Entregan motociclistas despensas en Zongolica
•El grupo Raptors Bikers Córdoba entregó víveres en Mixtla de Altamirano
Miguel íngel León Carmona
El grupo Raptors Bikers Córdoba entregó víveres a familias de la comunidad de Xala, en Mixtla de Altamirano, el municipio más pobre de Veracruz y el cuarto en todo México. Once motociclistas que donaron su día de asueto para asistir a las personas más necesitadas.
De acuerdo con Enrique Espinosa Rosete, integrante de la agrupación, “la idea surgió cuando conocimos por internet los casos de dos familias. Yo compartí las historias por Whats App con los compañeros y enseguida comenzamos a organizarnos”.
Espinosa Rosete, de oficio agente de ventas, asegura que la finalidad de él y sus compañeros es apoyar a los que menos tienen. “hace un año llevamos juguetes y piñatas a los niños de Nuevo Jacal, situada en el Municipio de Calcahualco, Veracruz, el último municipio que está pegado a las faldas del volcán”, comparte satisfecho.
Los hombres, amantes de los ciclomotores, desafiaron caminos empedrados de la Sierra de Zongolica, para entregar, supervisados por la subagente municipal, despensas con azúcar, frijol, arroz, sopa, leche en polvo, atole en sobre, galletas, embutidos, detergentes y accesorios para el higiene personal.
El joven, comparte que después de escuchar opiniones de sus compañeros, decidieron centrar sus donaciones en dos familias: la de Moises Xochiquisqui Zopiyactle y Palemón Xochiquisqui Tehuactle. Aquí un resumen de sus historias:
MOISÉS XOCHIQUISQUI: PERDIÓ SUS BRAZOS A PUNTA DE MACHETES
Se trata del hombre más desgraciado en la comunidad de Xala, perteneciente a Mixtla de Altamirano. El viejo no solo está atorado en la marginación como los otros 327 lugareños. Hace 10 años le arrancaron su fuente de trabajo en una riña, a punta de machetes. “Sus dos brazos volaron como troncos y hubo harta sangre”, es lo poco que recuerda.
El máximo anhelo para el señor de 57 años, sería tal cuál, recuperar sus manos y solo así poder bañarse por su propia cuenta en el manantial de Xala, coger la tortilla con quelites a la hora del almuerzo y orinar sin que nadie lo ayude. Pero, sobre todo, regresar al campo y mal vender la cosecha de frijol, para, quizá, librar a su madre de lo que parece una muerte vecina, consecuencia de un racimo de enfermedades.
A falta de empleo, decidió convertirse en el pordiosero de Mixtla Altamirano y atrapar las monedas con con un vaso de plástico, tendido sobre las banquetas.
PALEMÓN XOCHIQUISQUI; HARTO DE COMER SIEMPRE CALDO DE FRIJOLES
José Palemón, es uno de los diez hijos en la familia Xochiquisqui Tehuactle; un niño lánguido, su rostro está tapizado de jiotes; manchas que produce la anemia. Dice estar harto del menú que le sirve la miseria a diario: caldo de frijoles en la mañana, soya en la tarde y nada en la noche, rutina que ha soportado durante 5 mil días de existencia.
Sus padres no tienen ingresos; mamá se la vive junto al fogón; echando los tres kilos de tortillas de siempre; tosiendo flemas con sangre, consecuencia del benceno que se libera en el interior del cuartucho de madera, químico que para la Organización Mundial de la Salud, (OMS), es letal. El papá ya solo trabaja para la casa; cortando quelites y leña. Hace tiempo que no gana monedas. En resumen, se trata de una familia criada por el programa de asistencia social, Prospera.
Según los estándares de la Organización de las Naciones Unidas, (ONU), vivir con menos de 1 dólar al día, (18 pesos), significa estar debajo de la línea mínima de bienestar. Pues bien, la familia Xochiquisqui Tehuactle y sus 12 integrantes, se arrastran en la supervivencia con 3 pesos cada 24 horas.
Otra de las historias que radican en la comunidad de Xala, perteneciente a Mixtla de Altamirano, el cuarto municipio más jodido en todo México. Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, (CONEVAL), el 97 % de sus habitantes encarna la pobreza, mientras que el 80.7 % está ubicado en la pobreza extrema, en ese oscuro rincón donde se anida José Palemón y las 11 personas con las que convive en su hogar.
Fueron las dos familias con quienes se reunió el grupo Raptors Bikers Córdoba; convivieron con las personas, montaron a los chiquillos en las motos, maquinas que jamás en la historia de Xala han existido.
“Se siente muy padre apoyar a esta gente. Te comprometen a regresar cuando te dan las gracias, ojalá más gente se sume a esta causa. Pobreza hay donde quiera, hay que echarles la mano”, finaliza Enrique Espinosa Rosete.