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A Mil por Hora
Miércoles 17 agosto, 2016

“Encapuchados se llevaron a mi madre”

“Le pegaron en la cabeza con su pistola y se la llevaron llorando” recuerdos del hijo de ocho años
•44 meses han pasado desde la desaparición de Mitzy Alejandra Gómez y nada se sabe de la mujer cordobesa
•“A Mitzy la levantaron por un ajuste de cuentas entre los narcos" acusa la hermana de la ausente
•Tras la desaparición, siete hijos quedaron desvalidos
•Unos infantes han sido enviados a los Estado Unidos, otros fueron repartidos con familiares y amigos; los daños colaterales en el duartismo


“Mi mamá nos arrullaba a mis hermanos y a mí­. Ya era de noche cuando rompieron los vidrios de la ventana.

Miguel íngel León Carmona

Los hombres encapuchados nos dijeron que no hiciéramos ruido, luego le pegaron con la pistola en su cabeza y se la llevaron llorando".

Recuerdos de un niño de ocho años; el único que sabí­a hablar de los tres infantes presentes en aquella escena trágica. Se trata de Mitzi Alejandra Gómez Guzmán, la madre de 31 años que desapareció el 19 de octubre de 2012 en la ciudad de Córdoba, Veracruz.

Tras 44 meses sin respuestas para los familiares, la hermana de la ausente decide traducir la historia que presenciaron sus sobrinos de 2, 4 y 8 años. Marí­a Gómez, la entrevistada, no duda en señalar a uno de sus parientes como presunto responsable del “levantón”.

“La gente le dijo a mi mamá que este familiar andaba en malos pasos. Algo le debí­a a esas personas y ofreció a mi hermana a cambio de su perdón. Ignoro si eran deudas de dinero, drogas, yo qué s锝.

La charla telefónica se lleva acabo a miles de kilómetros de distancia, pues Marí­a Guzmán, explica que el plan era sacar a Mitzy y a sus hijos del paí­s como el resto de la familia. Lejos, de una nación, que ella refiere “sin oportunidades laborares y donde matan, violan y levantan a todas las horas del dí­a”.

Una ausencia, que también desencadenó una muerte. “Mi padre al año de haber perdido a Mitzy se nos murió de tristeza. Él siempre tuvo miedo. Nos decí­a que no podí­a hablar mucho por teléfono porque todo el mundo escuchaba y era peligroso. Estaba como paranoico, nervioso, yo no s锝.

Zozobra que se puede atestiguar en la Carpeta de Investigación 1283/2012/SS-1, dictada ante la segunda agencia del ministerio público investigador sector sur, Córdoba, Veracruz. En el expediente se lee una versión distinta a la del niño de 8 años.

“Mi padre sabí­a la verdad. Con todo y ese miedo se acercó a las autoridades para ver si nos ayudaban a encontrarla. Si falseó es porque hizo caso de las recomendaciones en el barrio: “A las autoridades no les cuente todo, porque están metidas con la maña”.

Hasta la fecha, la madre de Mitzy Alejandra Gómez viaja desde los Estados Unidos dos veces por año para preguntar los avances en la investigación; sin embargo, las respuestas son las mismas; de los agresores y de la mujer de 31 años se sabe nada.

“SE LLEVARON A MI MAMí EN UNA CAMIONETA”

El reloj marcaba las 21 horas, recuerda el mayor de los infantes. Mitzy Alejandra ya estaba en pijama, acariciando el sueño de sus tres pequeños. Sin embargo, el arrullo materno fue viciado por la presencia de al menos cuatro hombres con el rostro encapuchado.

Con armas largas en mano advirtieron a los hijos que callaran los llantos. En tanto a Mitzy le golpearon en la cabeza con la cacha de una pistola. Salió llorando, descalza y a rastras de su domicilio. Lo último que se recuerda de la joven madre, según vecinos, es haberla visto “trepada” en una camioneta con el rostro apuntando hacia la batea.

En las siguientes horas, el padre de Mitzy Alejandra reportarí­a los hechos hasta la ciudad americana. Posteriormente la señora Guzmán comenzarí­a a hacer lo único que la distancia le permití­a: llamar desesperadamente al teléfono de su hija.

“Mi mamá estuvo llamando por tres dí­as seguidos hasta que alguien le contestó”. No hubo palabras del interlocutor, sólo se escucharon su reparación y el ruido de pasos sobre hojarasca. De nada sirvió el llanto de la madre. Quien habí­a levantado la bocina estaba mudo o era indolente a las súplicas.

“MEJOR NI LE MUEVA MUCHO AL AGUA, SEÑORA”

La madre de Mitzy Alejandra decidió viajar desde el paí­s vecino a la ciudad de Córdoba, Veracruz. Comenzó a indagar con familiares y amistades; sin embargo, el freno a su movilización la provocarí­an los mismos lugareños. “No le mueve mucho el agua, señora no hay mucho qué hacer, los mismos policí­as trabajan con los narcos”.

Tras dí­as de espera, un testigo anónimo reportó que la sustracción ilegal de la joven madre estaba relacionada con un pariente suyo. “Él andaba en cosas malas, le decí­an a mi mamá, desconozco si mi hermana también estuvo involucrada o simplemente se la llevaron por ajuste de cuentas. Este familiar, el sospechoso, tras la desaparición de Mitzy estuvo fuera de Córdoba dos años” reporta desde el teléfono Marí­a Gómez.

Los dí­as pasaron y de Mitzy Alejandra Guzmán Gómez no habí­a indicios. La familia, desde los Estados Unidos, convencieron a la señora Guzmán de regresar al territorio norteamericano, salir de Córdoba lo más pronto posible y mantenerse a salvo, alegando la posibilidad de que la pérdida fuera doble.

SIETE HIJOS QUEDARON DESPROTEGIDOS

Mitzy Alejandra, desde los 18 años cruzó la frontera como todos sus hermanos. Allá procreó a tres de hijos, otorgándoles la residencia estadounidense. Tras seis años cortando uva en el suelo americano decidió volver a su natal Córdoba, donde inició un segundo y un tercer matrimonio, dando a luz a otros cuatro pequeños.

“Es una mujer muy guapa, tení­a mucho pegue; chaparrita, delgada, tez morena, cejas pobladas, cabello negro, con un lunar en la espalda. Mi hermana es muy soñadora, sin vicios, soñó con tener muchos hijos y ser feliz al lado de un hombre. Pero sus anhelos se los arrebatarí­an aquella noche”, comparte Marí­a Gómez.

La idea fue siempre apoyar a la madre de 31 años, que los pequeños sin papeles, de una u otra forma escaparan del territorio jarocho, cuenta la entrevistada; pero a Mitzy apenas le darí­a tiempo de embarcar a los tres que acreditaban la nacionalidad americana.

En tanto a los otros cuatro pequeño no quedó otra opción que repartirlos con familiares y amigos.

Al dí­a de hoy la señora Guzmán, madre de Mitzy, suele viajar hasta dos veces por año a la ciudad de Córdoba, Veracruz. Las tareas de la abuela son dos: comprar uniformes de los jovencitos desvalidos y cuestionar a las autoridades sobre el paradero de su hija.

Así­ se han ido cuatro años, en una rutina que la familia está dispuesta a soportar el tiempo que sea necesario. “No queremos hacernos a la idea de que mi hermana ya esté muerta. Irí­amos a buscarla a Veracruz, pero la verdad que no dan ganas de volver. Ojalá Dios nos dé la oportunidad de reencontrarnos” sentencia.


3 comentario(s)

Ana Gomez 17 Dic, 2024 - 03:28
12 años despues y no se ha sabido absolutamente nada de Alejandra.

Giovana 19 Dic, 2020 - 06:49
Hay una publicación de una persona encontrada con esas características, dios quiera que seahttps://www.facebook.com/groups/1535436459803415/permalink/4139059769441058/

16 Oct, 2019 - 00:09
Y ahora 7 años despues seguimos igual que al princio.
Sin ninguna respuesta

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