sergio Pazos, y, bueno, estarí­a luchando por la suplencia.
Lo decí­a Fernando López Arias, candidato a gobernador de Veracruz en 1962, exsenador de la república y exprocurador de Justicia de la nación en el sexenio del mexiquense Adolfo López Mateos, cuando enfrentara la huelga médica del Seguro Social: “Suplente… ni de Dios”.

DOS VERSIONES DE UNA RENUNCIA ANUNCIADA

Tomás Ruiz González ha dejado la Secretarí­a de Finanzas y Planeación. De entrada, fue renunciado, pues en el sistema polí­tico del paí­s nadie dimite a un gobernador ni a un presidente de la República, pues si fuera así­, entonces ningún chiste representarí­a la figura del tlatoani, el gurú, el jefe máximo, la presidencia y la gubernatura imperial.
Pero, bueno, el genio del SAT, el lí­der del PANAL de la profe Elba Esther Gordillo (ahora en desgracia) durante apenas un semestre, ha dicho que se retira de Xalapa (por lo pronto) porque tiene ofertas laborales.
Pero ante la cero rendición de cuentas y la transparencia en el ejercicio del poder sexenal, en la cúpula gobernante se habla de lo siguiente: Tomás Ruiz, cuyo pasado inspira respeto en el búnker peñista, habrí­a tendido un puente con el secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray Caso, el polí­tico más cercano al inquilino de Los Pinos, para informar, entre otras cositas, sobre la deuda pública de Veracruz.
Una deuda pública que en la realidad asciende a 59 mil 900 millones de pesos más las bursatilizaciones.
Vaya usted a saber…
El caso es que, y de acuerdo con las versiones, cuando el sexenio próspero sostuvo una reunión directa con el titular de Hacienda, hablaron de una deuda pública maquillada, en tanto Videgaray Caso ya tení­a papelitos.
Y Xalapa, con SEFIPLAN, se convirtieron en tierra vietnamita, llena de bombas sembradas en el subsuelo.
Y más cuando de paso, el senador Fernando Yunes Márquez habí­a lanzado al mundo la denuncia de irregularidades por 5 mil millones de pesos, todos recursos federales, en la cuenta pública de Veracruz correspondiente al año 2011.
Otra versión, sin embargo, y ante la opacidad es la siguiente: igual que Salvador Sánchez, a diferencia de Antonio Ferrari Cazarí­n, Tomás Ruiz se habrí­a negado a firmar una serie de papelitos (facturas, obra pública quizá) de recursos federales etiquetados y que habrí­an sido desviados para otras acciones y decisiones.
Y como de acuerdo con la cultura priista establecida desde Plutarco Elí­as Calles, “El turco” fundador del abuelito del PRI, el creador del maximato que lo llevara a imponer cuatro presidentes de la República, nadie puede rebelarse al dios terrenal, entonces, Tomás Ruiz fue lanzado del paraí­so, como Luzbel, el ángel del Dios bí­blico.

TODOS SE HAN VUELTO UNAS TUMBAS…

Otra viñeta, sin embargo, habla de que el examigo de la profe Elba Esther Gordillo estaba harto de ser considerado un Ken en SEFIPLAN.
Uno: durante 2 años y 3 meses vivió acotado en la dependencia, pues otros (subsecretarios y hasta los tesoreros Vicente Bení­tez y Antonio Tarek Abdalá Saad) tení­an derecho de picaporte y ellos se habí­an adueñado de todas las canicas.
Dos: el macrocosmos de SEFIPLAN fue reducido para Tomás Ruiz en un microcosmos, un mundo pequeño, chiquito, acostumbrado como ha estado en cargos federales a ser la figura estelar.
Tres: mientras nunca tocó baranda con el erario, Ruiz González fue utilizado para solucionar grandes pendientes económicos y financieros de SEFIPLAN, convertida en polvo en el sexenio anterior.
Cuatro: el fuego amigo en su contra desatado desde el bombardeo mediático con “una mano que meció la cuna”.
Cinco: el desorden y el caos administrativo en cada secretarí­a, donde suelen existir dobles y triples mandos y en donde la fama pública consigna riquezas inexplicables.
Por eso (y otras razones desconocidas, pero imaginadas), Tomás Ruiz prefirió retirarse de Veracruz.
Y como la cultura priista así­ lo reclama y exige, igual que sus antecesores en la renuncia (Pablo Anaya Rivera, Tomás Carrillo Sánchez, Guillermo Herrera, Fabrizio Aguilar, etcétera) guardará silencio porque, ni hablar, en polí­tica el jefe es el jefe.
Y si algún lastimado y/o resentido interrumpe el silencio, entonces, puede ser bloqueado para el resto de su vida, y en el peor de los escenarios, exiliado a las islas Fiji, enviado de embajador, encarcelado tipo Elba Esther Gordillo y/o sepultado con honores y la bandera nacional en el féretro, declarado héroe de la patria.
Por eso es que los 42 polí­ticos despedidos y removidos en el sexenio próspero se han vuelto unas tumbas…


Deja un comentario

Acerca del blog

Blog de noticias desde Veracruz.
Aquí, deseamos contar la historia de cada día.
Y cada día es un nuevo comienzo.
Y todos los días se empieza de cero...

Portal de noticias de Veracruz.