En un mes, el extranjero que vivió desde el 2013 en Veracruz, convenció a pobladores para ayudar a una mujer adulta que viví­a en abandono por sus familiares.

Una humilde vivienda se transformó en una casa de lámina con paredes de block. Marí­a lo recuerda a la perfección, cierra algunos segundos sus ojos y recrea la imagen en su mente, la describe con sonrisa y lágrimas en el rostro.

“Gracias a él tengo mi casa porque mi familia, ninguno se presentó a ayudarme. Me ayudó Gordon y algunos compañeros, fue una unión del pueblo”.

Gordon Strom aportó mano de obra y platicó a una asociación civil de la localidad la situación de Marí­a. En menos de una semana le notificaron a la señora que tendrí­a la ayuda de “Los amigos de Teocelo”.

Entre ellos estaban estadounidenses, Gordon y su esposa Yvette Strom. Ambos ayudaron a Marí­a, tanto con mano de obra como algunos materiales necesarios para la edificación de la habitación.

Otros colaboradores, convencidos por las palabras de Gordon, cooperaron con diez, quince o veinte blocks. La contribución de varios pobladores de Teocelo bastó para conseguir lo necesario.

La siguiente fase fue construir, ésta corrió por cuenta de Gordon. Cemento, cal y agua se revolvieron con ayuda de los altruistas que habitaron por un mes el terreno de Marí­a Xoqí¼iz.

“Fue una persona honesta, no se metí­a con nadie, él hizo mi casa sin cambio de nada, nunca fue grosero ni me dijo malas palabras, tanto que me invitó a su casa para regalarme unas plantitas. Me hizo mi jardí­n”.

Al terminar la estructura idónea para la vivienda de doña Marí­a; techo de lámina y paredes firmes, difí­ciles de romper con ligeros vientos y lluvias en la zona, Gordon deslizó sus dedos en el piso, plasmando la fecha del hecho.

El dí­a exacto se olvidó de la memoria de Marí­a, recuerda a la perfección el mes que cambió su vida un extranjero.

“Era muy atento, muy alegre con su sonrisa. No es para que hubiera sido así­ su muerte, dejó huellas que nosotros lo traemos en el corazón. Lo veo ahí­ (señala el altar), se me refleja en mi mente, lo traigo en la mente”.

Marí­a Xoqí¼iz respiró profundamente, pausó su caminar lento frente al altar de Gordon Strom, en el último mural que pintó en la calle Pino Suárez del municipio de Teocelo, en Veracruz.

“Gracias hermano porque me distes amor, el amor que nunca encontré con mis padres. Tú me viste con amor y cariño. Gracias hermano porque me diste cobijo y me hiciste mi techo, ese techo que lo necesite mucho”.

Mientras Marí­a agradecí­a a una imagen fotográfica del activista asesinado el pasado jueves en su casa, en el rancho El Zapote, su esposa la observaba.

La mirada de Yvette no se concentró en una sola persona, sus oí­dos recibieron frecuentes congratulaciones por las acciones de su marido y ella. Unas voces le pidieron perdón.

“Viniste a querer cambiar Teocelo y mira lo que viniste a encontrar, yo no deseaba ni esperaba esto. Que Dios te tenga en su gloria”, exclamó entre llanto Marí­a.

La vivienda de Marí­a Antonia Xoqí¼iz se ubica en la privada de Coapexpan, por los lavaderos, a escasas cuadras de una escuela que también colaboró con la construcción Gordon Strom.

Desde que se enteró del asesinato de su hermano y amigo, conocido en el pueblo como “El Gringo”, Marí­a espera el regreso de los restos.

Este domingo 14 de mayo, la población aledaña al Cerro Acamalin se reunirá nuevamente para recordar a Gordon, a través de un memorial donde los pobladores se deben anotar en la presente semana.

Los enlistados podrán dar lectura o relatar experiencias con Gordon, quien estará presente en una urna, ya que sus familiares cremarán el cuerpo que fue torturado hasta la muerte en Veracruz.