Expediente 2012
Buganza, rebasado por Enrique Ampudia
Luis Velázquez
12 de agosto de 2012

Algunos teóricos del poder apuestan veinte y las malas a que el secretario General de Gobierno, Gerardo Buganza Salmerón, está herido en su corazón polí­tico.
Desde la llegada de José Enrique Ampudia Mello a la subsecretarí­a de Gobierno, el ex panista y ex miembro de ”˜”™El yunque”™”™ ha sentido que le cercenaron la pasarela, y por lo pronto, aguanta vara, pero unos priistas observan que estarí­a pensando en una salida decorosa del gabinete próspero.
Y más, porque de entrada, y si son ciertas las lí­neas ágatas publicadas en la prensa impresa, Ampudia fue uno de los cabilderos, quizá el más importante, para aprobar fast track la reforma a la ley electoral, también llamada ley arcoí­ris, en el Congreso local.
Pero además, y como ha trascendido, Ampudia ha sido nombrado el primer filtro de la elección interna del PRI para los candidatos a diputados locales y alcaldes en el 2013 en unos 7, 8 meses, por encima del ”˜”™jefe Lagos”™”™.
Incluso, según un Duartista consultado, con Ampudia se volverí­a a la antigua y eficaz estructura de una subsecretarí­a de Gobierno poderosa, como en los tiempos, digamos, de Manuel Carbonell de la Hoz con el gobernador Rafael Murillo Vidal; Carlos Brito Gómez en el sexenio de Rafael Hernández Ochoa, y con Ignacio Morales Lechuga en el primer tramo de Agustí­n Acosta Lagunes.
Así­, el secretario General de Gobierno quedarí­a relegado, como lo fue en aquellos tiempos, a cortar listones, pronunciar discursos en fechas históricas, representar al gobernador en graduaciones escolares y capotear la audiencia ligera.
Por eso, quizá, con visión futurista, Buganza se apresuró a lograr su asociación polí­tica, autorizada por el Instituto Electoral fast track, pues ni el Opus Dei, con los diez obispos de Veracruz y el arzobispo de Xalapa, podrá salvarlo de la cuchilla Ampudia Mello.

EL JUEGO BUGANZA ”“ AMPUDIA

Desde un principio, la llegada de Buganza al equipo del señor Javier Duarte (JD) causó el mismo impacto que el aterrizaje de Ampudia.
Buganza, por ejemplo, vení­a, apenas unos meses, de su renuncia al PAN, luego de que fuera candidato a gobernador en el 2004, senador y diputado federal y sí­ndico, y cuando el PAN de Felipe Calderón nombró por dedazo, igual que a él, candidato al trono imperial de Veracruz.
Es más, bastó con que levantara la mano al candidato priista a gobernador en el 2010 para amarrar la secretarí­a General de Gobierno.
A partir de entonces, la vieja guardia priista jarocha ha cuestionado el cargo de Buganza, además de que siempre han considerado que el ex panista trae atravesada la espina y se prepara para sacársela en el 2016 como candidato, otra vez, a la gubernatura.
Y en tal cometido tendrí­a, uno, el equipo fuerte de ”˜”™El Yunque”™”™; dos, el Opus Dei, y tres, su faena desde el palacio, además de otros amarres por ahora desconocidos, antiguas, viejas amistades de su tiempo en el Congreso federal.
Y más, porque en la elección del primero de julio, logró imponer a dos candidatos a diputados federales, con Tomás López Landeros en Zongolica, y Leopoldo Sánchez Cruz, en Tantoyuca.
Pero más aún. Nombrado operador de JD en los distritos de Pánuco y Tantoyuca, el feudo de ”˜”™El chapo azul”™”™, en ambos ganó la elección presidencial de Enrique Peña Nieto y diputados federales y senadores.
Y sus bonos se dispararon.
Pero algo sucedió entre el primero de julio y los dí­as siguientes, pues de pronto, en un momento inesperado, José Tomás Carrillo Sánchez fue destituido con un correo electrónico, y llegó Ampudia, declarado el enemigo público número uno de su ex amigo y ex jefe, Miguel Angel Yunes Linares.
Y más por lo siguiente.
Uno. Gerardo Buganza y Yunes Linares terminaron mal.
Dos. El mismo Ampudia publicó que terminó mal con Yunes, lo que, necesita decirse, ningún polí­tico priista (ni otros ciudadanos) lo creen.
Tres. Y más, mucho más, cuando Yunes Linares se trata como hermano con Manlio Fabio Beltrones, y es amigo de Jesús Murillo Karam y Miguel Angel Osorio Chong, quienes, además, ha trascendido que en la campaña electoral de 2010 sirvieron (los dos últimos) de enlace para que Miguel Angel y JD se reunieran en privado (con ellos como testigos) en su departamento residencial en el bulevar de Boca del Rí­o.
Y en tales circunstancias, y cuando de pronto, zas, Ampudia se adueña de la pasarela duartista, Buganza se siente incómodo.
Los cientí­ficos sociales jarochos lo miran como candidato a la alcaldí­a de Córdoba en el 2013, y desde ahí­ trabajar la candidatura a gobernador, como ha sucedido con una treintena de presidentes municipales del paí­s que pasaron a la primera magistratura de sus entidades federativas.
Ampudia estarí­a llamado a ser el Manuel Carbonell, el Carlos Brito y el Morales Lechuga de JD.