La noticia corrió rápidamente en redes sociales, pues trajo a la memoria el 22 de octubre del 2011 cuando sus padres, su primera esposa, una sobrina de meses de nacida, y otros familiares fueron sacados por la fuerza de la misma casa en donde resultó agredido este dí­a y llevados frente al panteón municipal.
Ahí­, en la ví­a pública, una célula del cártel de Los Zetas les dio muerte. En total sumaron ocho muertos y varias casas de parientes del actual presidente, baleadas.
En ese entonces, el Presidente municipal era Rodolfo Ramí­rez Arana, sobrino de los Ramí­rez Coria, y éste posteriormente puso a su esposa y luego siguió el gobierno de Abel Ramí­rez Coria para seguir el cacicazgo y el control de la alcaldí­a de Paso de Ovejas.
Desde que están en el poder, relatan habitantes de esa región, Paso de Ovejas y Puente Nacional, hasta ciudad Cardel, han sido escenario de hechos violentos, el incremento del consumo de sustancias prohibidas y las ejecuciones.
En este nuevo hecho de sangre, indican fuentes que no están autorizadas a ser citadas, Abel Ramí­rez Coria se encontraba en el tercer dí­a de fiesta por su cumpleaños.
24 horas antes la casa de sus padres habí­a recibido mariachis y muchos regalos para agasajarlo.
Este dí­a, sin embargo, pistoleros que llegaron en diversos vehí­culos arremetieron contra su vivienda.
Incluso trascendió la versión de que uno de sus hermanos, Chencho, el menor, habrí­a sido privado de la libertad, pero de esto no hay ningún tipo de confirmación.
Durante la balacera, el director de la primaria de Puente Jula, Ezequiel Contreras Guzmán, perdió la vida, y se informó sobre cuatro lesionados, entre policí­as municipales y civiles.
El alcalde estaba celebrando su santo desde hace algunos dí­as, y como es su costumbre, a donde se desplaza, es vigilado por una patrulla de municipales.
Al darse el atentado, los oficiales hicieron frente a los pistoleros, pero fueron insuficientes ante su capacidad de fuego y superioridad numérica.
Abel Ramí­rez Coria se reporta fuera de peligro y bajo resguardo.
La zona está siendo peinada por elementos policiales, aunque también se reportó que la prensa local habí­a sido evacuada por civiles armados que han reforzado la seguridad en Mata Mateo.
Ramí­rez Coria llegó a la alcaldí­a de Paso de Ovejas en las municipales del 2017, apoyado por el Partido Acción Nacional (PAN), desde donde recibió el respaldo del dirigente estatal, Pepe Mancha Alarcón.
Antes de incursionar en la polí­tica era agricultor y se dedicaba al cuidado de sus propiedades en Mata Mateo.
Su hermano, Policarpio Ramí­rez Coria, fue elemento de la Policí­a Federal, se le vio relacionado en el decomiso de un fuerte cargamento de droga que provení­a de Centroamérica para las filas del Cártel de Sinaloa.
Al quedar fuera de la corporación, en 2015 fue detenido en la ciudad de México, los boletines oficiales de ese entonces, lo relacionaron con una red criminal del cártel de Sinaloa.
Quedó preso con armas y documentos apócrifos.
Tiempo después de quedar libre, Policarpio Ramí­rez Coria se trasladó a su tierra natal, Paso de Ovejas, donde comenzó a operar una eventual candidatura a diputado local por el PRI, misma que fue truncada cuando se tomó una foto con el dirigente del PAN, Pepe Mancha.
Policarpio Ramí­rez Coria deja constancia de sus anhelos polí­ticos en diversas notas periodí­sticas en la red, en las que no menciona su pasado en la PFP ni sus detenciones.
Durante el 2017 Policarpio Ramí­rez Coria realizó trabajo proselitista, él mismo se dijo operador polí­tico para la campaña a la alcaldí­a ganada por su hermano Abel.
En marzo del 2014, la Policí­a Nacional de Guatemala dio a conocer la detención de Gregorio Ramí­rez Coria y del hondureño Francisco Inestroza Garcí­a, quienes eran reclamados por el gobierno de Estados Unidos por el tráfico distribución de cocaí­na; ambos están siendo juzgados en EU.
En Paso de Ovejas reina el nerviosismo pues recuerdan la matanza de octubre del 2011, en la cual los pistoleros no se tocaron el corazón para darle muerte a una bebé, hija de una de las hermanas del actual alcalde, sobre el cadáver de la recién nacida, se dijo en esa ocasión, los sicarios habrí­an dejado un mensaje con amenazas.