Incluso, habrí­a rebasado a la alcaldesa de Santiago Tuxtla, Claudia Guadalupe Acompa Islas, con su vestidito de 120 mil pesos, marca Gucci, y su estilista consentido, el mismito de “La gaviota” y de otras estrellas del espectáculo, y al que regaló una bolsita de 40 mil 800 pesos por el maquillaje.
En las redes sociales circula la foto de Marcos Romero.
Aparece sin camisa ni camiseta, con un pantalón color café y una panza prominente de Rius, el caricaturista del libro “La panza es primero”, sonriente, posando en una fiestecita en una playa costera del Golfo de México en el norte de Veracruz.
Y a su lado, una chica en bikini color rosa fogoso, también sonriente, felices los dos, según las versiones, de participar en una fiestecita privada con los amigos y unas barbies, digamos, de la región.
Un tuitero anotó a un lado el siguiente pie de grabado:
“Le faltaron manos para su hambrienta lujuria”.
Y es que el edil, que gobierna una población indí­gena en un municipio que es la puerta de entrada al Tají­n, el festival Tají­n con sus “Voladores de Papantla”, extiende sus manos de oso y abraza a la chica, como si, por ejemplo, oh envidiosos, alguien se la fuera a quitar.
El alcalde panzón (“Panzón” le gritó la estudiante Frida Kahlo a Diego Rivera) con su amazona flaquita y apetitosa.
El presidente municipal del PRD, de cara redonda, aparece con el pelo corto, cortito, y canoso.
Bigotito ralo y finito, delgadito, una cerca de pelitos blancos, la sonrisa mostrando la parte superior de la dentadura, y con pantalón café, con la cola del cinturón enroscado en el aire.
La chica, con un bikini y calzoncito minúsculo color rojo con florecitas blancas, amarrado con un cordón verde olivo.
La parejita, recargada sobre un automóvil color blanco.
Y a unos cuantos metros, quizá cuatro, cinco, una casita rústica, tipo restaurante, con techo de palma.
“La plenitud del pinche poder”, caray, como dijera el góber fogoso en sus buenos tiempos.
La foto fue trepada al facebook el 27 de julio del año venturoso que corre cuando el PAN, en alianza con el PRD, lanzaron de palacio de gobierno de Xalapa al PRI y también del Congreso para integrar la LXIV Legislatura.
Según el maestro en Ciencias Polí­ticas y doctor en Sociologí­a, Carlos Ronzón Verónica, los polí­ticos están viendo la tempestad y siguen igual de soberbios y mesiánicos, creyendo que el poder público durará toda la vida.
Pero además, que tanto tanto tanto se sacrifican por la población que merecen todas las mieles de la vida.
Luego de su éxito en las redes sociales, por ejemplo, Hilario Ramí­rez, “Layí­n”, el alcalde de San Blas, padrino de la primera generación gay de Nayarit, lanzó su candidatura a gobernador, la tierra por donde nunca pudo Enrique Jackson Ramí­rez, diputado federal y asesor de Javier Duarte, alcanzar la silla embrujada del palacio.
Así­, el siguiente paso será que el alcalde de Papantla hermane al municipio con San Blas, y en un descuido hasta con Santiago Tuxtla para integrar así­, y digamos, el triángulo de la frivolidad.
Y como el edil papantleco ya se metió al sexo en las redes sociales, entonces, sólo estarí­a honrando la memoria de Celestino Rivera, su compañero de partido, aquel exalcalde y diputado local del PRD por Tantoyuca (y hasta glorioso consejero nacional) que en las noches (mayo de 2011), “confiando en Dios” como decí­a como grito de batalla, se trepaba en su camioneta, con la placa del Congreso jarocho atrás del parabrisas, para buscar niños a los que sodomizaba en el motel del pueblo y que terminara en el penal de Pacho Viejo.

DEL ALCALDE QUERENDÓN A LADY “PUTAMADRE”

El rating, digamos, la popularidad del alcalde de Papantla también se deriva de los grandes pachangones que suele organizar en las fiestas familiares.
Por ejemplo, en los dí­as de abril de 2016 cuando tres jóvenes fueron secuestrados por elementos policiacos y entregaran a los malandros, Marcos Romero Sánchez contrató las bandas, “Los cadetes de Linares” y “Sangre felina”, integrada por los hijos de “Los tigres del norte” para festejar el cumpleaños de un hermanito.
Incluso, el hecho tomó dimensión universal, porque en contraparte, un montón de policí­as municipales habí­an sido reprobados en el examen nacional, y por tanto, debí­a liquidarlos y el pago les fue diferido mucho tiempo, argumentando que las arcas estaban vací­as.
La buena vida, pues.
Pero… en Papantla, con abundantes lluvias en el verano, con una población de 160 mil 565 habitantes, el 21.63 por ciento habla lengua indí­gena, el totonaco, según documentan y exhiben los Cuadernillos Municipales de la secretarí­a de Finanzas y Planeación, SEFIPLAN, del gobierno de Veracruz.
El analfabetismo, de 14 años de edad en adelante, representa el 12.4 por ciento de la población, lo que significa que 14 mil 32 personas no saben leer ni escribir.
El 27.9 por ciento de la población tiene una casita con piso de tierra.
La estadí­stica es sórdida y avasallante:
La población pobre es del 68.5 por ciento.
La población en pobreza moderada, del 43 por ciento.
La pobreza en pobreza extrema, lo que también se llama miseria, el 25.5 por ciento.
La población vulnerable por carencia social, el 24.8 por ciento.
El grado de marginación llega al 31.3 por ciento, lo que se aproxima a la numeralia del CONEVAL de que en Veracruz, con Javier Duarte, 6 de cada 10 habitantes son pobres y jodidos.
De los 212 municipios, Papantla ocupa el lugar número 107, pero el alcalde, militante del PRD, y a mucha honra y gloria, se da vida como un pachá.
Y lo peor, de manera indiscreta. En todo caso, para que el mundo lo sepa. Lo dijo el senador Luis Miguel Gerónimo Barbosa (1969, Zinacatepec, Puebla) del gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, 1965, Carácuaro, cuando paseaba a Belinda.
“Es muy enamoradizo”.
Como quien dice, Marcos Romero Sánchez… es muy querendón.
Más querendona, claro, ha resultado “Lady PutaMadre”, así­ conocida la Barbie de Felipe Amadeo Flores Espinoza, Távata Calderón Heredia, lideresa juvenil de las mujeres priistas de Veracruz, cuando luego de aprobarse la ley anti-aborto en medio del escándalo, publicó en sus redes sociales que si una chica “anda de golfa” que “cuide sus nalgas” y tenga “tantita puta madre para no embarazarse”. (lvr)