19 años y fue asesinado en Amatlán
•Era lavador de autos en un local de compra-venta de vehículos
•Amatlán, uno de los municipios marcado por la violencia.
•En 2017, su vecina, la edecán Nancy Lucy Rodríguez Morales, fue ejecutada con otras dos compañeras y aparecieron en una fosa clandestina en Santa Ana Atzacan
Por ANTONIO OSORIO
La sonrisa de Carlos Eduardo es algo que nunca olvidarán sus familiares, amigos y vecinos, quienes aún lloran por el joven de 19 años. A su corta edad, trataba de ganarse la vida como lavador de autos en un local de compra-venta de vehÃculos, ubicado en la carretera estatal Córdoba-Veracruz, donde ocho sujetos irrumpieron y lo acribillaron, junto con otras tres personas. "Pa´ haber sabido, ni hubiera ido a trabajar ese dÃa" exclamó uno de sus conocidos, quienes toman con cierto recelo lo que llaman criminalización de las vÃctimas por parte de las autoridades, luego de que el gobernador del Estado declaró que los ejecutados presumiblemente pertenecÃan a una banda dedicada al robo en carretera.
La mañana del viernes 19, Carlos Eduardo GarcÃa se levantó temprano, como siempre, se arregló, desayunó y salió de su vivienda, ubicada en la calle Camelias, en la colonia 24 de Febrero, de Paraje Nuevo, mejor conocida como "Kuwuait", por haberse formado en 1990-->
cuando la "Guerra del Golfo Pérsico".
Por esos años, el predio propiedad del Consorcio Azuarero Escorpión (Caze) fue invadido y el entonces dirigente de la Unión de Colonos, Inquilinos y Solicitantes de Terrenos de Veracruz (UCISVER), Benjamín Ramírez Cruz, hasta fue encarcelado en el expenal de "Allende".
Ahí, pegado a las vías del tren, vivía Carlos Eduardo con su madre, Leticia, de 38 años, sus hermanos y sus abuelos, que por años lo vieron crecer.
Cerca de las 10:30 de la mañana del pasado viernes, el joven se encontraba laborando, aparentemente en la limpieza de vehículos, un lote de compra-venta de vehículos ubicado en el kilómetro 1 de la carretera estatal Córdoba-Potrero, a unos 150 metros de la colonia Gardenias.
De pronto, llegaron tres vehículos blancos, de los que bajaron ocho sujetos con armas largas y cortas, con las que empezaron a rafaguear.
Los sicarios mataron al dueño del local, Andrés Aguilar Ríos, de 31 años, así como a Ubaldo Aguilar Reyes, de 44, quienes habitaban en la colonia Gardenias.
Versiones señalan que Ubaldo era quien compraba los vehículos en Veracruz puerto y los traía para su venta, pero ese día encontró la muerte. Su cuerpo fue trasladado a la localidad Benemérito Juárez, también llamado Palo Gacho, municipio de Tuxtepec, Oaxaca.
Junto con ellos, tambien fueron ultimados los empleados Julián López, de 30 años, vecino de la congregación Río Seco, y Carlos Eduardo Rodríguez García, de 19 años, quien vivía en la localidad Paraje Nuevo.
Andrés, Ubaldo y Julián, se encontraban en un Volkswagen tipo Gol, color plata, con placas de circulación YKY-4225, y ahí fueron sorprendidos por el rafagueo.
Dos de ellos cayeron a los costados del coche, mientras que otro trató de resguardarse en el asiento trasero del vehículo, donde también fue ejecutado.
Otros trabajadores corrieron y lograron escapar por la parte trasera del inmueble, donde fueron perseguidos, pero Carlos Eduardo pretendió esconderse en una de las oficinas, donde fue alcanzado y asesinado.
Fueron más de 50 balazos que aterrorizaron y estremecieron a los vecinos, quienes a lo lejos lograron ver la movilización.
En el patio y estacionamiento quedaron decenas de casquillos y también otros vehículos: una camioneta Jeep Grand Cherokee, color negra, con placas YHU-7957; una Mitsubishi, gris y un automóvil Ford Mustang, rojo, con placas YHY-7990, los cuales fueron asegurados por las autoridades y quedaron a disposición de la Fiscalía.
"Fuiste un chico tan bueno" le dicen amigos
La pérdida de "Lalo", como era conocido, dejó una huella entre sus familiares, vecinos y amigos, quienes lloraron su muerte.
"Fuiste un chico tan bueno y lleno de sueños y expectativas, mi Lalito, sabes que te llevo en mi corazón, tantos años de conocerte y saber que con esa alegría contagiabas a todos, sabes que siempre te tuve cariño, maduraste tan rápido pero siempre con una gran sonrisa y siempre positivo hijo, te nos adelantaste, pero sé que no es un adiós, es un hasta luego. Dios te espera con los brazos abiertos en la gloria, sé que estarás acompañado de mi gran amigo (A.A.R), siempre los llevaré en mi corazón", le expresó Alma Delia, una de sus amigas.
Otro de sus conocidos expresó que "siempre fue un buen muchacho, él se dedicaba de lavar coches".
Le dieron el último adiós, en un pueblo marcado por la violencia
Entre llanto y un gran dolor, familiares y amigos despidieron a Carlos Eduardo.
Unas 200 personas acompañaron el féretro gris hacia la iglesia de "Nuestra Señora de los Dolores", de Paraje Nuevo.
Se trata de la misma parroquia que el 10 de julio del año pasado recibió el cuerpo de la edecán Nancy Lucy Rodríguez Morales, de 26 años, que por si fuera poco era vecina de Carlos Eduardo.
Nancy fue desaparecida y posteriormente asesinada junto con sus compañeras Anahí González y Alma Kristell Rodríguez, de 19 y 17 años, cuando presuntamente pretendían viajar a Puebla, para trabajar como edecanes, pero sus cuerpos fueron encontrados sepultados en una fosa clandestina, en el "Cerro Matlapa", en el municipio de Santa Ana Atzacan.
De la misma manera que ella, el pasado domingo, el cuerpo de Carlos Eduardo fue llevado hasta el panteón de la localidad, que se encuentra rodeado de cerros y cañales, donde los dolientes le dieron el último adiós.
Primero, el rezo que se dejó escuchar entre la multitud, que pidió por el eterno descanso de su alma.
Luego, enmedio de la turba, se abrieron paso quienes cargaban el ataúd, que parecía negarse a entrar a la fosa, hasta que le fueron retirados unos adornos.
El llanto de los familiares, las palabras de agradecimiento y de despedida, de la madre, de los hermanos, de los primos, los tíos, los amigos y conocidos, fueron acompañados por sorbos de cervezas en latas, que luego fueron lanzadas sobre el féretro, junto con flores y agua bendita.
Ahí se cerró la historia de "Lalo", el joven que aún es recordado por sus seres queridos por su sonrisa.