Sacerdote y bombero al mismo tiempo
•Once años dedicados a la iglesia y cuatro al Cuerpo de Bomberos
Córdoba, Ver.- Desde hace 11 años, en Córdoba hay un sacerdote que encontró en su ministerio la manera de ayudar a sus semejantes, pero que no sólo se conformó con eso, sino que también se encaminó en el oficio de bombero, por lo que hoy se define como un hombre feliz.
Óscar Fabricio Martínez Limón cumplirá 39 años de vida el próximo 17 de agosto, de los cuáles once los ha dedicado a la Iglesia y cuatro al servicio de los Bomberos. Actualmente tiene a su cargo la parroquia del Espíritu Santo, en la unidad habitacional San Román.
Cuando su actividad se lo permite acude a brindar auxilio, e incluso su vehículo está equipado con una "burbuja" de emergencia y también carga su "piernera" como la que usan algunos policías, sólo que el padre en lugar de llevar un arma, sus únicas armas son una lámpara, un rosario, los santos óleos y su estola de sacerdote, entre otros aditamentos, que le sirven para asistir a las personas que pierden la vida en accidentes.
Participa en la página de Facebook, llamada "Bombero por un Día", donde comparte sus actividades.
Hasta ahora, a más de 20 víctimas y sus familiares ha confortado desde durante el tiempo que lleva prestando sus servicios. Algunas personas, las ha visto tiradas en la autopista, otras, en incendios, como fue el caso de una niña, que se calcinó hace cuatro meses, en el incendio de una casa, en la colonia Nuevo Toxpan.
Así como brinda auxilios, también es objeto de ataques, incluso de allegados a la Iglesia, quienes ven mal que realice la función de rescatista. Sin embargo, cuenta con el visto bueno de la superioridad, al confirmarse que no desatiende la parroquia, ubicada en la unidad habitacional San Román.
Por no ser habitual que un sacerdote sea bombero, en un par de ocasiones ha sido interceptado por las corporaciones policiales por llevar en su coche una torreta roja -de uso exclusivo de las autoridades-, así como su radio de frecuencias que él mismo se compró para estar atento a los llamados de auxilio de los Bomberos. Por eso pretende gestionar un permiso ante las autoridades correspondientes.
Podría ser el único sacerdote bombero en activo en México, ya que a pesar de que en San Luis Potosí hay uno en la corporación de Bomberos, es un sacerdote de 60 años que sólo celebra misa para la corporación, pero no cubre auxilios.
Quería estudiar medicina porque tiene familiares que son médicos y aunque su abuela le dijo que se iba a morir de hambre, quiso ser sacerdote. También se acercó al Colegio Militar, donde no se animó a quedarse.
En el Seminario era un desorden, aunque le gustaba leer sus enciclopedias sobre la Segunda Guerra Mundial.
Fue el menor de cinco hijos, del matrimonio formado por Mauricio Martínez Granados y Dolores Limón Galindo, de 70 y 76 años respectivamente, que por cierto el año pasado cumplieron sus bodas de oro.
Aquí nos cuenta parte de su historia.
-¿Quién es Óscar Fabricio Martínez Limón?
-Soy una persona entusiasta, dinámico, muy sincero y que no le gusta la traición, no le gusta traicionar.
Ya llevo casi once años de ministerio, ya que fui ordenado sacerdote un martes 15 de agosto del año 2006. Nací un 17 de agosto de 1978 en la ciudad de Orizaba aunque mis padres son de Córdoba.
El padre Óscar fue el menor de cinco hijos que fueron: un bebé que falleció a los 43 días de nacido, así como sus hermanos Rosa Isaura, Hugo Mauricio y Edith Patricia Martínez Limón.
Para Óscar Fabricio, el mes de agosto es un mes de fiestas, ya que el 15 es aniversario de su ordenación sacerdotal, mientras que el 17 de agosto es su aniversario de vida y el día 22 de agosto es el día en que se festeja los bomberos.
Al momento de nacer Oscar Fabricio, su madre tenía 40 años de edad, por lo que se trataba de un embarazo de alto riesgo y buscó ayuda con un compadre que era médico del Seguro Social de Orizaba, y allá fue donde nació.
-¿Cómo fue que se convirtió en sacerdote?
-"Yo estudié la primaria en la escuela Cantonal, la secundaria la hice en la Hispano, donde me nace una inquietud, que no me explico cómo es que me nació. Yo era muy inquieto, hacia mezcla de varios productos de limpieza como cloro, con pinol y diésel con los que decía que hacia mis experimentos, y por eso decían que yo iba a ser químico".
Pero me nació una inquietud de ser misionero, cuando mi mamá le compró a mi hermana la revista "Almas", de los Misioneros de Guadalupe, y que yo agarraba para ver los muñequitos negritos y los japonecitos que traía. Se trataba de una imagen de un sacerdote que atendía a los hombres".
Por esos años quiso ingresar a la Cruz Roja y aunque no pudo, siempre tuvo la ilusión de aprender primeros auxilios.
-¿Alguna anécdota que recuerde?
-Recuerdo que a fuerza teníamos que ir a misa los domingos, a las 8 de la mañana, en la Catedral. Mi papá nos levantaba a las 6 y media de la mañana y yo siempre me oponía, era un berrinchudo, pero me calmaba porque mi papá me jalaba de la oreja, y si me portaba mal en la iglesia después me iba peor. Pero al final salía contento.
Una parte de mi vida, de mi infancia, me la pasé en la colonia Paraíso conviviendo con mi tío Ramón Fernández que hacía tamales.
Mi papá, agrega, se dedicó al transporte de melaza y también nos enseñó a cambiar llantas, a revisar el aceite de los vehículos y a convivir con sus trabajadores.
En las oficinas de la pequeña empresa que puso mi papá, cuando dejó de ser subgerente en el ingenio San Miguelito, los domingos y demás días libres, mi mamá y mis hermanas estaban revisando el papeleo, mientras mi papá y yo estábamos afuera viendo lo que le faltaba al camión.
La melaza era transportaba de ingenio a ingenio, a muelles de Veracruz o otras compañías de elaboración de licores.Yo ayudaba a mi padre a lavar por dentro el tanque de almacenamiento. Me agarraba de los brazos y me metía a la pipa, por el orificio de arriba, porque él no cabía, y luego para salir, tenía que brincar, con los brazos hacia arriba, hasta que me pescaba y me jalaba.
También recuerdo que en algunas ocasiones, ya en la tarde, mi padre nos llevaba a cenar a Puebla y regresábamos hasta el día siguiente.
-¿Cómo se relaciona con el Ministerio?
-Cuando iba en tercero de secundaria, fuimos a acompañar al padre Claudio Macías, a Atzalan, donde nos ofrecieron un desayuno, y el padre me vio que estaba comiendo mucho, me criticó y me enojé con él, sin reclamarle nada. Ese mismo padre fue el que después me llevó al seminario.
Luego, tuve una inquietud del corazón que hasta ahora es un misterio, ahí se fueron dando cosas. Estando en el preseminario escuché una voz que le decía ¡tú vas a ser sacerdote!
-¿Cómo surge su interés por los bomberos?
-El 13 de diciembre de 2011, el mayor de Bomberos, Abraham Aíza ívalos, me invitó a conocer el cuartel, cuando era vicario de La Estación.
Me llamó la atención el párroco de la Inmaculada, Francisco J. Krill, quien era arquitecto y además de realizar los trazos para calles de la ciudad, fue el fundador de los bomberos.
Yo retomo la ideología de los Bomberos de Estados Unidos, que tienen su sacerdote y su capellán, algo que también me orilló fueron los atentados de Las Torres Gemelas, el 11 de septiembre del año 2001. Ahí murieron cinco bomberos que eran sacerdotes.
Esta es una actividad que yo hago es una forma de devolver a la sociedad parte de lo mucho que nos ha dado.
Yo iba a practicar al cuartel, y cuando les solicitaron documentos a los bomberos para asignarles sus acreditaciones, no quería yo ir pero me conminaron y los entregué.
Luego, el obispo Eduardo Patiño Leal me designó párroco en Chavaxtla, en la zona de Huatusco.
Yo se que el trabajo de bombero me sirve como terapia ocupacional, y antes de irme, me llamó el capitán José Luis Martínez Arreola y me entregó mi credencial de bombero y desde el año 2013 empecé a prestar auxilios.
Por ejemplo, -el padre Alejandro- Solalinde viene con los migrantes, Julián Verónica anda con los migrantes y lo mío es la acción. En esta piernera llevo una lámpara, los santo óleos, un relicario para el Santísimo y un rosario.
-¿Qué logros ha tenido con los bomberos?
-Que unos compañeros ya dejaron de rezarle a la muerte, otro le reza menos, otros dejaron el alcohol, eran borrachos y ya se acercaron a grupos de AA, son frutos y logros, pero lo que importa es no perder la identidad sacerdotal.
Yo no dejaría de ser bombero, estoy convencido que por algo Dios me puso aquí, yo estoy feliz, aunque puede tener su costo, yo no me hice padrecito para ir a estudiar a Roma, Ahora sí ya te lo puedo decir así, ya maduré un poco.
Pedí permiso y no, en su momento le pedí permiso al padre Domingo y posteriormente el padre Hugo, pero no hubo problema porque yo me metí a ser bombero nomás así. Mientras tu no violentes la legislación de la Iglesia o la legislación civil, no hay ningún problema. Mientras no se pierda la identidad sacerdotal y no se violente la ley de la Iglesia y la legislación civil puedes hacer lo que quieras. Yo lo he dicho así, que para ser feliz no se necesita pedir permiso, ni para darle gloria a Dios.
Uno como bautizado, sea cura casado o monja uno tiene que descubrir el lugar que le toca dentro de la iglesia.
Y cuando se descubre lugar que le toca tener en la Iglesia es bonito alabar y dar gloria a Dios por eso. Por algo Dios me hizo impetuoso y aventurero.
Cuando estaba yo de párroco interino en Chavaxtla, yo ya era bombero, iba yo a prestar servicios, a cortar árboles que se caían cuando había trombas para que la gente pasara, lo mismo en accidentes, abanderaba y consolaba yo gente.
-¿Cuál es la posibilidad de que un sacerdote ingiera bebidas embriagantes?
-Esto no está prohibido, como dice San Pablo en su carta a los Corintios donde señala que yo puedo todo, pero no todo me conviene.
De cerveza, tengo mis marcas preferidas como la Noche Buena la Negra Modelo y la Carta Blanca, que son muy sabrosas.
Lo que importa son los requisitos, la cultura alcohólica, la cantidad, el lugar y con quiénes.
A mí, lo que me animó mucho, después de las críticas que tuve, fue el encuentro con el Papa Francisco el 16 de febrero del año pasado en Morelia, Michoacán, donde todos los curas participamos en un sorteo y yo salí sorteado y fui a concelebrar a una misa donde me llenaron de entusiasmo las palabras del Papa.
Recuerdo que en esa reunión el Papa traía a un bombero, porque en sus viajes siempre invita a personas del Vaticano y eso me sirvió para superar las críticas que había, que me decían era un farsante, que por traer la estola y el casco de bomberos era un adefesio, que es una cosa fea pero en grado máximo, horrible y horripilante. Pero lo que más duele es incluso haya sido un clérigo, yo le respondí que adefesio sería andar de borracho o interesarse más por el dinero que por los sacramentos o ser pederasta.
Cuando yo me sentía mal por todas las críticas que había, le pedí a Dios que me mandara una ayuda y en esos momentos salió en los medios internacionales y nacionales una reunión del Papa con una delegación de bomberos de un país donde el Papa salió con su atuendo de ministro y su casco de bombero.
-¿Cuándo empieza Óscar Fabricio a servir a la Iglesia?
-Yo le arranqué muchas lágrimas a mi mamá, que me decía que quería que yo fuera un hombre de bien. Me dijo que me podía ir al Ejército, por ejemplo.
Después empecé a ayudar al padre en la Iglesia, con un día de preparación, empecé al siguiente domingo. Ayudaba a organizar las confesiones en la parroquia de San José de Tapia y cuando había misa ayudaba en la iglesia de San Juan Bosco.
En abril de 1992 el padre Claudio me invitó a un preseminario, me dijo que era como un retiro, que era estar encerrado una semana y no me pareció, me explicó que iba a ser una reunión donde habría dinámicas como teatro, deportes y comida.
En noviembre fui a un preseminario en la Casa de la Iglesia de Xalapa, y ahí fue donde pasó algo raro, sientes como que se te apachurra el corazón. No entiendo otra cosa.
Me empezaron a decir unos temas como "Dios tiene un plan para tí". Una obra de la biblia resumida, con dibujitos.
Empieza una idea como una especie de voz, que decía ¡tú puedes ser sacerdote!, me quedé pensando, y me resonaba en la cabeza la misma voz. Me dije que sí me latía la onda de ser padrecito.
En diciembre vine a la casa, mi madre estaba lavando los trastes, yo le decía Vilma -por lo de "Los Picapiedra"-, y cuando le dije que me quería ir al Seminario corrió y me abrazó, aunque mi padre no me creía.
Nunca tuve novia, según las ideologías familiares sólo podías tener cuando ya tuvieras un título universitario. Conocí a una joven, pero nunca se dio nada. Y a otra que también me le declaré, me rechazó porque ya me iba al seminario.
Al seminario no podían ir los que tuvieran materias reprobadas.
Yo tenía un promedio de 7.9 y a los dos días ya me estaba desanimando, era una angustia, un miedo, hasta que hice una oración y al otro día amanecí tranquilo. Por la noche, nombraron a los que iban a entrar y ahí estaba yo.
Aunque hacía travesuras y era muy loco, nos quedamos 35 de 65, éramos los candidatos a entrar al seminario. Después, unos se decidieron por la soltería y otros por el matrimonio, y quedamos 30, y luego como seis o siete, porque unos se amarraron a la del coro, a la catequista, muchos se casaron y otros ahora son padres, pero de sus hijos.
La sociedad es muy cruel con los sacerdotes, o los que desertan les dicen que son unos traidores.
Ese día regresé a Córdoba y le informé a mi familia que me iba a quedar en el seminario, se pusieron contentos. Mi padre me dijo que sí me iba a ir, pero antes quiso que aprendiera a manejar, y aprendí en una tarde. Mi papá me gritaba y me estresaba, pero aprendí a manejar y me fui.
Hoy en día, el sacerdote sigue firme en su postura de continuar ayudando a los hermanos, porque está convencido que ese es el mandato divino.
Rafael Hernandez Tlazalo 25 Jun, 2017 - 08:17
Es admirable la labor del padre.salvar vidas
Espiritualmente y también fÃsicamente no se desanime echele mas ganas ya yo quisiera ser como ud.
Gracias señor por darnos personas como el padre Oscar el es una persona muy especial desde el momen 24 Jun, 2017 - 17:37
Oscar Fabricio MartÃnez Limón 24 Jun, 2017 - 13:06
Ahora tengo una ilusión que quizá parezca delirio: DESEO QUE EL PAPA FRANCISCOS SEPA DE MI TRABAJO, ME BENDIGA Y ME DÉ UNAS PALABRAS DE ALIENTO. Y como él: recen por mÃ.
Antonio Cambambia Jacome 20 Jun, 2017 - 17:05
Exelente un gran Sacerdote y Exelente Bombero
Dora 20 Jun, 2017 - 17:03
Es un buen ser humano un buen servidor de dios es un padre bien padre alivianado que comprende las necesidades de la gente
Maria huerta muñoz 20 Jun, 2017 - 15:42
Padre Oscar Fabricio..para mi es una super persona ..un gran amigo ..me yena de orgullo..el saber que algun dia todo lo que hace tendra recompensa..Dios es exacto en lo que hace con sus hijos ..felisidades padre Oscar Fabricio ..Dios lo siga cuidando y bendiciondo..como hasta ahora lo ha echo