“Presidente” llaman a “El peje” en Veracruz
•Con la llegada de López Obrador al pueblo, la vendimia libre se aceleró. Una nieve de tres a cinco pesos. Esquites y elotes, diez pesitos
•El pueblo se dedica a vagar, "porque aquí no hay fuentes de empleo" le dicen en Ayahualulco
•Por aquí AMLO se retiró, la población se fue a misa
•"Yo espero que Andrés Manuel no escupa para arriba" dice Alfredo Sánchez/Crónica de Itzel Loranca
Los cohetes sonaron en el centro del pueblo mágico de Xico, sin ser fiesta patronal. Se trató del recibimiento que los militantes de MORENA dieron a su líder nacional, Andrés Manuel López Obrador, a su llegada al cierre de la gira por el centro del estado de Veracruz.
El presidente del partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) recorrió 12 municipios en cuatro días, en regiones donde el café crece a orilla del camino, entre los cerros que ascienden hacia el Cofre de Perote.
Su llegada a comunidades en las que no hacía aparición desde hacía 10 años o más, reunió a cientos de personas en cada visita. Simpatizantes y militantes ansiosos de escuchar el mensaje de hartazgo y cambio social que el político tabasqueño predica.
La presencia de Obrador también motivó que integrantes del partido, manifestaran su inconformidad contra la designación de algunos candidatos a la presidencia municipal para las elecciones de este año, emanados de otros partidos.
Un discurso que “El Peje” adoptó con el llamado Acuerdo Político de Unidad por la Prosperidad del Pueblo y el Renacimiento de México desde el mes de febrero.
Un lugar aburrido
“Aburrido” es como Fernanda Estefanía Cruz describe a Ayahualulco, el pueblo en que nació y donde vive con su esposo y sus dos hijos.
Una comunidad donde los trazos de las calles parten del único parque que existe. Entre jardineras, el pequeño mercado local. A pocos metros el palacio municipal, la parroquia y el centro de salud. Nada más.
Frente al único café internet del lugar, Fernanda y su mamá colocaron su venta de cocteles de fruta y frituras. Es domingo y el tianguis, como cada semana, llegó al pueblo y se extendió por sobre la calle principal.
La escena sería típica, si no fuera porque la joven y su familia saben que no pueden vender ahí. Los tianguistas no se los permiten. Por ello, los domingos ambas realizan su venta en alguna de las 36 localidades que son parte del municipio. Cada siete días, una diferente.
“Fuera, en otras comunidades de aquí mismo de Ayahualulco, pero en localidades lejanas, en la parte alta. Casi no se ponen puestos y la mayoría después de que salen de misa, aprovechan a comprar cosas” comenta.
Pero al conocer una semana antes que López Obrador llegaría a Ayahualulco en su último día de gira en la región, decidieron aprovechar la ocasión. No serían las únicas. La vendimia de nieves de a tres y cinco pesos, botanas de 10 pesos, esquites y elotes, fue abundante.
Casi 40 minutos de comercio próspero que terminaron con la partida de Andrés Manuel hacia Teocelo. En las calles solo quedó el pasar de las personas dirigiéndose a la misa.
AYAHUALULCO VA PARA ABAJO
Pese a que el comercio no es una entrada económica fuerte para familias como la de Fernanda, es la única a la que pueden aspirar en la zona. Para los jóvenes, además de la venta de productos, la albañilería y el campo son las otras opciones.
“La mayoría se dedica a tomar, a vagar, porque no hay fuentes de trabajo, algo con que los chavos se entretengan”, dice.
En Ayahualulco el 49 por ciento de la población no terminó la educación básica y el 35 por ciento no tiene acceso a servicios públicos, según cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) en 2015.
Aunque existe una preparatoria cercana, Fernanda comenta que muy pocos la terminan. “Yo estudié hasta el bachillerato, sí pensaba estudiar pero como me casé, pues ya después. En abierta, a lo mejor”, comenta la joven de 20 años de edad.
Aspira a que sus hijos puedan tener una mejor vida, sin embargo desconfía de la capacidad de las autoridades para generar oportunidades en su zona. “Con los gobernantes no se les ve avance, va uno para abajo”.
A unos metros de distancia el palacio municipal desde el que despacha el alcalde priista Abundio Morales Rosas. “No ha hecho gran cosa. Casas, carros, para él. Le fue muy bien”, comenta Fernanda, quien momentos después tomaría a su bebé para escuchar a Obrador junto al templete de madera.
Responde Obrador en Teocelo a manifestantes
El acto de Obrador en Teocelo fue distinto a los demás, en el último día de su gira por la región.
La lluvia caía a gotas gordas sobre la carpa apenas suficiente para refugiar a la multitud. Entre ella, carteles con mensajes de apoyo al aspirante a la presidencia en 2018, su rostro impreso en papel.
Otros mensajes menos numerosos pero iguales en tamaño pedían la destitución del dirigente estatal del partido, Manuel Huerta Ladrón de Guevara y acusando una imposición en la designación de candidatos y candidatas.
Aprisa, el diputado federal y excandidato a la gubernatura, Cuitláhuac García Jiménez, cedió la palabra a Andrés Manuel minutos después de subir al escenario sin realizar el acostumbrado recorrido por entre la gente que desde hacía un par de horas lo esperaba en el parque central, frente al ayuntamiento.
“Ahí están los periodistas vendidos o alquilados “Ahí están las cartulinas, hay mucha protesta” ¡Qué protesta ni qué nada! Aquí la gente viene porque quiere escuchar”, exclamó.
“Aquí en Teocelo, sean del partido que sean hay gente buena, gente trabajadora, el problema está arriba y nos están aplastando a todos. No nos estemos entreteniendo”, dijo, encontrando como respuesta gritos de “¡Unidad! ¡Unidad!”.
“Hay quien dice “Vamos a negociar, a ver cómo nos ponemos de acuerdo, si no me vas a dar a mí la candidatura a la presidencia municipal, si no me vas a dar la sindicatura, o cuando menos ser regidor” ¡Se van a ir por un tubo!”, expresó tajante Andrés Manuel en Teocelo.
Tras casi media hora de discurso, declaró “No se preocupen, no se aflijan, de que se va a acabar MORENA si no ponemos aquí a un candidato que quiere un grupo”
Casi agotando su garganta, Alfredo Sánchez, uno de los asistentes, no paraba de vociferar “¡Traición!”. Al tiempo que la gente se marchaba al concluir el acto, manifestó que la candidata de MORENA en Teocelo, María Guadalupe Martínez militaba en filas priistas hace un mes.
Con molestia, Alfredo señaló “Los argumentos de Obrador nada que ver, no sé qué está pasando por ahí en la cabeza de él, pero espero que no escupa para arriba”.
EL CIERRE EN XICO
La molestia afloró entre un grupo de militantes de MORENA en Xico, al declinar el día. Consideraron ofensivas dos mantas levantadas al fondo de las lonas que con tiempo prepararon para recibir a López Obrador.
Era el último mitin del tabasqueño en la semana. Para recibirlo, un par de mujeres apoyadas de un varón colocaron mensajes donde denunciaban que la candidata de Paso del Macho, Guadalupe Reyes, era priista.
“Manuel Andrés”, se leía en una de las telas que hicieron enojar a un hombre de mediana estatura y lentes.
“¡Eso es allá en su municipio! ¡Eso es conflicto de ustedes! ¡No vengan a meterse a Xico, aquí estamos bien!”, repetía una y otra vez a una de las señoras que se interpuso para evitar que retiraran el mensaje.
Un corro se formó alrededor de ambos. Algunos reconvinieron al señor para que ignorara los letreros. El estallido de los primeros cohetes para recibir a Obrador en el “Pueblo Mágico”, detuvieron la discusión.
“¡Presidente!” coreaban las en su mayoría mujeres que habían aguardado por horas el arribo del líder en MORENA, pese a la lluvia que no dejaba de caer. En Xico, el dos veces candidato a la presidencia, contó su historia.
Mientras narraba sus primeros años en Tabasco y su primer cargo como delegado del Instituto Nacional Indigenista en esa entidad, la lluvia cesó y más gente se agolpó en torno a la tarima.
El lugar se había vuelto intransitable, minutos después, cuando Obrador comparaba al actual gobernador de Veracruz, Miguel íngel Yunes Linares con el exmandatario Javier Duarte de Ochoa.
Tras anunciar que acudirá a Nueva York a denunciar la situación social de México ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, prometió regresar.
Como en el resto de los sitios a los que visitó, omitió decir en calidad de qué volvería. Entre risas, advertía que no revelaba más información, para evitar denuncias de parte de los órganos electorales.